Narra Adara… Todo parecía tan irreal desde el momento en el que Eizan se plantó frente a mí, con la misma esencia que me cautivo desde un inicio, solo que ahora un aura oscura lo envolvía. Su perfecta sonrisa de medio lado continuaba teniendo efecto en mí… Y él la capacidad perfecta como para hacerme caer directo de rodillas frente a él, desarmada y sin deseos de lucha, finalmente mi fuego interno no puede causarle ningún daño. — No es normal que estes silencio durante tanto tiempo.— Su gruesa voz me trae de vuelta a la realidad parpadeó un par de veces percatandome de que me encontraba en el interior de su auto con el fuerte olor que emana siendo una especie de estupefaciente personal.— Vamos, esta no es la caperucita que yo conocí. — ¡No vuelvas a llamarme así!— Gruño molesta, ya que ese era solo un pase directo al valle de los recuerdos juntos. A pesar de los años podía continuar sintiéndome tan suya igual que la primera vez que me tomó. Una parte de mi deseaba decirle desde el p
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