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Todos los capítulos de Venganza Inmerecida: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1. Acepto casarme contigo
Prefacio Gema Ferrer, lucía un hermoso vestido blanco inmaculado, ese era el mejor día de su vida, estaba a punto de casarse con el amor de su vida Juliano Parisi… aunque se había ido de casa, porque su hermano no aceptaba a su futuro esposo, decía que era un hombre interesado, que solo quería casarse con ella por su dinero y que ahora que sabía que no le iba a dar ni un centavo, la dejaría porque solo estaba jugando con ella, sin embargo, Gema no le creía a su hermano, amaba con locura a ese hombre y estaba segura de que era recíproco, además, estaba esperando un hijo suyo. No pudo evitar recordar la discusión con él de unos días atrás. “―Ese hombre no te ama Gema, solo quiere tu dinero… si fueras cualquier chica y no una Ferrer, hermana del hombre más poderoso y temido de este país, ni siquiera te miraría ―expresó el hombre sin poder contener, su enojo―. Ese hombre no es de confianza, tiene un pasado oscuro, no eres la primera mujer en caer en sus redes… digas lo que digas Gema, t
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Capítulo 2. La verdad tras la boda
Dos semanas después La bella Nicol, se miraba al espejo emocionada, engalanada con un delicado y elegante vestido de novia blanco inmaculado, digno de una princesa, una tiara de platino con espinelas rosas y brillantes diamantes elaborada con el motivo de una mariposa, de cuarenta quilates, zapatillas transparentes con incrustaciones de diamantes, asemejando a las de cristales de cenicienta y es que ella era una soñadora, enamorada, que amaba los cuentos de hadas y en ese momento, creía firmemente que estaba siendo la protagonista de uno.Su madre la abrazó, sin embargo, no podía dejar de sentir esa opresión en el pecho, no pudo evitar un par de lágrimas salir.―Madre, no llores que se te correrá el maquillaje… no tienes nada de que preocuparte, Enzo me hará la mujer más feliz del mundo… ya lo viste, no escatimó esfuerzos en complacerme en todo lo que le pedí, la ropa, la decoración de la iglesia, la sala de fiestas… y la luna de miel grandiosa, hasta me llevará a su propia isla de l
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Capítulo 3. Atisbo de valentía
Nicol no dejaba de llorar, las lágrimas corrían como cascadas por su rostro. Eso enfureció a Enzo, quien se giró hacia ella y tomó con violencia su mentón apretándola con fuerza, mientras la joven lo miraba con una expresión de miedo.―¡Cállate de una vez! No soporto verte llorar, me irritas y me pones de mal humor.—¿Por qué me haces esto? Yo… te amaba… soñaba contigo, con ser tu esposa, y ser… feliz a tu lado —dijo ella con voz entrecortada.—Eso es para que veas que los sueños se convierten en pesadillas… y te voy a dar un consejo, espero que nunca te olvides, el amor te hace vulnerable y te destruye… no debiste haberte enamorado… siempre a quien terminas amando acaba convirtiéndose en tu verdugo, como lo fue tu padre de mi hermana cuando se burló de ella y la dejó embarazada, llevándola a la muerte y ahora yo seré el tuyo —dijo con crueldad.—Mi papá, no pudo haberse burlado de tu hermana… él no es capaz de hacer eso… mi papá es un buen padre y esposo… muy familiar, jamás ha sido
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Capítulo 4. Un hombre despreciable
—¿Quién demonios te crees para hablarme así? ¿Qué me estás diciendo? —gritó él casi en un ataque de furia incontrolable.—Que me dejes en paz, que no me toques, que no me trates como si fuera una mujer que vende su cuerpo. Anda, ¡Ve a tu cuarto a cogerte a tus mujeres y déjame a mí en paz! Porque si en algún momento llegué a creerte un príncipe azul, ahora me doy cuenta, que solo eres una porquería de hombre —dijo con vehemencia mientras lo miraba con esos ojos azules tan agitados como las olas del mar.Lo que no esperó Nicol, fue recibir la bofetada del hombre golpeándola en la boca, dejando por un momento a la chica aturdida y con el sabor metálico de la sangre, mientras expresaba con odio.—¡A mí no me hables así! Porque esa bofetada es nada comparada con lo que te haré si vuelves a hacerlo.Aún no había terminado de hablar, cuando de vuelta recibió una bofetada de la joven, quien extendió el brazo y lo golpeó por el rostro.—¡Y tú no vuelvas a golpearme en tu vida! —exclamó con un
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Capítulo 5. Un juramento.
―Hazme el favor de levantarte, si crees que con esta actuación lograrás conmoverme, estás equivocada… no existe nada en el mundo que me conmueva, ni que me haga más humano… la única que lograba hacer eso era mi hermana y tu maldit0 padre, la acabó, solo agradécele a él ―le dijo sacudiéndola con fuerza.La cabeza de Nicol se tambaleaba de un lugar a otro como si fuera la de una muñeca, lo que enfurecía más al hombre que pensaba que la joven estaba actuando.―¡Párate o juro que te dejaré aquí! ―espetó con odio.La fiebre la tenía delirando y en medio de sus delirios, Nicol se imaginaba en un mundo donde era feliz.Enzo la soltó de manera despectiva.―Si no quieres levantarte, entonces quédate allí ―expresó soltándola y la joven se rodó en la bañera, aunque su cabeza no se hundió.Enzo la observó una vez más y trató de ignorar su condición, pero aun así no pudo evitar notar la palidez de su rostro, sus ojos brillantes y sus labios entreabiertos respirando con debilidad.Se disgustó porqu
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Capítulo 6. Una mujer indoblegable
Por fin, un par de días después Nicol, se sentía más recuperada, aunque su cuerpo había quedado debilitado, por lo menos sentía que podía levantarse, alimentarse, bañarse, por eso apenas abrió los ojos y vio a la mujer que la había cuidado entrar con otra señora que traía una bandeja de comida y le pidió productos de aseo personal.―Disculpe, ¿Sería tan amable de conseguirme una pastilla de jabón y un champú para bañarme?, por favor ―apenas la petición salió de sus labios, la mujer comenzó a burlarse de ella.―Mira muchachita, vamos a dejar algo en claro, cuando te dirijas a mí lo haces como señorita Gia, segundo, no soy amable, todo lo contrario, la gente me da igual, y tercero ¿Crees que esto es un hotel cinco estrellas o que estás en un complejo vacacional donde ibas con su familia rica? » Pues si crees eso estás equivocada, aquí no hay ningún privilegio para ti, como dijo Enzo, aquí no viniste a disfrutar de tu estadía, si quieres ir a bañarte, lo harás en tu hora de comida en el
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Capítulo 7. A Nicol solo la toco yo
Minutos antes En ese momento, Enzo veía la foto de su hermana, mientras mantenía una copa en su mano, era imposible no quebrarse cada vez que la observaba, sobre todo en esa fecha donde se cumplía un aniversario más de la muerte de sus padres y lo único bueno y puro que le había quedado era su hermana, la cual le había sido arrebatada sin misericordia.Gema había sido como su hija, cuando sus padres fueron asesinados, ella tenía diez años y el dieciséis, solicitó su emancipación solo para poder quedarse con su custodia y protegerla, pero no lo hizo bien y a Gema le costó la vida.Ella había sido la única luz en su camino, en esos momentos de mayor tormenta, cuando decidió continuar con el legado de terror y maldad de su padre, después que el desgraciado de Mackenzo decidiera acabar sus vidas.―¡Maldit0 desgraciado Mackenzo! Pero seguramente debes estar retorciéndose en el infierno que tú mismo te buscaste ―espetó en voz alta y hasta con una expresión de satisfacción al recordar como a
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Capítulo 8. Las consecuencias de hablar
Por instrucciones de Enzo, Nicol iba a ser llevada por Giorgi a una de las celdas de la mazmorra, para llamar al médico para que la revisara… porque no quería dejarla en el área de servicio, por temor a que Gia accediera a ella y le causara daño.Nicol abrió los ojos lentamente, no supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, solo sintió una mano sujetándola gentilmente, para correrla, ya estaba toda empapada, se imaginó que era para limpiar la mugre sobre ella.Nicol, levantó su cabeza y vio a un hombre de mediana edad, acariciándole suavemente la mejilla y casi al instante, ella sintió que le colocaba un abrigo encima, no pudo evitar que el contacto de la prenda en su piel le doliera. La persona la cargó en sus brazos, mientras ella lloraba desconsoladamente.―Por favor, ¡Máteme! Ayúdeme a morir ―pronunció Nicol casi sin aliento y en un prolongado sollozo.Realmente, eso era lo que quería cerrar sus ojos y no volver a abrirlos más, sumergirse en la niebla, de la inconsciencia, del olvido…
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Capítulo 9. Encuéntrenla. 
Nicol intentó agarrar al guardia para que soltara a Ziola, pero el hombre le dio un puñetazo en la cara y la derribó. Nicol intentó levantarse, pero fue arrastrada hasta la puerta de la celda y arrojada al pasillo. Oyó gritos y golpes mientras el hombre se alejaba con Ziola. Nicol permaneció tirada unos minutos, incapaz de moverse o de pensar en nada. Tenía los ojos llenos de lágrimas y su cara estaba ardiendo por el dolor del puñetazo. Se preguntaba qué le harían a Ziola. No quería ni siquiera imaginarlo. ―¿Hasta cuándo me tocará vivir esto? ―se dijo arrastrándose de nuevo al interior de la celda, para luego sostenerse y lanzarse de pecho en el catre, era la única manera para poder estar sin dolor y que sus heridas no empeoraran. Cerró los ojos y se quedó dormida, soñó que alguien se le acercaba, y le pasaba con suavidad la mano por sus heridas provocadas por la tortura. El dolor se alivió al sentir que le agregaban una fría pomada. Intentó abrir los ojos y vio a Enzo, quería prot
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Capítulo 10. El anillo
Momento antesEnzo no podía dormir, aunque nunca lo hacía, apenas algunas noches solo lograba dormir un par de horas nocturnas, cualquiera diría que los remordimientos no lo dejaban que lo hiciera, pero eso era mentira, nunca sentía remordimientos de nada, solo había amado en su vida a sus padres y a su hermana, ella fue quien mantuvo por un tiempo viva su humanidad, del resto sentía que nadie se merecía su amor. Caminó por su despacho, se sirvió un vaso de whisky y se lo tomó de un solo trago mientras pensaba en los acontecimientos de los últimos días, estaba tan absorto en sus pensamientos que no escuchó los pasos del hombre que entró a la habitación, fue cuando este le dijo: —Capo di tutti capi… hay intrusos en la hacienda —dijo Andrea, uno de sus hombres más leales.—¿Y qué esperas para atraparlos? —espetó furioso por la ineficiencia que estaban mostrando sus hombres—. ¿Quiénes estaban de guardia?—Estamos en eso, se han atrapado algunos. Uno de los hermanos Rullo —dijo el hombr
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