_ Eres increíblemente preciosa_ dijo Lee Joon, mientras le acariciaba un pecho.A ella se le secó la boca y el corazón se le aceleró desbocado.Él la sentó en su regazo de espalda a él y con las piernas separadas, sus manos pasaron de la cintura al ardor que sentía entre las piernas y le recorrió el cuello con la punta de la lengua, dejándole un caminó húmedo a su paso. Ella tomó aliento mientras sus dedos se movían con ritmo firme, se le contrajo el abdomen y se le cortó la respiración, podía notar la dureza ardiente de su erección debajo del trasero, lo cual hacía que la provocación erótica fuese más intensa._ Te deseo, te necesito _ le dijo Lee Joon con voz ronca._ Ya me tienes_ susurró ella.El deseo la atenazaba el alma, se aferró a los brazos que rodeaban su cuerpo, cuando las caricias aceleraron. El clímax la estremeció entre jadeos y gritos. Las palpitaciones posteriores eran cada una más fuertes a la anterior, sino él no la hubiera tenido estrechada contra sí, se habría caí
Al cabo de una hora después ya se sentía fresca, limpia, relajada y con más ánimo, se había lavado y secado el cabello, y se había hecho una trenza, llevaba puestos sus vaqueros de mezclillas favoritos, con un suéter de lana rojo que tenía estampado una margarita en la parte trasera, y se había aplicado un poco de maquillaje en el rostro para disimular sus ojeras, huellas del sueño lúcido que había vivido con Lee Joon.Con una taza de café entre las manos y con el estomago lleno y saciado, ya se sentía con el valor suficiente para escuchar las quejas que seguramente su jefe había dejado en la contestadora, y sin más preámbulo apretó el botón de la máquina. Llenando la voz de su jefe la estancia silenciosa." Ok!, Merida ya me preocupas, cielito, voy a llamar a tu casera para saber si ella te ha visto, si escuchas esto antes, avísame"_ saltó el primer mensaje."No sé dónde estás lindura, pero eres una estrella. Te ganaste tu puesto en la revista con creces, te ovacionó de pie"_ decía e
Merida recibió el teléfono móvil y su nueva credencial que le tendió su jefe, y se levantó de la silla como una autómata.Se había entregado en cuerpo y alma, a un hombre que pertenecía a otra mujer; estaba comprometido, iba a casarse en unos meses y ella preocupándose por su falta de honestidad y él burlándose de ella.Eran los pensamientos que atormentaba a Merida._ Merida por aquí_ una voz femenina la hizo volver a la realidad_ Soy Zoe Akakios, un gusto conocerte al fin, seremos vecinas de cubículo_ dijo la chica casi de la misma edad que ella, era tan rubia que parecía el mismo sol en persona, de grandes ojos azules, un poco más baja que Merida, de sonrisa cálida y rostro amable._ Un gusto_ dijo Merida tratando de recuperarse de la impresión anterior._ Te sientes bien?_ le dijo Zoe preocupada_ Estás muy pálida._ Sí, estoy bien, gracias_ es solo que no he dormido ni comido bien últimamente._ Entiendo yo tengo un año aquí y aún no me acostumbro_ le dijo la chica en voz baja par
_ Ooh! Vaya nena estás que arde, literalmente que arde_ le dijo Billy a la chica cuando salió de su departamento, él la esperaba frente al coche impecablemente vestido en su traje de etiqueta.Merida llevaba puesto el vestido rojo que él le había dado, se le ceñía al cuerpo como una segunda piel, el escote de la espalda le llegaba justo encima de sus caderas dejándole la espalda descubierta, tenía las mandas largas dándole un toque elegante y sofisticado, la pedrería adornaba la parte del frente haciendo que destellara cada vez que le daba alguna luz, los zapatos le habían encantado eran altos pero cómodos y fácil de llevar, no tenía joyas solo sus pequeños pendientes de oro sencillos, se había dejado suelto el cabello que le caía en cascada por la espalda hasta la cintura, se había aplicado maquillaje, pintando sus labios con un tono que decía rojo cereza, y sostenía en una de sus manos su bolso de trabajo con la nueva cámara._El vestido no es como muy exagerado para alguien que sól
Pasaron del vestíbulo, a la gran recepción del hotel, hasta llegar a un amplio salón con puertas dobles de cristal._ Pensé que sería una recepción íntima_ dijo Merida al mirar la inmensa sala con más de veinte mesas perfectamente decoradas, con cinco sillas cada una._ Chica, esto es íntimo para la gente de la aristocracia _ bromeó Zoe._ Si quieres ve tomando algunas fotografías, luego nos reunimos tengo que hablar con los empleados necesito enterarme de todo_ le dijo emocionada Zoe dándole un abrazo a Merida.Merida se le quedó mirando mientras se alejaba, realmente era una mujer hermosa, le había ofrecido su amistad sincera cuando más lo necesitaba, con Zoe en su vida ya no se sentía tan sola en Corea del Sur. Aunque aún no se atrevía a contarle lo sucedido con Lee Joon, y sinceramente ahora mismo a ella le hubiera gustado olvidarlo, no porque se arrepintiera de amarlo, solo que ahora se sentía usada y estúpida, por haberle ofrecido su corazón en bandeja de plata a alguien que era
Merida soltó una risa amarga._ ¿De verdad cree usted que puede desmoralizarme con sus comentarios xenofóbicos? Expresándose así deja entrever lo podrida que está su alma. Sabe que; hasta siento lástima por usted. Allí de pie con su traje de marca y sus joyas costosas, creyendo que el mundo gira solo a su alrededor, viviendo en sus castillo hechos con barajas de naipes, sin recordar que el viento sopla y viene de cualquier dirección. Deje de querer controlarlo todo en especial las vidas de las personas que la rodean. Ahora entiendo por qué si hijo se alejó de ustedes._ Como se atreve..._ No_ grito Merida_ Como se atreve usted_ dijo tratando de contener las lágrimas que le ardían en los ojos_ Me ha insultado de todas las formas imaginablemente posibles, y aún así espera mi respeto, pues déjeme decirle algo que al parecer en su mundo de cristal no le ha enseñado, el respeto se gana no se exige, y usted; me acaba de demostrar que no se merece el mío. Puede que crea que tener mucho dine
_ Señorita disculpe, ¿conoce usted a la señorita Merida Vicenzo? _ Le dijo Lee Joon a una chica rubia con vestido verde, que estaba identificada como reportera del Gerald._ Señor Gho, un placer en conocerle. Permítame felicitarlo por su compromiso._ Gracias. Es usted muy amable, pero ahora mismo estoy buscando a la señorita Vicenzo._ Si claro, es la fotógrafa de la revista y mi mejor amiga_ le dijo Zoe suspicaz._ Señorita sabe dónde puedo encontrarla_ hablaba él con urgencia._ Lo siento señor Gho, pero Merida se retiró. me temo que no se sentía bien. ¿Si necesita algo? o Pueda ayudarlo en algo, por favor avíseme._ Muchas gracias, ¿ Sabe hace cuanto se fue?_ le apresuró el joven._ Sería como hace diez minutos, quizás logré darle alcance si se apresura_ le dijo Zoe guiñandole un ojo._ Gracias, fue un gusto conocerla _ le dijo él y salió con paso apresurado seguido por dos guardaespaldas._ Vaya! Si que es realmente guapo, y además huele demasiado bien_ se dijo Zoe a si misma sus
Merida observó que él también se estaba empapando. Finas gotas de lluvia relucían en su cabello negro como la noche. Por alguna razón misteriosa le agradó que él se estuviera mojando su elegante traje por ella._ Si me estás provocando para que te monte arrastras en el coche, vas por buen camino_ declaró Lee Joon.Sería una gran tozuda si no aprovechaba la oportunidad de que la llevara a su casa, sobre todo teniendo en cuenta las miradas de desaprobación dirigidas a ella cada vez que pasaba por algún lugar concurrido de personas, y además ya estaba comenzando a sentir frío. Así que pasó a su lado sin rosarlo y se subió al coche._ No me hables_ le dijo en cuanto se pusieron en marcha._ Entonces deja de mirarme de ese modo_ le dijo él bromeando.Se quitó el saco de su costoso traje de etiqueta, y se lo puso a Merida sobre los hombros. Ella sintió su calor y el aroma masculino que tanto extrañaba, sorprendiéndose ante lo que la conmovía aquel gesto.Merida quería decirle a la cara tant