Estoy a veinte minutos de llegar a la reunión que podría sellar el destino de mi familia o devolverme aquello que me pertenece legítimamente. Esa alianza es crucial para poder invadir esos territorios y así cortarle la cabeza a ese maldito traidor.

El humor que tengo es de perros, ninguno de mis trabajadores pudo encontrar una sola pista del paradero de Gianna, según ellos fue como si se la hubiese tragado la tierra, nadie sabía de ella y eso que se encargaron de buscar por cada rincón de la ciudad.

Me molesta no tenerlo que quiero, estoy tan acostumbrado a que mi voluntad sea obedecida que está falla fue pagada con la vida de tres hombres, mismos que no lograron conseguir las putas grabaciones de la fiesta y que además de todo eran informantes de mis enemigos.

Los traidores son una plaga que hay que predicar y así dar una lección a todos aquellos que intentan seguir su mal ejemplo.

Solucionado eso tuve que dejar de lado un tema qué me distraía de mis verdaderos deberes, ninguna m