31 de Octubre 2020―No me queda duda que te tomaste muy en serio lo del disfraz. Tú cara es lo mejor del atuendo.Resoplo con hastió, alejándome del que se supone es mi puesto de trabajo habitual, hasta quedar en una esquina del sitio que hemos acondicionado para la ronda de lecturas de libros de terror y suspense por parte de los clientes que han venido a nuestra reunión de Halloween aquí en la librería. La luz no ilumina por completo esta parte de la tienda y quedo oculta por la silueta de un fantasma que cuelga de la pared.― ¿Por qué estás tan amargada esta noche? ―Jayson se apersona frente a mí y cruza sus brazos para aparentar que su pregunta es seria.―Porque soy Merlina Addams, ¿no lo ves? ―respondo cortante y él retrocede un paso, alzando sus manos al aire como si no se esperase una respuesta como esa.―De acuerdo ―bambolea su cabeza―. Si no quieres hablar, solo debes decirlo, Charlotte. No tienes que ser tan agresiva. No conmigo ―su voz denota una gran decepción y de inmedia
― ¡No puedo ser que esto me esté pasando a mí! ―Graznó con desesperación, Alisson mientras esperábamos a que la policía tomara alguna declaraciones de lo sucedido―. ¿Dónde se supone que voy a dormir esta noche? ―se cuestionó a sí misma y me miro desvalida con sus ojos azules exudando desconcierto―. Ni siquiera tengo dinero para pagar un taxi.La mire sin expresión alguna en mi rostro, porque me mente no terminaba de asimilar lo ocurrido. Un grupo de cuatro tipos enmascarados se habían encargo de cortar la electricidad antes de entrar a robar las pertenencias de los clientes que habían asistido a nuestra reunión. Fueron veinte largos minutos de tensión y sollozos ahogados mientras los asaltantes amedrentaban a cualquiera que se resistiera a entregar sus cosas de valor. Armados con navajas tomaron a Jayson como rehén y lo obligaron a entregarle todas las ganancias obtenidas con el evento, su ordenador portátil y su celular. Por fortuna nadie salió herido, pero sí muy conmocionados con l
Brisbane, Australia. 10 de Abril 2019 No era mi primer viaje en carretera, pero viajar por casi diez horas en auto dejaba mi culo bastante plano y mi espalda adolorida; tal como había previsto Dafne, llegue a Brisbane a las nueve de la noche, pero a pesar de eso la ciudad bullía de actividad por doquier. Dispuesta para la ocasión y con mis labios pintados de rojo para resaltar los rizos de mi melena rubia y mis ojos grises, subí al ascensor que me llevaría hasta el octavo piso donde quedaba el apartamento de mi prometido; me sacudí el sudor de las manos y con la felicidad desbordándose por cada poro de mi cuerpo, toque el timbre y espere. ― ¿Puedo ayudarte en algo? ―Cuestiono una mujer al abrir la puerta del apartamento; era una morena muy hermosa. La sonrisa en su rostro y sus labios hinchados me hicieron suponer que había sido besada con mucha pasión minutos antes de abrirme; y como si eso no fuera suficiente, su cuerpo estaba cubierto solamente con una camisa de homb
Sídney, Australia. 08 de noviembre, 2020 “Pasajeros con destine a Londres, por favor abordar por la puerta número tres.” ―Bueno, creo que ya es hora de despedirnos ―Abigail se pone de pie y toma su bolso del asiento de espera; mira a Dafne de manera apremiante, pero ella no parece tener intenciones de soltarme―. Vamos monstruo, no hagas esto más difícil para Charlotte. Los brazos de mi hermana, la misma que odia las muestras de afecto, se aferran como garras en mi cintura. ―Sé que debo dejarte ir, pero no quiero ―murmura con el rostro escondido en mi pecho, su voz nasal me advierte que ahora mismo ella está llorando―. La última vez que nos despedimos ya sabes lo que paso. Me hiciste una promesa que no cumpliste ―recuerda con un tono doloroso. Mi pecho se estruja y la respiración se me atora en la garganta. Veo a las demás personas en la sala de esperar tomar sus cosas y avanzar hacia la puerta de embarque; Abigail finge mirar a todos lados con algo de impaciencia y esa es su for
Londres, U.K 23 de noviembre, 2020 Llego a la librería cuando mi reloj de pulsera marcaba las 8: 35 am; cinco minutos tarde no estaba tan mal para ser mi primer día. La fachada por fuera era bonita y colonial, e incluso poseía una jardinera llena de flores en la única ventana que daba visibilidad al interior del local. Me asome con cuidado a ver si captaba algún movimiento dentro, pero todo parecía desierto al igual que la calle y cuando me acerque a la puerta, note algo extraño, la cerradura había sido forzada. Inmediatamente todas mis alarmas se dispararon. Entre cual gata sigilosa y deje mis cosas cerca de la entrada por si tenía que golpear a alguien y huir por mi vida; no tenía idea de cómo pelear, pero me valdría de cualquier cosa para ayudar al amigo de mi hermana. La librería por dentro era más grande de lo que imaginaba, había varias estanterías abarrotadas y el olor característico de los libros impregnaba el aire; incluso tenían un segundo piso que hacía las veces de ter
Londres, U.K 29 de diciembre, 2020 Ha pasado más de un mes desde mi llegada a Londres y debo decir que las cosas no van tan mal como imagine. Tener un trabajo ha hecho grandes cosas por mi mente, manteniéndola siempre ocupada. No puedo decir que me he olvidado por completo de mi pasado, mucho menos de mis sentimientos, eso es algo que me ha resultado muy difícil y no basta con chasquear los dedos; sin embargo, he aprendido a sobrellevar mejor mi dolor, a sonreír de vez en cuando y a no asociar cualquier cosa de mi presente con Charlie. Mi nueva casa sigue pareciéndome ajena, aunque he intentado agregarle cosas que me hagan asociarla con mi antiguo hogar y parte de lo que alguna vez fui. No duermo ocho horas seguidas porque las pesadillas siguen atormentándome, pero al menos consigo descansar lo suficiente para mantenerme en pie por el día. Algo que debo agradecerle a mi hermana Aby, es el haberme encomendado con una persona tan comprensiva como Jayson Graham. Él ha sido un gran
Londres, U.K 30 de diciembre, 2020 ―Debo admitir que eres una chica bastante agradable, Charlotte. Apuro mi copa de vino y miro en otra dirección, cohibida por la forma en que Jayson me observa. ―Antes solía ser más divertida ―contesto sincera y me aparto uno de los rizos que se me ha metido en la cara―. Lamento que tengas que conocer esta versión tan pobre de mí. Admitir la realidad en voz alta no escoce, porque he aprendido a convivir con mi nueva versión por mucho tiempo; la depresión me convirtió en una mujer mediocre que espera muy poco de la vida. ―Desafortunadamente, el pasado es algo que no podemos borrar, pero la vida continua ―alza su copa de coñac a mi salud y bebe un poco. El restaurant al que hemos venido ya se ha quedado completamente vacío, siendo pasada la medianoche; hace rato que recogieron las mesas y solo ha quedado la nuestra gracias a que Jayson es socio del lugar. ―Es doloroso despertar cada día pensando en todas las posibilidades que ya nunca podrán ser
Londres, U.K 21 de Enero, 2021 ―Mamita, ¿te sientes bien? Alzo mis ojos grises del libro que tengo entre las manos al oír la voz cantarina de mi compañera de trabajo. ―Sí, estoy bien ―respondo no queriendo sonar descortés―. ¿Por qué lo preguntas? ― ¿Estas segura, mi reina? Porque esas ojeras que traes en el rostro no mienten ―me mira preocupada y tuerce la boca―. No te vez nada bien. Le dedico una media sonrisa algo ambigua y dejo a un lado mi libro, convencida de que ya no poder terminar con mi lectura de esta semana; cuando Martina comienza una plática es difícil hacerla callar. ―Gracias por preocuparte, pero en serio estoy bien ―trato de sonar lo más convincente posible, porque es improbable que yo puedo confiarle mis problemas a nadie. Han pasado más de quince días desde que Dafne me llamo y discutimos; ella estaba muy alterada, me dijo cosas muy feas y por más que trate de explicarle, se negó a escucharme. He intentado hablar con ella, pero se niega a tomarme las llamadas