CAPITULO 30 Freya Cranston Estaciono mi auto en el primer puesto libre que consigo en el parking del hospital Calvary John James, que es donde han ingresado a Blair de emergencia hace algunas horas. Me tiemblan las manos justo en el momento que suelto el volante y tengo que tomarme unos minutos para poder quitarme el cinturón y bajar. Han sido muchas horas de viaje desde Melbourne, siete hora para ser exacta y me duele más que el cuerpo, el alma y el corazón de no saber en qué estado puede encontrarse mi mejor amiga, mi hermana y la única familia que he tenido en la vida. He viajado toda la noche, traigo los nervios hechos trizas y mi humor no es el mejor del mundo. Mis ojos se sienten arenosos por el cansancio y mi espalda esta tiesa al igual que mi trasero por tanto tiempo en una misma posición. Cuando Cara me llamo pasada la media noche, no le pensé dos veces para contestar a pesar de tener que interrumpir mi cita sexual de esa noche y no me equivoque en mi decisión cuando solo p
CAPITULO 31Ezra LennoxHan pasado quince días; en los cuales, Blair sigue sin despertar aun cuando ya le han retirado los medicamentos que la mantenían en coma. Afortunadamente su cuerpo respondió de manera favorable y en una semana gran parte de la infamación en su medula y cerebro disminuyo, dejando conocer que a nivel cerebral no hubo daño permanente, pero su medula espinal sí.Blair tuvo que ser sometida a cirugía para extirparle sangre acumulada ejerciendo presión en su medula y algunos fragmentos de hueso, quedando algunas lesiones que podrían surtir problemas a futuro como parálisis temporal y debilidad muscular, pero que solo podrían descubrirse hasta que Blair estuviera consciente. Su pierna derecha también fue operada y le colocaron un tutor para ayudar a que el hueso sane correctamente, aunque es probable que necesite alguna otra cirugía a futuro.Hace cuatro días mi esposa fue trasladada fuera de la UCI a una habitación privada donde he podido visitarla, al igual que sus
CAPITULO 32Blair Cooper—Ese sin duda es un cuadro extraordinario, ¿no crees, pequeña?Ladeo mi cabeza de un lado a otro mientras trato de encontrar que es lo bonito que mi papi encuentra en ese dibujo colgado en la pared, pero sinceramente no hallo nada; es solo un Volkswagen azul y viejo, se parece un poco al de papá, pero no estoy muy segura. Veo de reojo en dirección a mi mami que está tomando mi otra mano, ella, tan dulce como siempre, mira hacia debajo de soslayo y me pica un ojo con complicidad, pero sin darme una respuesta.—Sí, supongo que si —respondo al fin bajando la cabeza y observando mis zapatos de goma un poco sucios; mami los odia, pero son mis favoritos, los de la suerte.Papi deja salir una suave risa que me lleva a alzar la vista de vuelta al cuadro y luego a su rostro, no entiendo el chiste; así que, arrugo mis cejas y formo un puchero.— ¿Qué? ¿Cuál es el chiste para reír me yo también? —Comienzo a enojarme cuando mamá se une con su risa a la broma privada de pa
CAPITULO 33 Cara Reed Odio con todas mis fuerzas a Ezra Lennox. Lo odio tanto como me odio a mí misma por lo que hice. Blair no merecía ser objeto de las locuras de la amante de su marido y yo tampoco pensé que esa mujer no tuviera un límite. Atropellar a Blair no estaba en los planes, pero ya no había marcha atrás. Cualquiera puede pensar que soy una completa demente, pero es que nadie entiende la intensidad de lo que siento por Blair y de lo mucho que he sufrido estos años al verla en brazos de otros hombres que no han sabido valor la gran mujer que es. Siempre me considere una chica como cualquier otra. De joven siempre me atrajeron los chicos, fantaseaba con ellos, con un primer beso, un baile o una caricia; pero su crueldad me cambio la perspectiva. No es un secreto que soy una mujer obesa y mi sobrepeso acarreo la burla constante de muchas personas a lo largo de mi adolescencia y aun en mi adultez. Las personas desconocen el gran poder que tienen las palabras, lo hirientes y
CAPITULO 34Blair CooperMe duele todo… y cuando hablo de todo, es todo. Tanto así que me cuesta demasiado mover mis parpados y abrir los ojos. Poco a poco mi subconsciente va llenándose de los pocos sonidos que percibo: una respiración ruidosa, ronquidos gruesos y un molesto pitido que comienza a irritarme… quiero que se detenga.Intento moverme, pero no parece una tarea fácil y mientras más despierta me siento, más nerviosa me pongo. Me duele el pecho, es una especie de dolor difuso que se extiende por todo mi cuerpo. Respirar se me hace difícil, pero intento hacerlo despacio. Quiero levantar la cabeza, pero no puedo, hay algo en mi cuello, algo rígido que me inmoviliza, así que intento con mis piernas pero tampoco hay respuesta y empiezo a asustarme.El pitido de antes se vuelve más molesto y parece ir en ascenso, al igual que mi desesperación.— ¿Blair? —Alguien dice a mi lado con voz ronca; es un hombre—. ¡Blair, Blair, cariño! ¿Estas despierta?Yo conozco esa voz, sé que la con
CAPITULO 35Blair CooperA veces, solo a veces, el dolor emocional es más fuerte que el físico y justo ahora me doy cuenta de esa verdad.Hace dos semanas desperté del coma, luego de haber tenido un grave accidente que me dejo con una pierna rota y varia lesiones que con el paso de los días han ido sanando satisfactoriamente; debo decir que el fisioterapeuta que contrato Ezra ha ido de gran ayuda, porque sin él, ni siquiera podría sentarme aún. El proceso ha resultado doloroso, pero la motivación de poder movilizarme para ver a mi pequeño bebé ha sido mi foco.No he podido conocer a mi hijo y eso me está matando. Verlo solo en fotografías no es suficiente, necesito tocarlo, que él escuche y reconozca la voz de su madre. Necesito que él sepa cuanto lo amo y qué, aunque en un principio me aterro saber de su existencia, ni por un segundo lamento ser su madre.De todos los escenarios que pude imaginar para su nacimiento, ninguno fue tan traumático y doloroso como este. Pensar que él puede
CAPITULO 36Ezra LennoxDespués de un mes y medio, Blair al fin pudo volver a casa; aunque debía seguir guardando reposo, haciendo sus terapias de rehabilitación y esperar paciente hasta que el traumatólogo le autorizara que dejara de usar el collarín y la férula en su pierna derecha.— ¡Oh, Blair! No sabes cuánto me alegra que al fin hayas vuelto a tu casa —pronuncio con entusiasmo mi madre, quien junto a Maxwell habían venido para darnos la bienvenida—. ¿Cómo te sientes?Mi madre le tendió un vaso con agua y ella lo cogió sin grandes ánimos; una mueca parecida a una sonrisa forzada se dibujó en sus labios.—Usted es madre, así que ya debe imaginar el dolor que siento de no poder estar con mi hijo —respondió, cortante, pero al ver el gesto compungido de mi madre, se retractó—. Lo siento, Elizabeth. No estoy en mi mejor momento.El humor de mi esposa iba de mal en peor y no se le podía cuestionar, ella estaba en el derecho de sentirse irritada y enojada con el mundo. Nadie más que ell
CAPITULO 37Blair Cooper— ¿Ya has pensado en que nombre le pondrás a tu bebé?Negué con un ligero movimiento de cabeza.—La verdad es que no —complete y seguí dejando caricias con mis dedos enguantados en el piecito de mi bebé; le doy un vistazo a la enfermera que está de guardia hoy en la NUCI, ella me ve igual y sonríe—. Solo he tenido cabeza para pedirle al universo, y a quien pueda escucharme, que mi hijo salga adelante. No he pensado en nada más.—Haces bien, mujer —se acerca hasta dónde está mi silla de ruedas; ella trae puesto un traje azul igual que yo—. Y creo que ya te han escuchado; así que, no estaría mal que usted y su esposo escojan un nombre para él.Saco mi mano de la incubadora de mi bebé y muevo con cuidado la silla para poder ver de frente a la enfermera; después de un mes de haber obtenido el alta, debo seguir usando collarín y mi pierna sigue inmovilizada hasta obtener mi cirugía para quitar el tutor.— ¿Por qué lo dice? —cuestiono y miro hacia el cristal que da