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Todos los capítulos de Corazón sin dueño: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1. |Problemas de deuda|
Mia Davis Manhattan, New York. Mis dedos maquillaron rápidamente la zona debajo de mis ojos, esas ojeras que se habían formado por falta de sueño y el cansancio me tenían fastidiada. Trabajar de cocinera nueve horas en el restaurante de mi novio, estudiar la maestría por la mañana y todavía llegar a casa para atender a mi padre que tenía adicción al juego, me estaba consumiendo, pero mostraba lo mejor de mí y no me permití para nada el rendirme, menos cuando mi madre nos abandonó por irse con otro. — ¿Mía? —era mi padre llamando a la puerta del baño. —Dime—más maquillaje a gran velocidad. —Estoy tarde. —le recordé. —Dame dinero, —exigió del otro lado de la puerta, detuve lo que estaba haciendo y al verme en el espejo reflejada, solté un suspiro de cansancio. Era la misma historia de todas las mañanas antes de irme a la universidad, la pelea por no darle dinero para su vicio del juego. —Anda, sé qué me has escuchado. —aporreó con fuerza la puerta de nuevo. —Anda. Solo esta vez.
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Capítulo 2. |Un acuerdo|
Michael Redford Casino, horas atrás —No voy a hacerlo. Definitivamente no. —repliqué a mi padre del otro lado de la línea por el altavoz. — ¿Y si te dijera que tengo a alguien en mi vida eso cambiaría tus planes? —A menos que sea mejor que la familia Salvatore, podré aceptarlo, mientras no sea así, tienes que cumplir con el compromiso. —luego terminó la llamada, miré el teléfono por un momento pensando detenidamente como es que me saldría con la mía, como siempre solía hacerlo. Pero en esta ocasión, al parecer no sería así. Tocaron a la puerta de la oficina en el interior de uno de los casinos de los que soy propietario en Atlantic City: “Redford Casino” fue nombrado uno de los más grandes casinos en el año de 1983, después del casino de la competencia: Caesars Casino. Y desde entonces se mantenía en el número uno bajo la administración de mi padre, después de casi diez años, eso no había cambiado bajo mi mando. —Pensemos más tarde de ese tema, Redford. —me dije a mí mismo cortand
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Capítulo 3. |Sacrificio|
Mia Davis Casino Redford — ¿En qué te has metido ahora? —miré el reloj, luego a mi padre, estaba furiosa, pero también tenía miedo. — ¿Sabes que podrían correrme del restaurante? Me han quitado mis cosas y eso incluye mi celular, no puedo avisar que llegaré tarde y…—detuve mis palabras cuando dos hombres aparecieron en el pasillo. —Señor Davis, puede despedirse para luego llevarlo a la oficina y de ahí al casino. —arrugué mi ceño, mi padre no hablaba, pero lo vi pálido. — ¿Cómo que a la oficina y luego al casino? ¿Y yo? ¿Cuándo me dejarán ir? —mi corazón se agitó con fuerza. —El señor Davis ha hecho un trato con el señor Redford. —contuve un poco mi respiración y lo miré en espera a que dijera algo. —Hágalo ahora. —le ordenó el hombre de una manera de advertencia. Mi padre se levantó y yo igual. — ¿Por qué dice que te tienes que despedir? ¿A dónde vas o qué? —pregunta tras pregunta, pero mi padre no dijo nada. —Entonces es verdad. —mi voz tembló. — Has pagado tu deuda conmigo,
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Capítulo 4. |Sumisión|
Mia Davis Casino Redford Oficina central Horas después, leía detenidamente cada detalle de ese contrato, párrafo por párrafo, lo que no entendía, se lo pregunté al señor Redford y él me explicó pacientemente, no podía preguntarle a nadie más, ya que era confidencial todo y además remarcó que cuidaba su reputación como la de su familia. —Pero, si preguntan sus padres mi estatus económico, mis padres y lo que lleva de la mano eso, no creerán nada, incluso pensarán que es un chiste. —él me miró detenidamente desde su silla del otro lado del escritorio. —Ya tengo solucionado esa parte. Serás de familia millonaria y de un perfecto status económico, mejor que el mío, que el de mi familia y de los Salvatore, con ello quedará más que conforme mis padres, y acerca de sus padres, están muertos. —abrí mis ojos con sorpresa a escucharlo tan crudamente de su boca. — ¿Otra duda, señorita Davis? —Bueno, ya que fingiremos ser una pareja comprometida, debería de llamarme por mi nombre. —él a
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Capítulo 5. |Fingir|
Michael Redford Casino. Oficina Central Control. El control en mi vida es prioridad. No podía simplemente perderlo. Eso me causaba ansiedad. Problemas. Estrés. Mientras esté todo en orden y controlado, no habrá problemas. Pero al verla, sabía que estaba corriendo un gran riesgo que me descubrieran. De no salirme con la mía. ¿Pero por qué insisto en intentarlo siquiera? Mia Davis Morgan, sería difícil. Desafiante. Y me ocasionaría bastantes problemas, pero aun así, quería hacerlo. ¿Qué era esto? Intrigante. El hombre más psicópata de este mundo estaba curioso. Arriesgaría bastante cuando esa firma estuviera plasmada en el documento y aun así deseaba que lo firmara. —Aquí dice que dura un año el matrimonio, y son…—pude notar la impresión en su rostro, supongo que está leyendo los beneficios que obtendría después de dejarla libre. —Son bastantes beneficios… —sus ojos azules se quedaron en mí. —Es lo que ofrezco por el servicio de una prometida y esposa falsa durante un año. —ella segu
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Capítulo 6. |Un rompimiento|
Mia Davis Firmé. Una firma en un documento confidencial donde sería la prometida y futura esposa del señor Redford durante un año con unos beneficio que al terminar muchos quisieran tener. Mi padre había desaparecido una vez que salí en su búsqueda. Al parecer la tierra se abrió bajo nuestros pies y se lo tragó. —Señorita Davis, hemos llegado. —anunció el chófer con la puerta abierta de mi lado para ayudarme a bajar, una de las cláusulas era mudarme así que un hombre de su confianza, me había traído al departamento a hacer mis maletas. —Gracias. —le dije. — ¿Cómo es que te llamas?—pregunté. —Alek. —era un hombre alto, fornido en traje negro y calvo, por su acento podría ser un ruso. —Bien, gracias, Alek. —él asintió y al bajar cerró la puerta para ir detrás de mí. —Puede esperar aquí. —le dije pero él negó. —Mis indicaciones son bastante claras, señorita Davis, subir con usted y asegurarme que haga su maleta para después marcharnos al departamento que se le ha asignado. —O
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Capítulo 7. |Un nuevo lugar|
Michael Redford En cuanto se había marchado Mia de la oficina privada del casino, había hecho un par de llamadas, en una de esas era arreglar una habitación extra de mi ático, la otra llamada, a mi familia para confirmar mi asistencia con un acompañante a los viñedos en Napa Valley, California, otra a mi asistente personal para pedirle que hiciera un par de compras de cosas femeninas para la habitación de Mia. Había decidido de último momento que viviéramos juntos en el ático, cada quien en su habitación, para estar más al tanto del uno y del otro con el plan que tenía armado. Tenía que funcionar, si ella sabía cómo era moverse en mi lugar privado, podría ser un extra por si mi familia preguntaba detalles, así Mia podría responder sin problema. — ¿A dónde nos dirigimos?—preguntó curiosa mirando por la ventanilla del auto. —A mi ático. —ella giró su rostro hacia mí con esos ojos azules muy abiertos, agitó sus pestañas en señal de estar pensando por qué iríamos a mi espacio privado.
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Capítulo 8. |Un nuevo guardarropa|
Mia Davis Estaba sentada en la orilla de la cama gigante que adornaba el centro de la habitación, era impresionante el lujo del lugar, tenía todo lo que una mujer podía desear, había un gran tocador con luces alrededor del marco del espejo, me recordaba a esas artistas famosas que tienen en sus camerinos, una pared, era de cristal y daba a una majestuosa vista panorámica del Central Park y los alrededores, casi se me cae la boca de la impresión. Akira me mostró mi nuevo baño, era del tamaño de dos habitaciones, una bañera de mármol negra, con detalles de oro, un lavamanos a juego gigantesco, una ducha aparte de cristal, llegamos al armario que estaba por una puerta, y era el doble de grande que el baño. —Dios mío santo. —susurré atónita. —Aquí está todo separado por orden. En esta área…—caminé detrás de Akira, una luz se encendió y mostró vestidos de noche colgando, aun con sus etiquetas. —Estos son vestidos de gala, de coctel, formal e informal. Esta área…—se encendió otra luz—Son
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Capítulo 9. |Cambios inesperados|
Michael Redford Ático Redford Terminé de hacer otro par de llamadas después de hablar con Mia para arreglar su cabello, quería que antes de presentarnos en el evento anual del vino de los viñedos de mi familia, estuviera presentable. Tendría que hacer un guion para poder estudiarlo y así mis padres, que son bastantes curiosos, si empezaban a indagar más allá de lo que estoy decidido a permitirles, estaría preparado. Así como Mia. —Señor Redford, —me llamó Akira. —Dime—contesté guardando mi celular en el interior de mi americana. — ¿Solo será el fin de semana en Napa? ¿O tengo que empacar más ropa para días?—esa era una buena pregunta, pensé por un momento que debía de estar preparados para cualquier imprevisto. —Prepara ropa para varios días, quizás una semana. ¿Tienes las nuevas maletas de mi novia?—Akira sonrió al escuchar de mi propia boca «Novia», lo que ella y nadie más sabía era que solo era una treta para escabullirme del compromiso con la hija de los Salvatore. —Sí,
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Capítulo 10. |El señor Redford tiene novia |
Mia Davis Durante el camino al club, Redford comentó que el lugar era famoso, que solo entrar la membresía costaba diez mil dólares, y otros diez grandes anual, era un club que tenía lista de espera bastante grande, que solía coincidir con grandes personajes y famosos, entre ellos Elon Musk, mi boca casi se cae al suelo al escuchar eso, que había sido invitado al after party en el club después del Met Gala. Pero al escucharlo hablar, era como si fuese algo normal, pero para mí no lo era. —Tu itinerario es…—revisó en la pantalla de su celular—A las ocho y media tienes tratamiento capilar, después…—y empezó una lista que me tendría ocupada hasta las dos de la tarde. —… Y luego, depilación. —giré mi rostro hacia él. — ¿Depilación? Me depilo las piernas yo misma. —me puse incómoda y hasta podía jurar que mis mejillas se sonrojaron por completo. —Aquí lo harán por ti por completo, ya está la cita. —regresó su mirada a la pantalla iluminada. — ¿A qué te refieres por “completo”? —vi clar
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