—Hola, forastero. Estás perdido. Encontraste otro amor y te olvidaste de tu hermanita.—Sí, claro. El amor por la medicina. Este semestre está brutal. He tenido poco tiempo, Lena, de verdad. —respondió Alexis ante los cuestionamientos de su media naranja.Adoraba a su hermana. No habría nada que le quitara ese primer lugar que ocupaba en su vida pero, Elena había seguido adelante y él tenía que hacer lo mismo. Y aunque sabía que siempre podía contar con esa mitad de su alma, era la hora de tomar las riendas de su vida.—No te preocupes, enano. Me alegra mucho saber que estás cumpliendo uno de tus sueños. Entonces, ¿qué hay de nuevo?—Te llevo veinte centímetros, en todo caso la enana eres tú. No me gusta que me llames así. Eso estaba bien cuando era un niño pero ya es bochornoso. Elena sonrió. Pero no pudo evitar tirarle otra pullita. Siempre decían que el segundo hijo era el más revoltoso. Eso no se aplicaba con ellos. Alexis era el tranquilo y ella la complicada. Su hermano era pac
Leer más