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Todos los capítulos de Insufrible : Capítulo 1 - Capítulo 10
12 chapters
•|1: Origen|•
Sus ojos son letales, su cuerpo hipnotizante, sus labios la lascivia pura y su tacto las llamas del deseo.||••||Juliet. Destino: algo a lo que todos buscamos huir, en algún momento de nuestras vidas. Porque la vida no es justa, ni hermosa como nos lo hacen creer.El destino no es algo que puedes moldear a tu gusto, porque lo que ya está escrito incluso antes de nuestro nacimiento es imposible de cambiar...Mi propósito en Gea siempre fue casarme con uno de los enemigos del rey, para tener un acuerdo de paz. Puesto que ellos nos superan en todo, podían acabar con nosotros en cuestión de minutos.Yo era una bruja muy fuerte, pero aun así no era ni la mitad de fuerte que ellos. Nuestros dioses no solo nos habían dotado de mucho poder, sino que también nos dieron un pecado; la lujuria brotaba como un imán para quien nos vieran más de lo debido.Los dioses sabían bien la debilidad de todas las criaturas, el deseo carnal era algo que ningún ser sobre la faz de la tierra podía resistirse.
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•|2: A quien fui entregada|•
Los demonios están saliendo del infierno en busca de lo que les pertenecio alguna vez. ||••||Al caer la medianoche, me levanté de la cama para tomar un abrigo y salir del palacio como cada noche, una vez fuera corrí hacia el bosque en busca del sitio donde todas las noches me sentaba a leer.No les había dicho esto a mis hermanas por miedo a que alguna le informará al rey y nos castigará; pero yo hace algunos años sabía leer y había descubierto lo que éramos. Exactamente, no sabía cómo había aprendido a leer, pero lo había hecho, y con ellos aprendí a usar mi magia.Tenía curiosidad de conocer el reino donde habitamos, y esa curiosidad me llevó a este sitio en el bosque.Después de varios meses mi curiosidad aumentó, llevándome a conocer a esos que dicen ser nuestros enemigos, en especial aquel para quien nos preparaban. Desde las sombras los observé por semanas y fue allí cuando supe por qué éramos cinco. Nuestro destino ya estaba sellado.Los enemigos de Gea, eran cinco. Los cuales
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•|3: El principio|•
Él prometió amarla, él prometió cuidarla y él prometió protegerla; sin importar si estuviera en la tierra o en el infierno, porque estando vivo o muerto, su promesa jamás se iba a romper.Es fundamental que lo lean si quieren contexto del pasado. ||••||Aidan.Gea ha sido mi hogar desde que nací, yo soy parte de los primeros seres humanos que habitaron la tierra, pero también de los primeros en convertirse en la criatura que soy. Después de la muerte de los Dioses, todo cambió. En especial por el hecho de que los humanos siguieron su vida, y en el proceso se convirtieron en criaturas despreciables. La avaricia era su mayor debilidad, su egoísmo crecía conforme los días pasaban. Sus ganas por querer ser como los dioses los llevaban a hacer actos atroces e imperdonables.Me repugnaban, pero nunca hice nada contra ellos, y no porque no quisiera. Los dioses antes de morir nos obligaron a jurar no tocarlos, que mantuviéramos la paz entre ambos mundos, así que no me quedó de otra que hacer
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•|4: Todo lo que deseo|•
Denigrantes, aberraciones, moustros. Eso nos llamaron una vez, sin embargo, seguimos siendo mejor que ellos. ||••||Aidan. —Ven conmigo. —me pide Arturo. Sin decir nada lo sigo por los pasillos hasta llegar a lo que parece un balcón con una mesa pequeña y dos sillas, me coloco frente a él esperando a que comience su diálogo — . Cómo sospecharás, no te pedí venir solo para hablar, te traje porque quiero que firmemos un acuerdo de paz entre ambos mundos. Arturo sabes que no me gustan los rodeos, es por ello que no se anda con palabrerías.—¿Y qué tienes tú que yo ya no tenga? Porque me imagino y tienes algo que quiero o podría querer como para yo aceptar tal barbarie. —traga grueso, sus ojos no permanecen mucho tiempo firmes ante los míos.—De hecho, sí. Pero no te voy a decir que es, prefiero que lo veas por ti mismo —pasó los dedos por mi barbilla haciéndome el pensativo.—Tiene que ser muy bueno tu intercambio como para que estés tan convencido de que aceptaré. —En sus ojos pude ve
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•|5: Lo correcto|•
El fuego que nos consume es el mismo que terminará con nosotros. ||••||Juliet. No tengo idea de cómo llegó al baño, ni mucho menos como logro entrar con el vestido pomposo, pero lo cierto es que logró entrar y soltar todas las lágrimas que contenía, no sé cuánto tiempo estuvo allí. Las horas simples pasan y las lágrimas parecen no acabar nunca, el dolor de mi pecho no desaparece, no cesa. —Juliet. —Los toques en la puerta hicieron que recordará que ahora tenía un esposo que quería asesinar para que me dejara sufrir en paz. Sin siquiera molestarme en arreglar el desastre que seguramente era, abrí la puerta y pasé de él sin siquiera verlo. Lo último que deseaba era discutir.Al no saber dónde m****a estaba y no querer preguntar, camine por el pasillo hasta llegar a la sala de estar donde un sofá enorme se encontraba en medio de esta, sin pensarlo mucho me acerque a él y me acosté. No pasaron muchos minutos cuando mis párpados empezaron a pesar y el sueño se hizo presente. Al desperta
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•|6: Miles de emociones|•
Los demonios están saliendo del infierno en busca de lo que les pertenecio alguna vez. ||••||Su tono de voz me descoloca por varios minutos, desde que lo conozco nunca lo había escuchado tan dócil. —No tenemos nada de que hablar. — Respondo secamente. Sus ojos vuelven a mirarme.—Por supuesto que sí. —Su voz autoritaria vuelve. Me cruzó de brazos. —¿De qué? Me vas a explicar qué estaba haciendo con esa mujer. —Cuestionó con una mueca de asco. El tono rojo de su rostro se vuelve más fuerte. —No, por supuesto que no. Solo… —Aidan, no tienes que darme explicaciones de lo que hagas o dejes de hacer, no me importa. —Interrumpo. —Tú no me importas, haz lo que quieras. Tu mismo lo dijiste, estás conmigo para mantener la paz, pero tú no siente nada por mí, ni yo por ti. Solo entre de esa forma porque quería pregúntate si podías dejarme ver a mis hermanas, no estoy molesta. No tienes ninguna razón para serme fiel o dame explicaciones. —El desconcierto en su rostro es claro, pero también e
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•|7: Tentaciones y verdades|•
Recita mis palabras, porque las necesitarás para el día en que te mire y no te recuerde. ||••||Juliet. Admito que al principio detestaba a Aidan por aceptarme cómo mercancía a pesar de que me criaron para aceptar esta vida, pero supongo que él enamorarme de aquel joven en el bosque me hizo replantearme mi vida y todo lo que creía normal. Porque si algo me había dejado Damián era el cuestionarme si de verdad quería ser una esclava por el resto de mis días. Sin embargo, Aidan me demostraba cada día un poco más que él no es lo que me había hecho suponer. Sí, tal vez tenía mil y un defectos, pero no era muy diferente a lo que habían cometido alguna vez algún habitante de Gea. En el poco tiempo que llevó con Aidan aprendí varias cosas, entre ellas la manera en la que las criaturas de la noche veía a los humanos. Era extraño, ya que mis hermanas y yo teníamos otra perspectiva muy distinta a la de ellos, al crecer solo deseábamos ser como ellos, ser parte de la sociedad de Gea. No obst
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•|8: No siempre|•
Las almas no siempre se reconocen, los amores no siempre se corresponden y las pasiones no siempre se funden convirtiéndose en uno solo. ||••||Juliet. Solo por hacer sufrir un poco a Aidan —si es que de verdad siente algo— me encierro en mi habitación y salgo pasada las doce de la noche, tomó una túnica y salgo corriendo por los pasillos hasta llegar a la puerta, la cual abro con sumo cuidado y al estar segura me escabullo por el bosque. La brisa golpea mi rostro a medida que corro lo más lejos posible de mi hogar, las ramas crujen bajo mis pies y el olor que desprenden los árboles se cuela por mis fosas nasales. No lo voy a negar, estoy muy nerviosa por lo que estoy haciendo. Esto no es lo que me inculcaron, de hecho vivo haciendo todo lo contrario a lo que se suponía y tenía que hacer con respecto a mi esposo y mi vida de casada. En mi defensa Aidan no me pone restricciones a lo que debo o no hacer, es muy despreocupado con mis deberes. Al llegar a mi destino paró en seco, me s
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•|9: Sabor amargo|•
En mi corazón habitan tres espadas y lastimosamente cada una de ellas las incrustó mi más preciado amor. ||••||(Pasado)Aidan.Peligro y oscuridad era el pronóstico que había dictado para Gea y nuestra gente, luego de regresar de mi viaje descubrí que esas dos cosas se aproximaban más rápido de lo que me gustaría admitir.Desde un principio supe que no tenía por qué confiar en Arturo, sin embargo, quise darle el voto de confianza y recibí lo que merecía por confiar de nuevo en los reyes humanos. Lo sabía, sabía que algo así iba a pasar, pero quise ser un inmenso imbécil.No sé si soy muy ingenuo o muy estúpido, ya habían pasado unas cuantas semanas desde que había hecho mi último viaje y una que otra cosa me había alarmado en gran manera.No obstante, no es mi único problema, puesto que Juliet me estaba dando más problemas que soluciones, pero no podía culparla, era mi culpa por no querer poner límites con Camille. La conocía de años y debía admitir que si había algo entre nosotros m
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•|10: Traición|•
Por ambición y rencor comenzó esto y con sangre acabará este juego al cual llamamos: maldición y destino.~~~~Omnisciente.El rey Arturo para desgracia de Aidan no era para nada diferente al resto de los reyes que anteriormente habían tomado la corona en Gea, todos ellos tenían algo en común y era que en ninguno podías confiar porque podrías recibir un puñal directo al corazón.Lo que para Aidan fue un trato justo y un cierto alivio. Para Arturo fue la jugada perfecta para distraer y atacar.Para los humanos era imposible pensar en siquiera tener cerca a lo que ellos llamaban: aberraciones infernales. Todos ellos habían sido por años muy sumisos y eso causó que los humanos creyeran ser superiores y harían lo que sea para deshacerse de ellos. Más que odiarlos en cierto modo los envidiaban, ya que no podían ser como ellos preferían acabarlos hasta hacerlos cenizas.A pesar de que el rey tenía a su disposición un ejército listo para atacarlos, sabía perfectamente que la única manera de
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