Merida no pude evitar que las lágrimas le corrieran por las mejillas, se sentía como una tonta, quería estar con él, entregarle su cuerpo tanto como su corazón, pero tenía miedo de salir lastimada, de que rompieran su corazón.A la mañana siguiente encontró su ropa y sus cosas encima de una silla que estaba cerca de la cama, lo primero que hizo fue revisar que estuviera la memoria con las fotos que le había sacado a Lee Joon, no podía permitirse de que la descubrieran. Aunque ya había tomado la decisión de no entregar las fotos, renunciaría y regresaría a su país, quizás así dejaría de sentirse tan perdida, pensó que mudándose a Corea del Sur, encontraría alejar la sensación de soledad que la ha acompañado desde que perdió a sus padres, pero Merida aún se sentía sin encajar en aquel lugar con personas tan frías, siempre distantes, pendiente solo de su propio bienestar, no había calidez.Jamás se imagino que renunciaría tan fácilmente a su sueño, pero conseguir lo que desea dañando a l
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