*** Terminando de leer un libro sobre el autocontrol y paz interna, Marco decidió prepararse un té de manzanilla, dirigiéndose a la habitación de Mariana con algo extra agregado al líquido tibio, seguro para ser bebido de un solo sorbo por quien sin duda alguna, terminaría por arrebatárselo. Como antes lo había hecho, hablo con ella, esta le arrebato el té de las manos, lo bebió sin vacilar y se burló de él, marchándose del lugar para luego de unos minutos, notar como cayo en brazos del sueño profundo, dándole paso a que escapara de nuevo, cambio de aspecto y abandonando el hotel sin problema alguno. Nuevamente, la vigilancia de Esteban fue burlada, aun cuando se encontrara atento a todo, menos al huésped que se cubría el rostro y salía por las noches. *** –De nuevo, el sueño me ha abandonado. La paz es algo que no me pertenece en este trabajo –bostezando ante el aburrimiento, Esteban no hacía más que vigilar el hotel desde el automóvil. Dentro del edifico, poseía una habitación
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