Merida se encontraba sola en una carretera, tenía puesto un vestido blanco tan largo que arrastraba la tela, los pies descalzos sobre el pavimento frío la hacían estremecerse, la niebla la rodea haciendo que la espesa oscuridad fuera aún más tétrica, el paisaje solo presentaba dos colores, el negro y el plateado de la luna.Los árboles espectrales no eran en absoluto verdes, eran solo formas, apenas sombras con perfiles blanquecinos de hojas, solo una luz destellaba en un poste ubicado del otro lado de la carretera, intentó llegar hasta el, pero cada vez que caminaba hacia esa dirección le daba la impresión de alejarse más.Ella tenía la sensación de haber estado en ese lugar antes, pero no recordaba ni tenía idea de donde podía estar. De pronto se escuchaba el sonido de un auto acercándose, luego observó como el reflejo de los faroles iluminaba la vía, pasa el coche justo a su lado, pero ella se percata que no hay nadie adentro, siente como su corazón se acelera, y el sudor comienza
_ Te amo Lee Joon_ dijo ella sin reparo y con toda la sinceridad que sentía en su corazón.Lee Joon se derrumbó sobre ella con la respiración entrecortada, intentando contenerse. Las palabras de Merida resonaban en sus oídos, alcanzando una parte de si mismo que no había sido tocada por nadie en mucho tiempo, que creyó ya inexistente. Pero fue incapaz de contestar.El matrimonio de sus padres era sólido, pero jamás había visto entre ellos ternura, pasión o amor, eran solo dos viejos amigos viviendo en la misma casa, solo para cubrir las apariencias sociales, había presenciado por años el sufrimiento de su madre a causa de las infidelidades de su padre, eso le bastaba para no creer en el amor, el matrimonio solo era para él un acuerdo entre dos personas lo suficientemente inteligentes para darse cuenta que los intereses personales estaban primero.Lee Joon se juró que el día que se casará sería con una mujer que entendiera qué su libertad era primordial para él, así como su espacio per
_ La leyenda cuenta que una noche un hombre que se encontraba perdido en la montaña "Jirisan', llegó hasta un arroyo sediento donde se agachó a beber agua para aplacar su sed, como se encontraba cansado, pues tenía casi dos días caminando sin rumbo tratando de encontrar ayuda sin éxito alguno, al fin decidió descansar en un gran árbol de sauce que se erguía como un guardián milenario en aquel espeso bosque de Busan, entonces los sonidos de la naturaleza y la calma del viento lo arrullaron como a un bebé hasta que se quedó profundamente dormido, pero avanzada la madrugada escuchó un ruido y se despertó desesperado y asustado pensando que sería algún animal salvaje listo para devorarlo. Pero lo que vio lo dejo más sorprendido, se encontró a una mujer con un vestido rojo tan largo que ocultaba sus pies, estaba agachada en el arroyo acariciando el agua y cantándole al viento, su belleza era única, sin igual, tenía el cabello tan largo y tan rojo que parecía la lava de un volcán corriendo
_ ¿Y eso que significa? le preguntó Merida confundida._ Bueno... significa que he gozado enormemente contigo, al igual que tú conmigo me atrevería a decir que es así. Eres la mujer más apasionada que he conocido, nos compenetramos tan bien_ él sonrió inesperadamente_ Te deseo y sé que también me deseás_ dijo con franqueza_ y no como ha sido hasta ahora. Siento que te necesitó, mi sangre arde, Merida, solo por ti.Ella se quedó muy quieta. Comprendía lo que él quería decir.Lee Joon no quería tener que imponerse con ella ninguna cautela, no quería tener que refrenarse, quería una entrega total sin pensar en nada más. Pero solo su pasión era lo que le ofrecía, en ningún momento mencionó palabras de amor, Merida quería más que una simple aventura, deseaba que él le correspondiera en cuerpo y alma, así como ella se le entregó a él.Después de unos segundos observándolo en silencio finalmente habló._ Lee Joon, estoy halaga de verdad, pero pronto me iré_ mintió ella o quizás no había ment
_ Eres increíblemente preciosa_ dijo Lee Joon, mientras le acariciaba un pecho.A ella se le secó la boca y el corazón se le aceleró desbocado.Él la sentó en su regazo de espalda a él y con las piernas separadas, sus manos pasaron de la cintura al ardor que sentía entre las piernas y le recorrió el cuello con la punta de la lengua, dejándole un caminó húmedo a su paso. Ella tomó aliento mientras sus dedos se movían con ritmo firme, se le contrajo el abdomen y se le cortó la respiración, podía notar la dureza ardiente de su erección debajo del trasero, lo cual hacía que la provocación erótica fuese más intensa._ Te deseo, te necesito _ le dijo Lee Joon con voz ronca._ Ya me tienes_ susurró ella.El deseo la atenazaba el alma, se aferró a los brazos que rodeaban su cuerpo, cuando las caricias aceleraron. El clímax la estremeció entre jadeos y gritos. Las palpitaciones posteriores eran cada una más fuertes a la anterior, sino él no la hubiera tenido estrechada contra sí, se habría caí
Al cabo de una hora después ya se sentía fresca, limpia, relajada y con más ánimo, se había lavado y secado el cabello, y se había hecho una trenza, llevaba puestos sus vaqueros de mezclillas favoritos, con un suéter de lana rojo que tenía estampado una margarita en la parte trasera, y se había aplicado un poco de maquillaje en el rostro para disimular sus ojeras, huellas del sueño lúcido que había vivido con Lee Joon.Con una taza de café entre las manos y con el estomago lleno y saciado, ya se sentía con el valor suficiente para escuchar las quejas que seguramente su jefe había dejado en la contestadora, y sin más preámbulo apretó el botón de la máquina. Llenando la voz de su jefe la estancia silenciosa." Ok!, Merida ya me preocupas, cielito, voy a llamar a tu casera para saber si ella te ha visto, si escuchas esto antes, avísame"_ saltó el primer mensaje."No sé dónde estás lindura, pero eres una estrella. Te ganaste tu puesto en la revista con creces, te ovacionó de pie"_ decía e
Merida recibió el teléfono móvil y su nueva credencial que le tendió su jefe, y se levantó de la silla como una autómata.Se había entregado en cuerpo y alma, a un hombre que pertenecía a otra mujer; estaba comprometido, iba a casarse en unos meses y ella preocupándose por su falta de honestidad y él burlándose de ella.Eran los pensamientos que atormentaba a Merida._ Merida por aquí_ una voz femenina la hizo volver a la realidad_ Soy Zoe Akakios, un gusto conocerte al fin, seremos vecinas de cubículo_ dijo la chica casi de la misma edad que ella, era tan rubia que parecía el mismo sol en persona, de grandes ojos azules, un poco más baja que Merida, de sonrisa cálida y rostro amable._ Un gusto_ dijo Merida tratando de recuperarse de la impresión anterior._ Te sientes bien?_ le dijo Zoe preocupada_ Estás muy pálida._ Sí, estoy bien, gracias_ es solo que no he dormido ni comido bien últimamente._ Entiendo yo tengo un año aquí y aún no me acostumbro_ le dijo la chica en voz baja par
_ Ooh! Vaya nena estás que arde, literalmente que arde_ le dijo Billy a la chica cuando salió de su departamento, él la esperaba frente al coche impecablemente vestido en su traje de etiqueta.Merida llevaba puesto el vestido rojo que él le había dado, se le ceñía al cuerpo como una segunda piel, el escote de la espalda le llegaba justo encima de sus caderas dejándole la espalda descubierta, tenía las mandas largas dándole un toque elegante y sofisticado, la pedrería adornaba la parte del frente haciendo que destellara cada vez que le daba alguna luz, los zapatos le habían encantado eran altos pero cómodos y fácil de llevar, no tenía joyas solo sus pequeños pendientes de oro sencillos, se había dejado suelto el cabello que le caía en cascada por la espalda hasta la cintura, se había aplicado maquillaje, pintando sus labios con un tono que decía rojo cereza, y sostenía en una de sus manos su bolso de trabajo con la nueva cámara._El vestido no es como muy exagerado para alguien que sól