Mi loba está furiosa porque faltó a su palabra de alfa, una que debe respetar como a su manada. Es tan importante que nadie escapa del castigo por romperla, es una promesa que todo ser superior a los demás tiene la obligación de cumplir. James no lo hizo, lo peor es que sucedió porque tenía miedo de mí, de la seguridad con la que lo reté a un desafío secreto. Su justificación es una mentira, sabe que por algo me atreví a desafiarlo. Atacar dentro de la mansión no es una buena idea, los guardias podrían llegar en cualquier momento y mi fuerza no sería suficiente para matarlos a todos. Intento comunicarme con mi loba para hacerla entrar en razón, pero no, ella está roja de la furia, solo ve a James transformarse y atacar de vuelta. El bastardo es veloz, tantos años de entrenamiento lo volvieron una máquina de matar, desvía mis movimientos fácilmente; nuestros cuerpos colisionan, el mío más pequeño que el suyo, con menos músculos. Tengo ventaja por mi tamaño, puedo pasar debajo de su
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