CAPITULO 35Blair CooperA veces, solo a veces, el dolor emocional es más fuerte que el físico y justo ahora me doy cuenta de esa verdad.Hace dos semanas desperté del coma, luego de haber tenido un grave accidente que me dejo con una pierna rota y varia lesiones que con el paso de los días han ido sanando satisfactoriamente; debo decir que el fisioterapeuta que contrato Ezra ha ido de gran ayuda, porque sin él, ni siquiera podría sentarme aún. El proceso ha resultado doloroso, pero la motivación de poder movilizarme para ver a mi pequeño bebé ha sido mi foco.No he podido conocer a mi hijo y eso me está matando. Verlo solo en fotografías no es suficiente, necesito tocarlo, que él escuche y reconozca la voz de su madre. Necesito que él sepa cuanto lo amo y qué, aunque en un principio me aterro saber de su existencia, ni por un segundo lamento ser su madre.De todos los escenarios que pude imaginar para su nacimiento, ninguno fue tan traumático y doloroso como este. Pensar que él puede
CAPITULO 36Ezra LennoxDespués de un mes y medio, Blair al fin pudo volver a casa; aunque debía seguir guardando reposo, haciendo sus terapias de rehabilitación y esperar paciente hasta que el traumatólogo le autorizara que dejara de usar el collarín y la férula en su pierna derecha.— ¡Oh, Blair! No sabes cuánto me alegra que al fin hayas vuelto a tu casa —pronuncio con entusiasmo mi madre, quien junto a Maxwell habían venido para darnos la bienvenida—. ¿Cómo te sientes?Mi madre le tendió un vaso con agua y ella lo cogió sin grandes ánimos; una mueca parecida a una sonrisa forzada se dibujó en sus labios.—Usted es madre, así que ya debe imaginar el dolor que siento de no poder estar con mi hijo —respondió, cortante, pero al ver el gesto compungido de mi madre, se retractó—. Lo siento, Elizabeth. No estoy en mi mejor momento.El humor de mi esposa iba de mal en peor y no se le podía cuestionar, ella estaba en el derecho de sentirse irritada y enojada con el mundo. Nadie más que ell
CAPITULO 37Blair Cooper— ¿Ya has pensado en que nombre le pondrás a tu bebé?Negué con un ligero movimiento de cabeza.—La verdad es que no —complete y seguí dejando caricias con mis dedos enguantados en el piecito de mi bebé; le doy un vistazo a la enfermera que está de guardia hoy en la NUCI, ella me ve igual y sonríe—. Solo he tenido cabeza para pedirle al universo, y a quien pueda escucharme, que mi hijo salga adelante. No he pensado en nada más.—Haces bien, mujer —se acerca hasta dónde está mi silla de ruedas; ella trae puesto un traje azul igual que yo—. Y creo que ya te han escuchado; así que, no estaría mal que usted y su esposo escojan un nombre para él.Saco mi mano de la incubadora de mi bebé y muevo con cuidado la silla para poder ver de frente a la enfermera; después de un mes de haber obtenido el alta, debo seguir usando collarín y mi pierna sigue inmovilizada hasta obtener mi cirugía para quitar el tutor.— ¿Por qué lo dice? —cuestiono y miro hacia el cristal que da
CAPITULO 38Ezra Lennox—Sigo sin poder creer que el playboy más cotizado de Australia al fin haya sentado cabeza —vuelve a mencionar Ryan con tono socarrón—. ¿En serio te enamoraste de tu esposa?Doy un trago a mi copa de coñac y cierro mis ojos para disfrutar por más segundos el delicioso sabor del licor en mi paladar; sonrió con picardía y asiento lentamente al terminar el proceso. Mis amigos, a quienes no veía desde mucho antes de mi boda con Blair, me miran sin podérselo creer todavía.—Hasta los huesos, colega —ladee la cabeza—. Es imposible no enamorarse de una mujer como mi esposa.Ryan blanqueo sus ojos negros y resoplo en negación a mi respuesta.— ¿Para que preguntas algo tan estúpido, Ryan? —Se quejó el mayor de mis dos colegas, Thomas Collins, dueño de una de las cadenas hoteleras más fructíferas de toda Australia—. Si es que se le nota en los ojitos pizpiretos —bromeo con tono jocoso e incluso aleteo sus pestañas con rapidez.¡Cabrón!—Pues fíjate que tienes razón, ni si
CAPITULO 38Blair CooperTa vez debería calmarme y ver las cosas desde un punto objetivo como me lo sugirió Freya; tal vez, pero…Es que no me da la mald1ta gana de ser objetiva, ni de meditar absolutamente nada con respecto al video que recibí. He colmado el límite de mi resistencia y siento que mi vida es una puta caída libre, donde no sé qué nuevo tropiezo voy a encontrarme; y es que todo ha sido así desde que conocí a Ezra Lennox y ya no lo soporto más.—Blair, piensa bien las cosas. No tomes decisiones apresuradas de las que luego puedas arrepentirte —fueron las últimas palabras de Freya, antes de marcharse, luego de haberme ayudo a organizar lo que me traía entre manos para sorprender a mi marido.— ¿Eres realmente mi amiga? —Cuestione mientras intentaba abrocharme una prenda de ropa; Freya se compadeció y termino la tarea por mí.—Soy más que solo tu amiga —se sentó junto a mí en la gran cama King size que estaba en la habitación de Ezra—. Soy tu hermana, Blair.—Entonces apóya
CAPITULO 40 Ezra Lennox Quiero seguir durmiendo, pero no puedo. La noche pasada fue un sueño, poder al fin hundirme en Blair, beberme sus gemidos, morder cada centímetro de su piel… fue el put0 paraíso para mí. Pero esta mañana… esta mañana me he despertado en una mald1ta pesadilla y por más que intento despertar, no puedo. La felicidad que creía por fin encontrada se me esfumo de las manos, tan rápido como llego; lo de anoche con Blair fue el presagio de un fin inminente y ni siquiera lo advertí. —Buenos días, chiflada —digo un poco entre dormido y despierto, teniendo mi mano hacia el lado de la cama donde durmió Blair y me sobresalto al notar el espacio vacío y frio—. ¿Mi amor? Me incorporo sobre mis codos y con una mano me tallo los ojos para espantar el sueño, la habitación esta medio a oscuras porque a través de las cortinas se filtran algunos halos de luz solar. Termino de sentarme sobre el colchón y enciendo la lamparilla de noche para darle mejor visibilidad a mis ojos, b
CAPITULO 41Ezra Lennox— ¡¿Dónde está Blair y mi hijo?!— ¡Oye! ¿Acaso piensas que ser multimillonario y estar bueno te da derecho a irrumpir en una casa decente sin ser invitado?—No estoy para bromas, Freya —murmure sintiéndome como un león enjaulado en el pequeño living room del apartamento donde antes vivía mi esposa con sus amigas—. Blair desapareció esta mañana y se llevó a mi bebé.Freya, vestida con una camiseta vieja y ancha como pijama y el pelo azul revuelto, azota la puerta de entrada y me mira como si me hubiera salido una cabeza extra.—Eso es imposible —desestima cruzándose de brazos, haciendo que la camiseta se le suba y deje un trozo de su ropa interior a la vista; ella ni siquiera se inmuto por eso—. Blair ni siquiera puede mantenerse en pie por sus propios medios.Me rasque la nuca, rebosado por una opresiva contrariedad; ya que, lo que decía Freya era cierto, sin embargo, Blair había encontrado una manera para huir.—Pues para tu amiga eso no fue un inconveniente
CAPITULO 42 Ezra Lennox —Denme otro whisky, por favor. ¡Y esta vez que sea doble! — ¡Vamos, bro! ¿No crees que sea demasiado temprano para embriagarse? —No me importa un caraj0, Ryan —deje en claro mientras escurría lo que quedaba de mi último trago—. Mi esposa y mi hijo desaparecieron, no tenga puta idea de dónde buscarlos; así que, no tengo nada mejor que hacer —lo mire con gesto de obviedad y desdén a la vez—. Ya deja de joder, no ves que perturbas a tu primer cliente del día. Mi amigo resoplo y cuando vio que el barman me traiga mi trago, se lo arrebato sin dejarme siquiera probarlo. — ¡Hey! Yo estoy pagando por ese trago —murmure inconforme y con la lengua un poco pesada. —Y yo soy el mald1to dueño de este bar; por eso, yo decide a quien darle o no de beber —me aclaro con firmeza. —Eso es discriminación. —No, es sentido común, cabrón. Sonreí con tristeza ante ese apelativa que Blair usaba conmigo. —Me siento perdido, Ryan. En los negocios soy el mejor, en las conquistas