Alessa recordaba muy bien el momento en el que todo pasó; eran seis semanas de atraso, así que todo se reducía a un encuentro específico.Se acordaba perfectamente. Fue una noche, fría y bastante hermosa; fue la noche que ella llegó tarde de una cena con Sophia y estaba durmiendo profundamente a muy temprana hora, mientras él estaba en su taller terminando unos ajustes a su Lambo.Recordaba muy bien haber sentido la presencia de Leonardo en la cama y luego muy cerca de ella. Se había removido, pero eso a él no le impidió besarle el hombro y acariciarle el brazo.—¿Mm? —No estaba del todo despierta, pero poco a poco se iba despertando por los besos del moreno.Había abierto los ojos y sonreído al instante. A través de la oscuridad, no tardó en reconocer los brillantes ojos de su amado.—Leonardo, me despertaste —susurró, pero no molesta, sino traviesa y ya un poco caliente.Él le robó un beso y le mordió un poco la mandíbula, tan sensual y pícaro, que la hizo reír y suspirar.—Era la i
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