Gracias por seguir la historia, les mando un fuerte abrazo!!
CAPITULO 22Ezra Lennox—Bueno, señores Lennox, esto que se ve aquí en este círculo rojo es su pequeño bebé.Contengo la respiración al escuchar el sonido fuerte y claro de un latido vigoroso; Blair me toma la mano y aprieta sus dedos alrededor de los míos, busco sus ojos por un segundo y veo como los suyos parecen brillar mucho más que la misma esmeralda que lleve en su mano izquierda. Ella me sonríe con timidez y vuelve la vista a la pantalla donde se apreció un fondo negro con algunos matices entre gris y blanco, donde una imagen un poco distorsionada se mueve por momentos; se supone que ese es mi hijo, el hijo que sin querer Blair y yo creamos.Los ojos se me llenan de lágrimas y tengo que parpadear para alejarlas.— ¿Qué tiempo tiene… él… nuestro bebé? —Titubeo al preguntar porque me da un poco de miedo que las fechas no coincidan con mis cuentas; mi corazón ahora late de prisa y el estómago se me ha hecho un nudo.Creo que voy a vomitar.—Oh, de acuerdo —la doctora comienza a de
CAPITULO 23 Blair Cooper La mirada sinuosa y descarada de mi ex mejor amiga esta clavada en la silueta del hombre parado junto a mí, con una mano rodeando mi cintura de forma protectora. —No puedo negar que envidio tu habilidad para conseguir hombres guapos y ardientes que calienten tu cama, amiga —pronuncio despacio, relamiéndose los labios pintados de rojo con descaro—. Tengo entendido que eres uno de los hombres más importantes de esta ciudad, CEO del corporativo Lennox y con un amplio recorrido en el ámbito femenino; así que, no me puedo explicar… ¿Qué fue lo que le viste a la insípida de Blair? — ¡Ese no es tu jodido problema, Merylin! —le rugí al paso, lista para defenderme—. ¿Acaso no tuviste suficiente con tirarte a Scott? ¡Mírate! —la señale—. Si hasta preñada quedaste. Deberías estar satisfecha de haberte asegurado un futuro con los Emerson. —No seas ingenua, Blair. El aburrido de tu novio ni para eso me sirvió —murmuró con gesto aburrido—. ¿Sabías que el idiota de Scott
CAPITULO 24Blair CooperNo puedo despegar mis ojos de los de Ezra, porque ahora mismo su iris azul se ha convertido en un mar profundo y tórrido, listo para tragarme y absorberlo todo de mí. Mi pecho contra el suyo es un problema, pues mi corazón late frenético y desbocado por su cercanía, por su aroma que me impregna los sentidos y es probable que él ya haya notado lo alterada que me pone; y por otro lado, mi piel esta en llamas a pesar de que seguimos vestidos y que el único toque directo entre ambos es su mano sujetando la mía.— ¿Piensas seguir huyendo de mí, Blair? —Cuestiona con voz suave, casi en un susurro y mis ojos no pierden detalle de como la punta de su lengua humedece su labio inferior—. ¿Piensas seguir escapando de lo que sientes cada vez que estamos así de cerca? Porque yo ya no, ya no quiero luchar ni evitar esta mald1ta necesidad que me inunda el cuerpo cada vez que te tengo cerca —contengo el aliento y ni siquiera parpadeo ante su elocuencia—. Me haces sentir un mo
CAPITULO 25Ezra Lennox—Debo admitir que me tienes bastante sorprendido, hijo. Por un momento puse en duda que tuvieras las agallas de tomarte en serio tu matrimonio, pero veo que me equivoque —alzo la mirada del documento en mis manos para toparme con la mirada afable de mi viejo.Hago a un lado los papeles que tengo esparcidos sobre el espacioso escritorio del presidente del corporativo automotriz Lennox y voy hacia el mini bar para servirnos un trago; la plática que viene a continuación lo amerita, además de que ya son casi las siete de la tarde.—Siempre consigo lo que me propongo, viejo —acepto con ánimo y le tiendo su copa de coñac que acepta gustoso—. Y luego de tu ultimátum, preferí no tentar a la suerte.Lo vi dar un trago y cerrar los ojos, saboreando el sabor del licor en su paladar, yo lo imite y gemí de placer, este coñac sin dudad era de lo mejor.—Blair, es una chica excepcional, Ezra y me encantaría que te dieras la oportunidad de conocerla mejor —bajo la copa hasta de
CAPITULO 26Blair Cooper— ¿Para esto me hiciste venir hasta aquí?Agacho la cabeza, tenía el rostro enrojecido a pesar de tanto maquillaje y su cabello rojizo, peinado en ondas ya no lucia tan elegante como tuvo que haberse visto en un principio.—Yo… yo creí que tal vez… —musito entre tartamudeos, nerviosos; sus dedos parecían sufrir mientras se los apretaba con fuerza—. Yo pensé que si preparaba todo esto, tal vez tú podrías verme de otra forma y darnos una oportunidad.Se me escapo una risa sarcástica.— ¿Y para eso tenías que hacerme creer que algo malo te había pasado, Cara? —la acuse con el enojo reverberando en el tono de mi voz; la rubia me miró de soslayo con lágrimas agolpadas en sus lagrimales, provocando que el rímel en sus ojos se corriera un poco—. Me dijiste que estabas en problemas, que era urgente que viniera a ayudarte y llego aquí y me consigo con todo este teatro. ¿A qué demonios estás jugando, Cara? Pensé que ya todo había quedado claro entre las dos.Pero al par
CAPITULO 27 Blair Cooper El calambre en mi vientre casi me obliga a doblarme en dos, pero me resisto al dolor y avanzo dos pasos al frente con una mueca en mi rostro que de inmediato alerta a Ezra. — ¿Blair, que te sucede? —Cuestionó; de inmediato lo tengo frente a mí, examinando mi rostro y mi cuerpo con aprensión—. ¿Qué tienes, loquita? Sus ojos azules reflejan preocupación y me sorprende un poco la manera tan fácil que tiene este hombre para adivinar cada una de mis expresiones; sus manos se aferran a mis brazos y el roce de su piel aviva una llamarada de calor que recorre mi cuerpo entero. — ¿Quieres explicarme que hace esta… —llevo mi mirada desdeñosa a la mujer que sigue de pie entre los sofás de mi salón, con una pose atrevida y desafiante, sin amilanarse al estar medio desnuda delante de dos personas extrañas—… mujer aquí y vestida así? — ¡Yo no la traje aquí, Blair! —Respondió deprisa, atrayendo mis ojos a los suyos—. No sé de dónde demonios salió, pero te juro que yo no
CAPITULO 28 Ezra Lennox No puedo sacar de mi cabeza la imagen de Blair volando por los aires, su cuerpo cayendo sobre el duro asfalto con su pierna derecha en una posición antinatural y mucho menos puedo borrar la imagen del charco de sangre que se fue formando alrededor de su cuerpo y cabeza. Quiero dejar de escuchar los gritos de su amiga y los míos. Necesito borrar de mi cerebro el sonido de las sirenas policiacas y la ambulancia que vino a los pocos minutos en auxilio de mi esposa, pero no puedo. — ¡Todo esto es tu mald1ta culpa! Siento que alguien me golpea en el pecho repetidas veces, pero mis cuerpo se ha vuelto frio. Mis manos no responden en defensa y mis ojos no pueden ver más allá que la imagen de Blair siendo atropellada frente a nuestro edificio. — ¡Si tu no hubieras aparecido en su vida, ella estaría bien y siendo feliz! —golpes siguen llegando, pero pierden fuerza al ver que no hay reacción de mi parte; enfoco mis ojos y me doy cuenta que se trata de la amiga de Bla
CAPITULO 29Ezra LennoxNo me molesto en llamar a la puerta, ni siquiera hace falta que nadie me abra porque conozco muy bien a Tiffany y estoy seguro de que ella aún no ha cambiado la cerradura de su apartamento guardando la penosa esperanza de que yo algún día volviera.Lo primero que noto al abrir la puerta es el fuerte e inconfundible olor de alguna droga y lo sé porque en su momento yo también use ese tipo de sustancias para sentirme un poco feliz. El lugar está hecho un completo desastre, hay cosas rotas esparcidas en la alfombro, fotografías en el suelo, muebles volcados y lo único que se mantiene en su sitio es el gran sofá modular de color rosa que Tiffany tanto adora y donde ahora mismo ella esta recostada con su cabeza colgando hacia el piso y sus piernas sobre el respaldo.—Tiffany —la llamo sin ánimos de alterarla, pero ella parece no percatarse de nada a su alrededor—. Tiffany, tenemos que hablar.Aun lleva encima el mismo atuendo con el que se apareció en mi casa, solo