Londres, U.K 21 de Enero, 2021 ―Mamita, ¿te sientes bien? Alzo mis ojos grises del libro que tengo entre las manos al oír la voz cantarina de mi compañera de trabajo. ―Sí, estoy bien ―respondo no queriendo sonar descortés―. ¿Por qué lo preguntas? ― ¿Estas segura, mi reina? Porque esas ojeras que traes en el rostro no mienten ―me mira preocupada y tuerce la boca―. No te vez nada bien. Le dedico una media sonrisa algo ambigua y dejo a un lado mi libro, convencida de que ya no poder terminar con mi lectura de esta semana; cuando Martina comienza una plática es difícil hacerla callar. ―Gracias por preocuparte, pero en serio estoy bien ―trato de sonar lo más convincente posible, porque es improbable que yo puedo confiarle mis problemas a nadie. Han pasado más de quince días desde que Dafne me llamo y discutimos; ella estaba muy alterada, me dijo cosas muy feas y por más que trate de explicarle, se negó a escucharme. He intentado hablar con ella, pero se niega a tomarme las llamadas
Leer más