CAPITULO 6. LUCES INESPERADAS
El día siguiente de la atadura, como era de esperarse, Samantha cayó en cama con cansancio inmenso, fiebre alta y unos delirios agotadores, sin embargo, logró descansar de todas las elucubraciones que su mente producía. Era un tiempo que necesitaba para reponerse de lo que le habían dicho, pues en una sola noche habían destruido todo el mundo que ella había conocido hasta entonces y ahora debía construir uno nuevo con bases desconocidas y, por si fuera poco, debía fingir ser normal en un mundo donde ya sabía que no lo era, además de pretender ser corriente en el otro mundo. Su condición era tan especial como peligrosa en cualquiera de los dos mundos.En medio del caos contaba con algo de suerte; las visitas de André eran cronometradas y más cuando se trataba de la familia Adams, eso le daba tiempo de ventaja para comenzar a preparase.—Bueno, creo que hoy tampoco hemos tenido suerte con este famoso juguete, ¿no? —dijo André tomando de las manos de Samantha aquel aparato.—Creo que no,
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