Había transcurrido poco más de un año ya, al menos desde la última vez que Eizan supo algo de Adara, y sin duda el último sabor de boca que dejó la pelirroja fue el más caótico que cualquiera se pudo imaginar o al menos así es como lo describiría Eizan. Si bien él mismo se negaba a creer en un inicio que ella fuera la responsable de todo lo sucedido, concediéndole el beneficio de la duda, ella misma había forjado su destino cuando escapó del hospital apenas despertó, huyendo como una ladrona sin ninguna explicación. Por supuesto que su padre jamás confesó que había procedido contra Adara para meterla en prisión de nuevo cuando esta se encontraba aún sin despertar.Por otra parte su relación con su padre había dado un cambio inesperado, después de unos meses de persistencia siendo el primero en entrar a la empresa y el último en irse, desempeñando una increíble labor impecable. De este modo ganando poco a poco el respeto de su padre… O al menos dejando de recibir el trato denigrante, p
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