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Todos los capítulos de Comprada por el alfa: Capítulo 111 - Capítulo 120
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Exhaustos
(Abigail)El despertar de aquella mañana me pareció increíble. Había una bandeja de desayuno junto a mí, que dejó Nat muy temprano. Eso me sorprendió, nadie solía levantarse incluso más temprano que yo. Me pareció un detalle muy hermoso de su parte el traerme el desayuno a la cama. Entró a la habitación con una chaqueta de jean holgada y gastada, con una camiseta negra debajo y unos jeans muy oscuros. Me agradaba su forma de vestirse informal, lo hacía ver despreocupado y suelto.—Buenos días. —saludó, al tiempo en que se servía un vaso de zumo de naranja para beber a mi lado.Los wafles eran de vainilla y había toda clase de salsas.—Muchas gracias por todo esto. —dije, sonriendo.—No me agradezcas, has hecho mucho por nosotros y necesitas energía para todo lo que haces en el día. Mira, si no fuera por ti todos esos lobos seguirían sin un rumbo fijo.Era cierto, en los últimos días había entrenado a los lobos con rigurosidad y había rendido frutos. La disciplina los hacía mucho más f
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Trepando
(Nat)Esto parecía una auténtica locura, Kat estaba sobre Abigail y parecía que se estaban golpeando.—¿Qué hacen? Contéstenme ahora. —ordené, con muy poca paciencia, no había tiempo como para hacer esa clase de tonterías.Pero fue Kat la que respondió y por el contrario a lo que yo había creído, se quitó la blusa dejando sus senos al aire.—Estábamos jugando, querido. ¿Por qué nos interrumpes así? —preguntó ella, con una sonrisa seductora en el rostro.Abigail asintió con la cabeza.—Eso hacíamos. —dijo, al tiempo en que se quitó también la blusa.Ambas estaban semidesnudas en la cama, juntas, como si hubieran estado peleando. No me explicaba porque estaban haciendo esto.—¿Quieres jugar con nosotras? —preguntó Kat, al tiempo en que me observaba fijamente.No pude evitar sentirme atraído por esa escena, las dos eran increíblemente irresistibles y seductoras. Estaban juntas y sus intenciones eran confusas. Salí de allí cerrando la puerta a mi paso, buscando aclarar mi mente sin haber
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Rompiendo las reglas
(Keira)Hablar con Jayden me dejó confundida y no precisamente con mis sentimientos. Era mucho más que eso, estaba sembrando un intento de compasión en mi interior. Mi corazón no era duro como una roca, sus palabras si hicieron que me preguntara si era cierto que Kat estaba sufriendo mucho.El intento de compasión se desvaneció al ver a Ema y Greg de la mano, al regresar al interior de la casa. Ellos fueron los que más sufrieron la ira de esa desgraciada. Recordé a Kat con las cadenas en sus manos, ahorcándolos a los dos y disfrutando de su dolor.Ema me saludó con un abrazo.—Estoy feliz de que estes recuperándote. —dije, al tiempo en el que la estrechaba entre mis brazos.Una alarma por parte de Greg nos hizo entender que alguien se acercaba al refugio. Eran dos autos importados de color negro, con los vidrios polarizados. Estos se acercaron a unos metros del refugio y estacionaron sin reparo alguno. Parecían tener total confianza. Los lobos de inmediato se pusieron en alerta, bloqu
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Pausa para la lucha
Busqué por todos los modos que pudiéramos ponernos de acuerdo en esta reunión, cosa que parecía ciertamente imposible. Los gritos abundaban y cada vez eran más, nadie podía entrar en razón y tampoco se podía hacer que Iker cambiara de opinión.En el momento de la pausa antes de que la discusión siguiera. Sentí que era necesario que hablara con Robert. Era el más fuerte en sus convicciones y tenía que optar por intentar convencerlo por mi cuenta.—No podrás encontrar flexibilidad en un viejo como yo, Keira. —dijo, apenas me vio. Él se hallaba solo, parado al lado de su automóvil favorito—No diga eso, usted no es un viejo. —dije, pero al segundo me di cuenta de que no tenía sentido. Él sonrió.—Bueno, es amable de tu parte. —su voz arrastraba melancolía.—Esto no debe estar pasando, usted sabe que necesitamos cada segundo para prepararnos. No ganaremos si nos dividimos.—Comienzo a creer que esta lucha no es mía. —contestó él.—Pero si lo es, usted prometió que me protegería ante todo
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La resistencia del amor propio
No me quedaba en claro si se burlaba de mi o de los poderes de Kat, pero se había ahogado con esa carcajada por minutos y comenzaba a fastidiarme. Al parecer le parecía un problema muy tonto, bajo su punto de vista tan despreocupado.—Bah, si no vamos a entrenar me voy. —dije, molesta.—No, te quedas aquí y aguantas esta risa. Mira, vas a decirme que no es divertido. Nunca creí que alguien pudiera sentirse intimidado con la inseguridad. Si no fortaleces tu amor propio, entonces estás perdida en cualquier aspecto de la vida. ¿No te parece? —preguntó, mirando con severidad. Ahora no parecía estarse burlando.Asentí, claro que lo sabía. Pero no era para mí tan sencillo, a veces a lo largo de mi vida sentía una montaña de inseguridades que no se marchaba con nada. Esa falta de amor propio a veces me ahogaba y cuando creía que se había marchado, regresaba con más fuerza. El miedo al rechazo, las burlas y el fracaso eran tan difíciles de expulsar de mi vida. Sabía que era un impedimento en
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División de mundo
(Kat)Los celos que me invadían constantemente me hacían tener una pesadez insoportable. Esa Abigail parecía hacerlo todo bien. Era mucho más linda que yo sin tener que hacer nada y con casi cien años, lo cual era lo más injusto de todo. Era una loba que además era buena peleando. Por más que se recogiera el pelo de manera sencilla y se pusiera una ropa deportiva y fea robaba más la atención de Nat, como si el estuviera teniendo algún tipo de atracción.No podía soportar su mirada frente a la mía y como debía aceptar su presencia en la casona. Era el momento de luchar, atacar directamente al enemigo para así separarnos al fin. Era una loba vieja, debía regresar con su antigua manada y dejarnos en paz.Salí afuera de mi cuarto con esa premisa. El odio que sentí cuando Jayden abandonó la casona no se comparaba con nada, se había burlado de mí y ahora estaba en mi objetivo al igual que Keira. Sabía que estaríamos listos para cuando llegara el momento y venceríamos a esa condenada demonio
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El dolor a la cara
(Keira)El entrenamiento de Tyler resultó sumamente eficiente. Con el pasar de las horas, logré enfriar mi cabeza por medio del razonamiento lógico que el poseía. El tenía una inteligencia muy extraña, sus teorías y modos de pensar eran diferentes, lo que hacía que mi cabeza se confundiera y al mismo tiempo, dejaba atrás los viejos condicionamientos que antes poseía.—Aprendes más rápido de lo que pensé. —dijo Tyler, riendo. —Creo que no perderás en el primer round.—Oye, no tengas tan poca fe. —bromeé.Al terminar el horario de entrenamiento me retiré hacia el campo, donde Iker supervisaba la construcción de la casa móvil de los nuevos visitantes. El me besó apenas me vio, haciéndome girar por el aire. Comenzaba a acostumbrarme a que así fuera nuestra relación, como si fuéramos dos amantes que no tenían nada raro en su vida. Pero era totalmente distinto y eso parecía unirnos mucho más. Nuestros encuentros apasionados cada vez se repetían más, éramos adictos el uno con el otro a esa p
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Mi tropa intacta
(Abigail)No podía creer que habría llegado el momento de enfrentarlos. Todo lo que conllevaba esa lucha estaba cayendo al fin. Era un gran cambio en mi vida y no sabía si estaba lista todavía. Los lobos que entrené eran feroces, tenían una habilidad para el combate. Conté ciento cincuenta lobos bajo mi mando. Había logrado combinar los ataques de los grupos para que trabajaran en equipo. El trabajo fue muy duro para mí, coordinar y hacer que aprendieran de mi disciplina era complicado. Eran muchos y yo era solo una persona, entrenando todas esas tropas desaliñadas. Sus vidas habían tomado un rumbo desastroso que tuve que enderezar.Para mi fortuna, aprendían rápido. Tuve que centrar toda mi atención en hacer que me obedecieran al pie de la letra, para que los conocimientos de combate ingresaran más fácilmente a su cabeza.Al lavarme el rostro por tercera vez, me convencí de que estábamos listos y teníamos que atacar lo antes posible, era cierto. Las novedades no eran buenas, si Iker
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Plata y oro
(Iker)Las llamadas que hice de camino a la casa de seguridad brindaban un poco más de ese anonimato que se necesitaba para desenvolver una guerra de tal magnitud. Si bien era evidente que no podríamos ser invisibles, podíamos tener una mínima ventaja si no había riesgos de que pudieran vernos. No podía arriesgarme a mover a Gala, el edificio en el que se encontraba era bastante más seguro que estar en movimiento. En la casa había muchas trampas por si alguien quería entrar sin autorización. Los sistemas de defensa se activarían en los protocolos correspondientes. Esperaba que así fuera, que hubiera tomado la mejor decisión con respecto a la protección de la pequeña.Los demás vecinos debían ser desalojados antes de que llegáramos allí. Mi tropa de asesinos a sueldo también tenía un plan trazado para encontrar las debilidades del bando contrario. La tecnología que yo comercializaba tenía muchos hilos para tirar y aprovechar, con lo cual ellos estarían listos para disminuir las tropas
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El aire que cuida
(Keira)—¡Baja de ahí! ¡Cobarde! —gritaba Kat, al tiempo en que intentaba escapar de las garras de Greg, que la perseguía a lo largo de esa calle.Me quedé en el aire para encontrar un hueco en el tiempo y así, poder sacar a gala de esa casa. Solo así no correría peligro, pero debía estar muy segura y actuar rápido. Si no lo hacía, estaría peor que en la casa de seguridad.Mis alas estaban respondiéndome bien, para mi buena fortuna. El entrenamiento con Tyler daba sus frutos. El me había hecho cuestionarme muchas cosas que me ayudaron a dejar de sabotearme a mí misma.No podía encontrar a Nat por ninguna parte, no debía perder cuidado en protegerme de su control. Si me tomaba por sorpresa, las cosas se pondrían mucho peor. Tomé aire y me elevé todavía más. Me sentía como una cobarde, pero Iker había aconsejado que buscara el momento para rescatar a Gala desde el cielo. Solo yo podía hacerlo. En cierto modo, no quería hacerle daño a ningún lobo y no pelear era más tranquilizador para m
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