Sus ojos arden en mi interior, su alma se ancla a la mía, su perversión se marca en mi piel.||••||«Un amor lo puede todo» Eso lo llegó a creer Juliet. Creyó por mucho tiempo el ciego amor que vendían los cuentos de hadas, pero no era su culpa porque a pesar de que ella conscientemente no sabía inconscientemente si sabía que ese amor existía solo que no con él. Su amor por Aidan iba más allá mucho más allá que cualquier otra cosa, porque así lo quería el destino. «Porque un amor insano es mucho más fuerte que uno que te pude salvar de toda la oscuridad que representas»Su destino era ser de él y el de ella por la eternidad. Era un destino completamente sellado, al igual que maldito.Porque su amor debía siempre ser apasionado, salvaje e insufrible para quienes lo rodeaban. Era un amor que debía ser consumido más no duradero y feliz, puesto que los Dioses ni ella lo permitirían jamás. Su amor debía seguir una estricta línea que hasta ese momento para ninguno era posible romper...«
Hola, Paso por aquí a informar que en los siguientes capítulos encontrarán la continuación de esta nada linda historia. Para entender mejor esta historia les recomiendo leer: Reino del caos. Lo puedes encontrar en mi perfil. Doy esta recomendación porque este libro es un Spin-off de esa saga que por ahora cuenta con 2 libros completos. El tercero está en proceso, pero hasta el 2 ya podrían entender esta historia mucho mejor. Me disculpo por tantos errores de ortografía y gramaticales, la verdad este fue uno de mis primeros libros y ha sido el único que no me ha detenido a corregir por flojera la verdad. Aunque el resto no está que tú digas la cosa mejor escrita, pero al menos está más decente. No me juzguen, voy aprendiendo cada día de mis errores. Sé que esto de verdad necesita corrección y edición con urgencia porque no doy a entender bien el tema de la reencarnación y a que se refieren al final Aidan y Julieth, sin embargo, por eso les digo que corran a leer Caos porque allí te
Sus ojos son letales, su cuerpo hipnotizante, sus labios la lascivia pura y su tacto las llamas del deseo.||••||Juliet. Destino: algo a lo que todos buscamos huir, en algún momento de nuestras vidas. Porque la vida no es justa, ni hermosa como nos lo hacen creer.El destino no es algo que puedes moldear a tu gusto, porque lo que ya está escrito incluso antes de nuestro nacimiento es imposible de cambiar...Mi propósito en Gea siempre fue casarme con uno de los enemigos del rey, para tener un acuerdo de paz. Puesto que ellos nos superan en todo, podían acabar con nosotros en cuestión de minutos.Yo era una bruja muy fuerte, pero aun así no era ni la mitad de fuerte que ellos. Nuestros dioses no solo nos habían dotado de mucho poder, sino que también nos dieron un pecado; la lujuria brotaba como un imán para quien nos vieran más de lo debido.Los dioses sabían bien la debilidad de todas las criaturas, el deseo carnal era algo que ningún ser sobre la faz de la tierra podía resistirse.
Los demonios están saliendo del infierno en busca de lo que les pertenecio alguna vez. ||••||Al caer la medianoche, me levanté de la cama para tomar un abrigo y salir del palacio como cada noche, una vez fuera corrí hacia el bosque en busca del sitio donde todas las noches me sentaba a leer.No les había dicho esto a mis hermanas por miedo a que alguna le informará al rey y nos castigará; pero yo hace algunos años sabía leer y había descubierto lo que éramos. Exactamente, no sabía cómo había aprendido a leer, pero lo había hecho, y con ellos aprendí a usar mi magia.Tenía curiosidad de conocer el reino donde habitamos, y esa curiosidad me llevó a este sitio en el bosque.Después de varios meses mi curiosidad aumentó, llevándome a conocer a esos que dicen ser nuestros enemigos, en especial aquel para quien nos preparaban. Desde las sombras los observé por semanas y fue allí cuando supe por qué éramos cinco. Nuestro destino ya estaba sellado.Los enemigos de Gea, eran cinco. Los cuales
Él prometió amarla, él prometió cuidarla y él prometió protegerla; sin importar si estuviera en la tierra o en el infierno, porque estando vivo o muerto, su promesa jamás se iba a romper.Es fundamental que lo lean si quieren contexto del pasado. ||••||Aidan.Gea ha sido mi hogar desde que nací, yo soy parte de los primeros seres humanos que habitaron la tierra, pero también de los primeros en convertirse en la criatura que soy. Después de la muerte de los Dioses, todo cambió. En especial por el hecho de que los humanos siguieron su vida, y en el proceso se convirtieron en criaturas despreciables. La avaricia era su mayor debilidad, su egoísmo crecía conforme los días pasaban. Sus ganas por querer ser como los dioses los llevaban a hacer actos atroces e imperdonables.Me repugnaban, pero nunca hice nada contra ellos, y no porque no quisiera. Los dioses antes de morir nos obligaron a jurar no tocarlos, que mantuviéramos la paz entre ambos mundos, así que no me quedó de otra que hacer
Denigrantes, aberraciones, moustros. Eso nos llamaron una vez, sin embargo, seguimos siendo mejor que ellos. ||••||Aidan. —Ven conmigo. —me pide Arturo. Sin decir nada lo sigo por los pasillos hasta llegar a lo que parece un balcón con una mesa pequeña y dos sillas, me coloco frente a él esperando a que comience su diálogo — . Cómo sospecharás, no te pedí venir solo para hablar, te traje porque quiero que firmemos un acuerdo de paz entre ambos mundos. Arturo sabes que no me gustan los rodeos, es por ello que no se anda con palabrerías.—¿Y qué tienes tú que yo ya no tenga? Porque me imagino y tienes algo que quiero o podría querer como para yo aceptar tal barbarie. —traga grueso, sus ojos no permanecen mucho tiempo firmes ante los míos.—De hecho, sí. Pero no te voy a decir que es, prefiero que lo veas por ti mismo —pasó los dedos por mi barbilla haciéndome el pensativo.—Tiene que ser muy bueno tu intercambio como para que estés tan convencido de que aceptaré. —En sus ojos pude ve
El fuego que nos consume es el mismo que terminará con nosotros. ||••||Juliet. No tengo idea de cómo llegó al baño, ni mucho menos como logro entrar con el vestido pomposo, pero lo cierto es que logró entrar y soltar todas las lágrimas que contenía, no sé cuánto tiempo estuvo allí. Las horas simples pasan y las lágrimas parecen no acabar nunca, el dolor de mi pecho no desaparece, no cesa. —Juliet. —Los toques en la puerta hicieron que recordará que ahora tenía un esposo que quería asesinar para que me dejara sufrir en paz. Sin siquiera molestarme en arreglar el desastre que seguramente era, abrí la puerta y pasé de él sin siquiera verlo. Lo último que deseaba era discutir.Al no saber dónde m****a estaba y no querer preguntar, camine por el pasillo hasta llegar a la sala de estar donde un sofá enorme se encontraba en medio de esta, sin pensarlo mucho me acerque a él y me acosté. No pasaron muchos minutos cuando mis párpados empezaron a pesar y el sueño se hizo presente. Al desperta
Los demonios están saliendo del infierno en busca de lo que les pertenecio alguna vez. ||••||Su tono de voz me descoloca por varios minutos, desde que lo conozco nunca lo había escuchado tan dócil. —No tenemos nada de que hablar. — Respondo secamente. Sus ojos vuelven a mirarme.—Por supuesto que sí. —Su voz autoritaria vuelve. Me cruzó de brazos. —¿De qué? Me vas a explicar qué estaba haciendo con esa mujer. —Cuestionó con una mueca de asco. El tono rojo de su rostro se vuelve más fuerte. —No, por supuesto que no. Solo… —Aidan, no tienes que darme explicaciones de lo que hagas o dejes de hacer, no me importa. —Interrumpo. —Tú no me importas, haz lo que quieras. Tu mismo lo dijiste, estás conmigo para mantener la paz, pero tú no siente nada por mí, ni yo por ti. Solo entre de esa forma porque quería pregúntate si podías dejarme ver a mis hermanas, no estoy molesta. No tienes ninguna razón para serme fiel o dame explicaciones. —El desconcierto en su rostro es claro, pero también e