8. Una farza
Luis no deja de pensar en que estar haciendo aquella noche Gabriela, no puede concentrarse ni en lo que le dice su hija, por ellos cuando esta decide ir a dormir se siente aliviado, no puede evitarlo, quizá traspase los limites, pero no puede contener los sentimientos que ella con su regreso a despertado, no sabía cuánto la ha extrañado hasta ahora que la tiene cerca, se sentía muerto, sin sentimientos, pero ahora todo había cambiado. Insiste una vez más y esta vez la llama, — Hola, Gabriela, siento tener que ser insistente. — Vi tus mensajes y llamadas, pero la verdad no logro comprender porque te sientes en derecho de compartir conmigo tu opinión, creo que con quien yo salga no es tu problema, tienes 10 años que no me ves, ¿a qué viene tu preocupación? — No lo conoces, no quiero que dañe tu imagen en la clínica. — Soy una adulta se que debí hacer o no, además durante años me enfrentado a mucho y tu no has estado allí. — No quiero que siga siendo de esa manera, eres mi emple
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