Denigrantes, aberraciones, moustros. Eso nos llamaron una vez, sin embargo, seguimos siendo mejor que ellos.
||••||Aidan. —Ven conmigo. —me pide Arturo. Sin decir nada lo sigo por los pasillos hasta llegar a lo que parece un balcón con una mesa pequeña y dos sillas, me coloco frente a él esperando a que comience su diálogo — . Cómo sospecharás, no te pedí venir solo para hablar, te traje porque quiero que firmemos un acuerdo de paz entre ambos mundos. Arturo sabes que no me gustan los rodeos, es por ello que no se anda con palabrerías.—¿Y qué tienes tú que yo ya no tenga? Porque me imagino y tienes algo que quiero o podría querer como para yo aceptar tal barbarie. —traga grueso, sus ojos no permanecen mucho tiempo firmes ante los míos.—De hecho, sí. Pero no te voy a decir que es, prefiero que lo veas por ti mismo —pasó los dedos por mi barbilla haciéndome el pensativo.—Tiene que ser muy bueno tu intercambio como para que estés tan convencido de que aceptaré. —En sus ojos pude ver el terror que me tenía, pero también el que no había ni una pizca de duda de que aceptaría su propuesta.—Puede ser. —y sin más se levanta y va por los pasillos, de mala gana lo sigo hasta una de las tantas salas del palacio, el cual detesto por tanto blanco en cada rincón, no hay nada más que el maldito color por todos lados y en cada uno de los adornos del lugar.Apenas entramos el olor distintivo de la pelirroja, me golpea la nariz.Distingo a todas las hermanas, las cuales tienen la misma vestimenta que Juliet la cual no me sorprende que sea blanca, comienzo a sospechar que tiene una obsesión con tal color.Sus ojos marrones ven a todos lados menos a mí, sé que aún sigue dolida y molesta por lo de aquel purasangre. Eso me hastía, pensé que lo olvidaría en unos cuantos días, pero al parecer estos años no le bastaron para olvidar al mocoso.El pensamiento de matarlo me embarga, no le hice daño, pero ahora suena bastante tentativo dada la circunstancia con ella. —Ellas son Delia, Venus, Irene, Diana y Juliet. Fueron domesticadas para cumplir órdenes, tienen unos magníficos dotes. Te puedes quedar con una de ellas, la puede elegir como esclava… O esposa como gustes. —¿Por qué yo querría mocosas cuando tengo a cientos de mujeres a mi disposición? —Corto.—Ya lo dije, tienen dotes especiales que ninguna otra criatura tiene, estoy seguro de que para algo te servirá una de ellas —entorno los ojos, volviendo mi mirada a las cinco jovencitas. La decisión ya está tomada, pero no puedo ser tan evidente delante de Arturo, aún hay muchos cabos sueltos que no logró descifrar.—¿Por qué me quieres entregar la única arma que tienes? —Cuestionó al hombre a mi lado.—No son un arma, tienen ciertas cualidades pero son inofensivas. No dañaría ni a una mosca, además quiero la alianza porque quiero que mi pueblo esté a salvo y no tenga miedo a que algo los ataque a medianoche. Este último año he perdido a mucha gente y necesito que eso pare —si no conociera bien su especie, tal vez me tragaría su actuación.—Mi gente necesita comer, ¿no pensarás que les exigiré que se mueran de hambre? No pondré a tu gente por encima de la mía —sentenció.—Eso lo sé, por ello he planteado un sistema más eficiente —levantó una ceja expectante —Mi pueblo les brindará la sangre que necesiten una vez por mes, los médicos se encargarán de extraer la sangre necesaria sin que muera nadie en el proceso. No quiero que más de mi gente muera, espero que entiendas mi punto de vista y consideres bien mi propuesta —me está dando tiempo a elegir.—Está bien, solo si dejas que las otras cuatro se las lleven mis hermanos —Sus ojos brillan triunfantes. Hace tiempo hice mi promesa, respeto y venero a los Dioses, pero si ellos me traicionan de nuevo no pienso mantener más mi promesa —Arturo, espero que por tu bien y el de tu pueblo cumplas tu parte del trato, porque si no —doy un paso a él. —dejaré que mi gente haga una masacre tan sangrienta que te arrepentirás toda tu vida de haberla visto.El brillo del triunfo se desvanece dando paso al terror.—¿Cómo es que se llama la última, la pelirroja? —Cuestionó dando un paso atrás.—Juliet señor. —responde enseguida. Mis ojos van a ella, a su rostro aniñado. Doy unos cuantos pasos hasta quedar más cerca de ella. El rey le ordena dar un paso adelante dejándome detallarla mejor. —La quiero como esposa. —la satisfacción en el rostro de Arturo no me pasa desapercibida, pero no le tomo importancia.°°°°—¿¡¡Te vas a casar!!? —Los gritos de Bert me hastían.—Ya te dije que sí. ¡Deja él trama! —Su maldito moralismo me está molestado cada vez más. —Ya te dije lo que tenía que explicarte, ahora no me jodas con moralidades absurdas. Qué aún no me explico cómo es que te haces el digno cuando peores cosas has hecho.Sus ojos tan oscuros como la noche me miran con furia.—No compares una cosa con la otra…—Claro, porque acostarte con toda una familia no está mal visto, porque hacer tríos y orgías con mujeres y hombres de distintas especies de veinte en adelante está bien…—¡Ya! Entiendo tu punto, ya no te digo más, haz lo que gustes. Si ellas necesitan protección, pues la tendrán —no deja que replique, se larga dejándome con la rubia en mi oficina, sus ojos se mantienen en el suelo de mi despacho. —Puedes hablar. —Le doy permiso para que diga lo que está pensando. Levanta la mirada, pero no me mira a los ojos «lo tiene prohibido» —Creí que teníamos una conexión. —musita. —Y la tenemos, no te preocupes por eso. —Pero… Te vas a casar. —Y no por eso dejas de ser mi sumisa.—¿Seguiremos estando juntos aun cuando te cases? —reflexiono un momento mi respuesta.—No veo porque no. Juliet será mi esposa, pero aún no está lista para una relación así, si ella quiere estar conmigo entonces tú te largas, pero si no puedes quedarte hasta que alguno de los dos se canse. —dejo en claro.—Yo nunca me cansaría de usted, mi señor.—Yo no puedo decir lo mismo. —La sinceridad es algo que hemos mantenido siempre y es mayormente por lo que nos hemos entendido bien todos estos años. Su rostro se contrae en tristeza. —Entiendo —es todo lo que dice antes de irse. °°°°La palabra matrimonio nunca había estado presente en mi vida, muchas de las criaturas con las que crecí y viví a lo largo de mi vida jamás le dieron importancia a tal acto, por lo que yo tampoco se la di. Y saber que ahora estaba atado a alguien por la eternidad era desconcertante y satisfactorio a la vez.Creo que una de las razones por lo que jamás lo hice fue porque a diferencia de los humanos que se casan y luego se separan y hacen su vida con otra persona sin consecuencias; para nosotros no es así, una vez casados se genera un vínculo el cual no se puede romper pase lo que pase, nos unimos en cuerpo y alma por la eternidad. Después de la muerte aún nos volvemos a ver, el vínculo jamás se quiebra, Juliet nunca se podrá deshacer de mí como yo, tampoco de ella…Al pasar una semana de mi “boda” vuelvo al palacio del rey de Gea. —¿Por qué no vienen sus hermanos? —pregunta Arturo, lo ignoro y fijo mi mirada en las otras cuatro jovencitas frente a mí. —¿Cómo te llamas? —Le pregunto a la joven de ojos rojos. —Diana, señor —responde con una sonrisa radiante, tal y como con Juliet su mirada tiene ese brillo fascinante, exceptuando que su brillo es distinto, burlesco, pero hace la misma función, te doblega de cierta forma. —Quiero que me dejen a solas con ella —ordenó y pronto el rey sale junto a las otras tres —Dime, Daina ¿qué te parece la idea de salir de aquí? —¿Voy a poder ver a mis hermanas? —inquiere con los ojos entornados. —Ah, querida, quiero que entiendas que no serás ninguna esclava ni harás nada que no desees o tú no quieras, eres una de nosotros, parte de la oscuridad que rodea a Gea y de las criaturas que detestan los humanos —su ceño se frunce. —Nos odian, ¿por qué? —pregunta con inocencia. —Los humanos tienen cierta cualidad para destruir lo que no conocen ni entienden, lo que saben que con únicamente quererlo pueden destruirlos, pero son tan idiota que aun sabiendo que pueden destrozarlos con un simple movimiento, se creen mejores y con el derecho de ser superiores a nosotros —mis palabras le dejan más dudas que respuestas. —No estoy entendiendo. —Hace tiempo existieron seres como tú y tus hermanas —comienzo —Seres que podían controlar el arte de la magia y estaban más conectados con la naturaleza que los mismos Crecientes, su poder era inigualable. Las brujas eran hijas de Hécate, la diosa de la magia, que al desaparecer de este plano sus hijos fueron llevados a la hoguera y sentenciados a muerte a ellos y a sus descendientes, es por ello es que no hay más como ustedes. Los humanos acabaron con su raza hace siglos, ya que las consideraban una amenaza. —Si eran tan poderosas, ¿por qué no hicieron nada al respecto? ¿Por qué no pelearon por su vida? —Cuestiona incrédula. —Las brujas, aparte de ser poderosas, eran muy pacíficas, siempre quisieron el buen para todos, ellas no quisieron luchar por su vida porque la misma promesa que hicimos nosotros también la hicieron ellas. Antes de que los dioses desaparecieran nos hicieron prometer que no destruyamos su más preciada creación, no importa que nos hagan ellos, no podemos tocarlos. —Eso es muy injusto, ellos mataron a personas inocentes —dice indignada. —Lo es, muchas veces hemos estado a nada de romper nuestra promesa, pero eso tiene un precio que pocos estamos dispuestos a pagar por seres tan insignificantes como ellos. —Él nos mintió, ¿cierto? —concluye. —¿Quieres saber la verdad? —Ella asiente convencida. Con cierta duda le extiendo el libro más antiguo y valioso que tengo. —¿Pará qué un libro? —En él verás la verdad, no sería justo solamente decirla porque la estaría diciendo desde mi experiencia y resentimiento. Es mejor que la veas tú y juzgues por ti misma. —Gracias —Su sonrisa vuelve y abraza el libro con fuerza a su pecho —¿con qué hermano me iré? —Con Bert —asiente con entusiasmo a pesar de no tener idea de quién es. —¿Confías en mi Diana? —No. —Entonces confía en tu hermana, ella está bien y ustedes pronto lo estarán. Si algo no les agrada pueden contárselo a Juliet, ella verá por su bien. —¿Podré visitarla? —Por supuesto, pero por ahora no. Primero hay que sacarlas de aquí —«y esperar a que Bert no haga ningún trama» —Está bien. La dejó en el palacio de nuevo, ya que aún no me la puedo llevar, pero pronto lo haré. Tal y como lo espere al principio, Juliet se niega a cualquier tipo de contacto conmigo. Respeto su petición, por lo que dejó que duerma en otra habitación dónde se mantiene todo un mes encerrada. Me cuesta, pero la dejo, no lograré nada si ella se niega a estar conmigo.El fuego que nos consume es el mismo que terminará con nosotros. ||••||Juliet. No tengo idea de cómo llegó al baño, ni mucho menos como logro entrar con el vestido pomposo, pero lo cierto es que logró entrar y soltar todas las lágrimas que contenía, no sé cuánto tiempo estuvo allí. Las horas simples pasan y las lágrimas parecen no acabar nunca, el dolor de mi pecho no desaparece, no cesa. —Juliet. —Los toques en la puerta hicieron que recordará que ahora tenía un esposo que quería asesinar para que me dejara sufrir en paz. Sin siquiera molestarme en arreglar el desastre que seguramente era, abrí la puerta y pasé de él sin siquiera verlo. Lo último que deseaba era discutir.Al no saber dónde m****a estaba y no querer preguntar, camine por el pasillo hasta llegar a la sala de estar donde un sofá enorme se encontraba en medio de esta, sin pensarlo mucho me acerque a él y me acosté. No pasaron muchos minutos cuando mis párpados empezaron a pesar y el sueño se hizo presente. Al desperta
Los demonios están saliendo del infierno en busca de lo que les pertenecio alguna vez. ||••||Su tono de voz me descoloca por varios minutos, desde que lo conozco nunca lo había escuchado tan dócil. —No tenemos nada de que hablar. — Respondo secamente. Sus ojos vuelven a mirarme.—Por supuesto que sí. —Su voz autoritaria vuelve. Me cruzó de brazos. —¿De qué? Me vas a explicar qué estaba haciendo con esa mujer. —Cuestionó con una mueca de asco. El tono rojo de su rostro se vuelve más fuerte. —No, por supuesto que no. Solo… —Aidan, no tienes que darme explicaciones de lo que hagas o dejes de hacer, no me importa. —Interrumpo. —Tú no me importas, haz lo que quieras. Tu mismo lo dijiste, estás conmigo para mantener la paz, pero tú no siente nada por mí, ni yo por ti. Solo entre de esa forma porque quería pregúntate si podías dejarme ver a mis hermanas, no estoy molesta. No tienes ninguna razón para serme fiel o dame explicaciones. —El desconcierto en su rostro es claro, pero también e
Recita mis palabras, porque las necesitarás para el día en que te mire y no te recuerde. ||••||Juliet. Admito que al principio detestaba a Aidan por aceptarme cómo mercancía a pesar de que me criaron para aceptar esta vida, pero supongo que él enamorarme de aquel joven en el bosque me hizo replantearme mi vida y todo lo que creía normal. Porque si algo me había dejado Damián era el cuestionarme si de verdad quería ser una esclava por el resto de mis días. Sin embargo, Aidan me demostraba cada día un poco más que él no es lo que me había hecho suponer. Sí, tal vez tenía mil y un defectos, pero no era muy diferente a lo que habían cometido alguna vez algún habitante de Gea. En el poco tiempo que llevó con Aidan aprendí varias cosas, entre ellas la manera en la que las criaturas de la noche veía a los humanos. Era extraño, ya que mis hermanas y yo teníamos otra perspectiva muy distinta a la de ellos, al crecer solo deseábamos ser como ellos, ser parte de la sociedad de Gea. No obst
Las almas no siempre se reconocen, los amores no siempre se corresponden y las pasiones no siempre se funden convirtiéndose en uno solo. ||••||Juliet. Solo por hacer sufrir un poco a Aidan —si es que de verdad siente algo— me encierro en mi habitación y salgo pasada las doce de la noche, tomó una túnica y salgo corriendo por los pasillos hasta llegar a la puerta, la cual abro con sumo cuidado y al estar segura me escabullo por el bosque. La brisa golpea mi rostro a medida que corro lo más lejos posible de mi hogar, las ramas crujen bajo mis pies y el olor que desprenden los árboles se cuela por mis fosas nasales. No lo voy a negar, estoy muy nerviosa por lo que estoy haciendo. Esto no es lo que me inculcaron, de hecho vivo haciendo todo lo contrario a lo que se suponía y tenía que hacer con respecto a mi esposo y mi vida de casada. En mi defensa Aidan no me pone restricciones a lo que debo o no hacer, es muy despreocupado con mis deberes. Al llegar a mi destino paró en seco, me s
En mi corazón habitan tres espadas y lastimosamente cada una de ellas las incrustó mi más preciado amor. ||••||(Pasado)Aidan.Peligro y oscuridad era el pronóstico que había dictado para Gea y nuestra gente, luego de regresar de mi viaje descubrí que esas dos cosas se aproximaban más rápido de lo que me gustaría admitir.Desde un principio supe que no tenía por qué confiar en Arturo, sin embargo, quise darle el voto de confianza y recibí lo que merecía por confiar de nuevo en los reyes humanos. Lo sabía, sabía que algo así iba a pasar, pero quise ser un inmenso imbécil.No sé si soy muy ingenuo o muy estúpido, ya habían pasado unas cuantas semanas desde que había hecho mi último viaje y una que otra cosa me había alarmado en gran manera.No obstante, no es mi único problema, puesto que Juliet me estaba dando más problemas que soluciones, pero no podía culparla, era mi culpa por no querer poner límites con Camille. La conocía de años y debía admitir que si había algo entre nosotros m
Por ambición y rencor comenzó esto y con sangre acabará este juego al cual llamamos: maldición y destino.~~~~Omnisciente.El rey Arturo para desgracia de Aidan no era para nada diferente al resto de los reyes que anteriormente habían tomado la corona en Gea, todos ellos tenían algo en común y era que en ninguno podías confiar porque podrías recibir un puñal directo al corazón.Lo que para Aidan fue un trato justo y un cierto alivio. Para Arturo fue la jugada perfecta para distraer y atacar.Para los humanos era imposible pensar en siquiera tener cerca a lo que ellos llamaban: aberraciones infernales. Todos ellos habían sido por años muy sumisos y eso causó que los humanos creyeran ser superiores y harían lo que sea para deshacerse de ellos. Más que odiarlos en cierto modo los envidiaban, ya que no podían ser como ellos preferían acabarlos hasta hacerlos cenizas.A pesar de que el rey tenía a su disposición un ejército listo para atacarlos, sabía perfectamente que la única manera de
Sus ojos arden en mi interior, su alma se ancla a la mía, su perversión se marca en mi piel.||••||«Un amor lo puede todo» Eso lo llegó a creer Juliet. Creyó por mucho tiempo el ciego amor que vendían los cuentos de hadas, pero no era su culpa porque a pesar de que ella conscientemente no sabía inconscientemente si sabía que ese amor existía solo que no con él. Su amor por Aidan iba más allá mucho más allá que cualquier otra cosa, porque así lo quería el destino. «Porque un amor insano es mucho más fuerte que uno que te pude salvar de toda la oscuridad que representas»Su destino era ser de él y el de ella por la eternidad. Era un destino completamente sellado, al igual que maldito.Porque su amor debía siempre ser apasionado, salvaje e insufrible para quienes lo rodeaban. Era un amor que debía ser consumido más no duradero y feliz, puesto que los Dioses ni ella lo permitirían jamás. Su amor debía seguir una estricta línea que hasta ese momento para ninguno era posible romper...«
Hola, Paso por aquí a informar que en los siguientes capítulos encontrarán la continuación de esta nada linda historia. Para entender mejor esta historia les recomiendo leer: Reino del caos. Lo puedes encontrar en mi perfil. Doy esta recomendación porque este libro es un Spin-off de esa saga que por ahora cuenta con 2 libros completos. El tercero está en proceso, pero hasta el 2 ya podrían entender esta historia mucho mejor. Me disculpo por tantos errores de ortografía y gramaticales, la verdad este fue uno de mis primeros libros y ha sido el único que no me ha detenido a corregir por flojera la verdad. Aunque el resto no está que tú digas la cosa mejor escrita, pero al menos está más decente. No me juzguen, voy aprendiendo cada día de mis errores. Sé que esto de verdad necesita corrección y edición con urgencia porque no doy a entender bien el tema de la reencarnación y a que se refieren al final Aidan y Julieth, sin embargo, por eso les digo que corran a leer Caos porque allí te