CAPITULO 25Ezra Lennox—Debo admitir que me tienes bastante sorprendido, hijo. Por un momento puse en duda que tuvieras las agallas de tomarte en serio tu matrimonio, pero veo que me equivoque —alzo la mirada del documento en mis manos para toparme con la mirada afable de mi viejo.Hago a un lado los papeles que tengo esparcidos sobre el espacioso escritorio del presidente del corporativo automotriz Lennox y voy hacia el mini bar para servirnos un trago; la plática que viene a continuación lo amerita, además de que ya son casi las siete de la tarde.—Siempre consigo lo que me propongo, viejo —acepto con ánimo y le tiendo su copa de coñac que acepta gustoso—. Y luego de tu ultimátum, preferí no tentar a la suerte.Lo vi dar un trago y cerrar los ojos, saboreando el sabor del licor en su paladar, yo lo imite y gemí de placer, este coñac sin dudad era de lo mejor.—Blair, es una chica excepcional, Ezra y me encantaría que te dieras la oportunidad de conocerla mejor —bajo la copa hasta de
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