Si tuve suerte cuando ella me rescató, ahora hasta creo ser bendecido por el mismo Dios al que aborrezco, ante mi se presenta una oportunidad irrepetible que debo utilizar en mi favor. Admito que todavía no me termino de creer lo que es, el verla cambiando de forma hasta convertirse en un perro enorme o un monstruo, bueno, ella se llama a sí misma licántropo, fue impactante. Fue muy informativa, me contó resumidamente los puntos más importantes de su raza e historia, la interrumpí varias veces para hacerle preguntas, honestamente cosas que no cuadran aunque hasta hace unos días creí que solamente eran seres mitológicos inventados para vender libros y películas. Por poco y me sella la boca con cinta adhesiva al no detener mis cuestionamientos, fue muy comprensiva al inicio pero en la vigésima pregunta si ya me dió una advertencia. La parte que evidentemente fue shockeante se trató de lo que para los licántropos es su otra mitad, su mate, sienten un amor y atracción natural puede ll
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