_ Señor Akakios _ dijo él médico _ La señorita Vicenzo pregunta por usted.Apolo se levantó rápidamente de la silla donde se encontraba en la sala de espera del hospital._ Cuando reaccionó doctor? Esta bien? Cuando podemos irnos? _ comenzó él desesperado._ Calma señor Akakios _ dijo él doctor haciéndole un gesto con la mano para que se tranquilizara _ La señorita está bien, está muy lúcida, lo que es buena señal, su mente estaba procesando todo la información que le había llegado precipitadamente y necesitaba un descanso. Comprende? Como si de una computadora se tratase necesitaba desconectarse para poder actualizarse. Nosé si me explico?_ Si doctor entiendo! ahora puedo verla? _ dijo él ignorando las palabras del doctor.Él médico asintió y Apolo salió como un torbellino hacia la habitación donde se encontraba Merida, apenas abrió la puerta, se encontró con los preciosos ojos violetas de la chica, y él se sintió aliviado al verla consciente nuevamente y sin pensarlo sin dirigió a
El sobre de papel blanco, que venía dentro, era una carta, en ella se podía leer lo siguiente:"Querida Merida espero que cuando esta carta llegue a tus manos, te pongas en contacto conmigo inmediatamente.No sé que conllevó a que tú y Zoe huyeran prácticamente de Busan, dejando todo tirado e incluso decepcionando la confianza que yo puse en ambas, y aunque sospecho que pudo ser me gustaría escucharlo de tu boca, he intentado de contactar a Zoe sin éxito alguno espero contigo tenga más suerte. Por favor ponte en contacto conmigo cuanto antes necesito saber qué estás bien. Lee Joon ha venido muchas veces a preguntar por ti, el pobre chico tuvo un accidente tratando de ubicarte y casi muere, ha sufrido mucho por tu partida, cree que tú lo abandonaste y te fuiste con otro hombre. Todo aquí está muy extraño y confuso. Por favor aparece pronto.P.D: Tengo tú cámara fotográfica en mi poder, es un equipo muy costoso y dudo que hayas querido dejarlo aquí propósitos.Billy Ferguson._ Lee Joon
Cuando pasaba por mi peor momento, pude conocerlo, quien iba a imaginar que la vida me daría la oportunidad de quererlo.Lo vi acercándose a mí, di un paso atrás para mantener la distancia entre nosotros, no sé si pueda controlarme, mi corazón late con fuerza, como puede descontrolarme con tan solo sus lindas palabras. Soy una idiota! esto es solo una ilusión, lo vi coqueteando con esa chica en la cafetería, delante de mí, justo después de que hiciéramos el amor en su coche._ A que le tienes miedo?_ me preguntó con una sonrisa maliciosa en los labios.Mi respiración es un caos, demonios! como puede causar tantas sensaciones en mi, sin ponerme aún un solo dedo encima._ No es que le tema a algo, es solo qué, no estaba preparada para escucharte decir que me querías _ le dije mirándolo directamente a los ojos.Miró sus labios, se ven tan deliciosos, no puedo concentrarme al imaginarme lo bien que besa._ Y yo no estaba preparado para admitirlo aún, al menos no; de esta de manera _ me di
Busan; Corea del Sur. Tiempo actual. Llegue finalmente a Corea del Sur, fue un viaje largo y agotador, él me estaba esperando con una gran pancarta de bienvenida en la cual se leía mi nombre escrito con rotulador negro, a mi pareció que fue algo muy exagerado, aunque era muy lógico dada las circunstancias, ya sabía que vendría; apenas encontré su número telefónico en la nota no dude en contactar con él, no hubo necesidad de explicarle nada, aunque había pasado mucho tiempo. Él se había encargado de comenzar una investigación por su cuenta, Billy Ferguson me esperaba, su cara se me hizo vagamente familiar sin embargo, sólo se limitó a abrazarme, las palabras en ese momento no fueron necesarias, lo cual agradecí internamente, me dijo que tendríamos que apresuramos a salir del aeropuerto, no quería que nadie se fijará demasiado en mí. Nos dirigimos hasta su departamento ubicado en el centro de Busan, insistió en que debía quedarme con él, no iba a ponerme en peligro, me dijo que por ah
Prólogo._ Merida sabía que esa era su última oportunidad para demostrarle al editor en jefe de la revista Vanity del Gerald, Billy Ferguson, que podía con el trabajo, solo debía seguir esperando, él en algún momento tendría que salir de su refugió.Encaramada en un saliente rocoso, a unos setenta metros de altura sobre aquel bosque espeso y cautivante, había estado esperando Merida demasiado tiempo sin moverse en aquel sitio frío y apartado, ya no sentía las piernas, no quería realizar ningún tipo de movimiento para no arriesgarse a que la descubrieran, sentía hambre, se encontraba sedienta, el clima frío la hacía sentirse débil, pero se prometió a si misma esperar solo treinta minutos más y si él no salía, escalaria nuevamente para salir de ese lugar tan peligroso, tal vez renunciaría antes de que la despidieran. El sol se estaba poniendo rápidamente lo que la ponía aún más nerviosa, ya que si oscurecía su oportunidad de tomar una buena foto se iría a la basura así como su carrera
_ ¿Necesitas ayuda?Merida se sorprendió al escuchar una voz suave, pensó que era producto de su desesperada imaginación, no se atrevió a mirar arriba por miedo a marearse nuevamente y perder el equilibrio, siguió con la frente pegada a la fría roca._ ¡Chica! Extiende la mano, toma la mía, está cerca de la tuya, solo debes tomarla_ continuó aquella voz calmada _ ¡No podrás sostenerte por más tiempo, caerás!Eso bastó para que Merida sacará coraje y mirará hacia arriba, era Lee Joon Gho el que le hablaba, se había tumbado en el suelo y le tendía una mano para que se agarrara a ella. Al darse cuenta de lo cerca que estaba de la cima le dieron ganas de llorar de frustración, pero su orgullo se lo impidió, así que miro la fuerte y ancha mano que le ofrecía y lentamente estiró la suya aferrándose con la otra mano a la piedra, más confiada soltó la otra mano y se la estiró para que él la sostuviera, él la asió por ambas manos y tiro de ella hacia arriba, arrastrándola hasta donde él se enc
La despertó la claridad que se colaba a través de la ventana, Merida se levantó de la cama despacio para no marearse, le dolía el cuerpo, se acercó a la ventana y corrió las cortinas, quedó sorprendida por qué tenía una vista impresionante, como le hubiera gustado sacar una fotografía del paisaje en ese momento, parecía una imagen que solo encontrarías en una postal, un escenario inhóspito como los que a ella les gustaba retratar, ya comprendía porque Lee Joon había elegido aquel lugar cómo refugio personal, un sitio perfecto para aislarse del mundo, si era eso lo que buscaba, allí lo tenía.Unos golpes en la puerta de la habitación la sacaron de sus pensamientos, pensaba que era la ama de llaves pero cuando la puerta se abrió dio paso a un sonriente y atractivo Lee Joon, estaba recién duchado su aroma masculino le llegó a Merida haciendo que se ruborizara ya que solo tenía la bata puesta, y no quería ni imaginar que imagen tenía ella después del episodio de ayer, así que trató de an
Merida se quedó con la mirada fija en el frasco que Lee Joon, le había depositado en la mano, su corazón latía con fuerza amenazando con salir de su pecho en cualquier momento, aún no sabía cómo había permitido que algo así pasará, jamás ha sido la clase de chica que se deja llevar por impulsos y menos arrojarse de ese modo en los brazos de algún extraño, por muy atractivo y sexy que fuera. Lo prudente era salir cuanto antes de aquel lugar, pero antes tendría que recuperar sus cosas. Cada minuto que pasaba en aquella casa se exponía a que la descubrieran, pero Lee Joon la había besado y aunque solo fue una leve caricia de sus labios contra los suyos, la atracción que había entre ellos era casi indescriptible y única, ella tenía miedo de descubrir que era lo que se escondía detrás de aquel hombre tan controlado, pero a la vez sus alarmas internas le advertían que se mantuviera alejada de él.En todo el día no volvió a saber de Lee Joon, fue entrada la noche cuando se dejó ver por la ha