Lavé mi rostro con agua fría para despertarme, necesitaba seguir atendiendo a los heridos. Ema estaba mejorando, respiraba con más normalidad, aunque sus heridas estuvieran allí. Greg, todavía tenía que pelear bastante para estar fuera de peligro. Su hermano lo acompañaba día y noche, vigilando su recuperación.Estaba preparando los medicamentos cuando lo encontré, en la sala. Kal llevaba un temple serio, no había hablado casi nada desde que llegó a la casa, después de huir de la casona de Jayden el día que atacamos.—¿Eso le hará bien? —pregunté, mirándolo con atención.Asintió con la cabeza.—Supongo que es una pregunta retórica para dar charla. —puso un tono más irónico, siempre hacía el mismo cuando algo le fastidiaba. —Claro que le hará bien, es mi hermano, quiero que se recupere.—No seas grosero. —reproché, el asintió. —¿Tú estás bien?—Sí, no fui gravemente golpeado como mis hermanos. Se que Iker está bien y estará mejor, pero Greg me preocupa, él fue sometido a más torturas.
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