(Iker)—Tenemos que hablar ahora, hermano. —dijo Kal, al tiempo en que se esforzaba por fastidiarme.Lo seguí por el pasillo hasta el jardín, parecía ser el único lugar que no estaba plagado de gente. Esto no tendría que seguir ocurriendo si pudiéramos ir a alguna de mis mansiones, donde el espacio sobraba. Pero este anonimato que había que seguir me impacientaba, tener que estar todos amontonados era insoportable.—Dime. —dije, enfocándolo. —¿Qué es lo que quieres? —pregunté. Quería que fuera directo al grano.—No creo que estés actuando bien, he visto lo que le hiciste a Charlie, casi lo has matado. —empezó a decir Kal, con su prudencia característica.Otra vez esa necesidad de cuestionar mis órdenes y mi forma de proceder.—¿Quieres desafiarme? —pregunté. —Podrías ocupar su lugar y estar recuperándote.—No, sabes que no. Somos hermanos, joder, es que no puedes solo escucharme y ya. Busca tu prudencia, hoy más que nunca necesitamos aliados para pelear en esta guerra.—Bueno, estoy v
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