CAPITULO 32Blair Cooper—Ese sin duda es un cuadro extraordinario, ¿no crees, pequeña?Ladeo mi cabeza de un lado a otro mientras trato de encontrar que es lo bonito que mi papi encuentra en ese dibujo colgado en la pared, pero sinceramente no hallo nada; es solo un Volkswagen azul y viejo, se parece un poco al de papá, pero no estoy muy segura. Veo de reojo en dirección a mi mami que está tomando mi otra mano, ella, tan dulce como siempre, mira hacia debajo de soslayo y me pica un ojo con complicidad, pero sin darme una respuesta.—Sí, supongo que si —respondo al fin bajando la cabeza y observando mis zapatos de goma un poco sucios; mami los odia, pero son mis favoritos, los de la suerte.Papi deja salir una suave risa que me lleva a alzar la vista de vuelta al cuadro y luego a su rostro, no entiendo el chiste; así que, arrugo mis cejas y formo un puchero.— ¿Qué? ¿Cuál es el chiste para reír me yo también? —Comienzo a enojarme cuando mamá se une con su risa a la broma privada de pa
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