_ ¿Necesitas ayuda?
Merida se sorprendió al escuchar una voz suave, pensó que era producto de su desesperada imaginación, no se atrevió a mirar arriba por miedo a marearse nuevamente y perder el equilibrio, siguió con la frente pegada a la fría roca.
_ ¡Chica! Extiende la mano, toma la mía, está cerca de la tuya, solo debes tomarla_ continuó aquella voz calmada _ ¡No podrás sostenerte por más tiempo, caerás!
Eso bastó para que Merida sacará coraje y mirará hacia arriba, era Lee Joon Gho el que le hablaba, se había tumbado en el suelo y le tendía una mano para que se agarrara a ella. Al darse cuenta de lo cerca que estaba de la cima le dieron ganas de llorar de frustración, pero su orgullo se lo impidió, así que miro la fuerte y ancha mano que le ofrecía y lentamente estiró la suya aferrándose con la otra mano a la piedra, más confiada soltó la otra mano y se la estiró para que él la sostuviera, él la asió por ambas manos y tiro de ella hacia arriba, arrastrándola hasta donde él se encontraba, luego agarrándola con fuerza rodó con ella a un lado y la apartó del borde rocoso rápidamente antes de que este se desprendiera por el peso de ambos, Merida profirió un grito de dolor y se llevó el brazo derecho al pecho, de pronto sus párpados se hicieron muy pesados y comenzaron a cerrarse, ella no lucho estaba muy cansada, se dejó llevar por la oscuridad.
_ ¿Chica, estás despierta? ¿Puedes oírme?
La voz del hombre sonaba agradable, pero amortiguada por un extraño zumbido, pensó ella sin abrir los ojos. La densa oscuridad la envolvía como un manto cálido, ella deseaba hundirse en el olvido, protegida por las sombras, pero la voz no paraba, seguía inmiscuyéndose en su plácido sueño.
_ Necesito que intente abrir los ojos, debe hacerme saber que está despierta.
Ella solo quería seguir descansando, se sentía cansada y adolorida. Abrió la boca para decir algo, pero le dolía la garganta, entonces se obligó a abrir los párpados, tal vez así la dejaría tranquila. Miró al hombre que se inclinaba sobre ella, tenía expresión preocupada así que poco a poco le fueron llegando las escenas a su mente como en una película en blanco y negro, se obligó a ponerse alerta, pues el hombre que tenía frente a ella con mirada atenta, era Lee Joon Gho, seguramente ya había descubierto lo que hacía en la cima de aquel risco y estaría furioso e incluso quizás hasta quisiera demandarla, así que trato de incorporarse pero un mareo la hizo desfallecer obligándola a recostarse nuevamente en la cama, se percató que su cuerpo estaba cubierto con una ligera bata blanca, tenía unas vendas cubriéndole las muñecas y un cabestrillo en el brazo derecho, que comenzó a dolerle cuando lo levantó.
_ ¡Cuidado! _ Le dijo Lee Joon _ Tienes una luxación, tendrás que tenerlo unos días hasta que te sane_ parecía preocupado no enojado.
_ ¿Dónde estoy? _ le dijo Merida esforzándose por hablar, le ardía la garganta, y el esfuerzo provocó que tosiera.
Él le ofreció un vaso con agua y ella lo acepto sin dudar, se encontraba sedienta, no recordaba cuando había sido la última vez que había tomado o bebido algo, así que dejó el vaso vacío rápidamente, ante la mirada atónita de Lee Joon, pero él no dijo nada al respecto solo le ofreció más y ella asintió con la cabeza.
_ Tienes algunas rasguños más en las piernas, estás deshidratada es normal que se sienta débil y confundida_ le dijo él como si le hubiera leído la mente.
_ Disculpe por causarle tantas molestias _ respondió ella.
_ Tienes peligrosas aficiones Merida Vicenzo_ le dijo él tomándole la barbilla y obligándola a mirarlo a los ojos _ ¿Por qué si no es una afición, que otra cosa puede ser?_ continuó él con voz calmada y casi hipnótica _ Como se te ocurre escalar sola, y sin equipo de seguridad, es lo más temerario y estúpido que puedes haber hecho, eso suponiendo que es la primera vez que haces algo así_ mientras hablaba la voz se le hacía más fuerte al parecer estaba furioso _ ¿Sabe alguien lo que hacías o dónde estabas? Si te hubieras caído al vacío, nadie se hubiera enterado, este lugar es una trampa mortal para turistas curiosos como tú.
La joven sintió alivio cuando pronunció esas últimas palabras, al parecer la había confundido con una visitante causal del parque, ahora si le pareció una gran idea haber dejado su credencial del Gerald en la oficina, en la mañana solo metió en su bolso su pasaporte y su equipo de trabajo, que no tenía idea dónde había ido a parar, pero que tenía que recuperar cuánto antes.
_ Si_ dijo Merida un poco más segura _ Al parecer me confíe, el descenso parecía tan sencillo y el paisaje se veía tan imponente desde aquel lugar, quería captar la magia y llevármela.
_ ¡Vaya! Pues la próxima vez que quieras magia, opta por algo más seguro y contrata un mago o ve a un circo_ se mofo Lee Joon.
_Gracias por el consejo_ dijo ella y trato de incorporarse nuevamente, las sabanas se le resbalaron y dejaron al descubierto la mitad de su cuerpo que lo cubría la delgada capa de la fina tela de la bata, sonrojándose se llevó nuevamente las sabanas hasta la barbilla.
_ Me gustaría que me devolvieras mi ropa por favor_ le dijo Merida apenada.
A él se le dibujo una pícara sonrisa en el rostro, y le sostuvo la mirada un momento antes de responder.
_ Tuve que quitártela para poder atender tus heridas, aparte de eso, estaba toda sucia y la tuve que poner a lavar, igual estás herida, no puedes ir a ninguna parte, necesitas reponerte_ le dijo él tratando de restarle importancia a lo que acababa de decir.
_ ¿Qué… tú me quitaste la ropa? _ dijo Merida tratando de no dar crédito a lo que él acababa de decir _ ¿Tú, solo me desnudaste? _ Un escalofrío le recorrió el cuerpo, al imaginar el episodio, y hundió la cara entre las sábanas de la vergüenza.
_ Tranquila, solo estoy bromeando, fue la señora Mi -kyung, mi ama de llaves, ella y el doctor Do- yun, se encargaron de ti cuando te traje, tuviste suerte de que haya salido a dar un paseo cuando te vi en la cima aferrada a la roca.
_ No fue gracioso_ le dijo Merida un poco tensa _ ¿Puedo usar tú teléfono?
_ ¿A quién vas a llamar, a tu novio?_ le dijo él levantando una ceja _ Que clase de idiota te dejaría escalar sola.
_ No, no tengo novio, es solo que quiero llamar a una amiga, no quiero que se preocupe_ mintió ella, debido a que llevaba poco tiempo en el país y en su trabajo solo tenía contacto con su jefe Billy.
_ Lo siento, pero aquí no tenemos teléfonos, ni computadoras, sin tecnología alguna, como verás estamos en el medio de la nada_ contesto Lee Joon.
_ Pero dijiste que llamaste a un doctor para que me revisara_ respondió ella.
_ Yo, en ningún momento mencioné que lo llame, solo dije que un doctor te atendió, que para suerte tuya se encontraba en la casa, ya que es un buen amigo mío_ le respondió él tratando de que comprendiera.
_ Está bien, solo tomare mi coche, está, está…_ dijo Merida un poco confundida, ahora no sabía si estaba segura de recordar donde lo había dejado o como llegar donde estaba aparcado.
_ Tranquila_ le dijo él apaciguando su inquietud _Ya lo resolveremos _ ¿Quieres comer algo?
Merida asintió con la cabeza, unos minutos después apareció en su habitación la ama de llaves con una bandeja entre las manos que olía bien, el estómago de la chica rugió en protesta y sin esperar más devoró la sopa que le ofrecían.
_Estaba riquísima_ le dijo agradecida y utilizo algunas palabras en coreano que había practicado.
La mujer de mediana edad que atendía la casa y al señor Gho, sonrió, luego recogió los platos para retirarse, pero antes de que saliera Merida la detuvo.
_Mi ropa, puede traérmela por favor_ lo dijo tan lento como pudo y separando cada sílaba para que la mujer entendiera, pero la ama de llaves parecía no comprender lo que decía, así que trato de explicarse mejor señalando la prenda de ropa que tenía puesta con la mano sana, pero la mujer asintió con la cabeza, hizo una reverencia y salió de la habitación. Merida resopló y se recostó en la cama.
_ Que frustrante era no saber el idioma, ¿creo que debí haber tomado unas clases de coreano antes de aceptar trabajar aquí?_ pensó Merida _Tratare de descansar y ya mañana recuperare mis cosas para poder marcharme de aquí.
La despertó la claridad que se colaba a través de la ventana, Merida se levantó de la cama despacio para no marearse, le dolía el cuerpo, se acercó a la ventana y corrió las cortinas, quedó sorprendida por qué tenía una vista impresionante, como le hubiera gustado sacar una fotografía del paisaje en ese momento, parecía una imagen que solo encontrarías en una postal, un escenario inhóspito como los que a ella les gustaba retratar, ya comprendía porque Lee Joon había elegido aquel lugar cómo refugio personal, un sitio perfecto para aislarse del mundo, si era eso lo que buscaba, allí lo tenía.Unos golpes en la puerta de la habitación la sacaron de sus pensamientos, pensaba que era la ama de llaves pero cuando la puerta se abrió dio paso a un sonriente y atractivo Lee Joon, estaba recién duchado su aroma masculino le llegó a Merida haciendo que se ruborizara ya que solo tenía la bata puesta, y no quería ni imaginar que imagen tenía ella después del episodio de ayer, así que trató de an
Merida se quedó con la mirada fija en el frasco que Lee Joon, le había depositado en la mano, su corazón latía con fuerza amenazando con salir de su pecho en cualquier momento, aún no sabía cómo había permitido que algo así pasará, jamás ha sido la clase de chica que se deja llevar por impulsos y menos arrojarse de ese modo en los brazos de algún extraño, por muy atractivo y sexy que fuera. Lo prudente era salir cuanto antes de aquel lugar, pero antes tendría que recuperar sus cosas. Cada minuto que pasaba en aquella casa se exponía a que la descubrieran, pero Lee Joon la había besado y aunque solo fue una leve caricia de sus labios contra los suyos, la atracción que había entre ellos era casi indescriptible y única, ella tenía miedo de descubrir que era lo que se escondía detrás de aquel hombre tan controlado, pero a la vez sus alarmas internas le advertían que se mantuviera alejada de él.En todo el día no volvió a saber de Lee Joon, fue entrada la noche cuando se dejó ver por la ha
Pero Lee Joon era diferente según su percepción, tenía cuerpo atlético, hombros anchos y fuertes, su estatura de un metro noventa lo hacía destacar más, haciendo que su metro setenta y seis del que siempre estuvo orgullosa ahora quedará reducido.Merida llegó a Corea del Sur con la esperanza de concentrarse en su recién comenzada carrera en la fotografía, estaba segura de no tener problemas amorosos ya que tenía un estándar muy elevado con referente al sexo opuesto y los asiáticos no estaban en él o por lo menos eso creía antes de conocer a Lee Joon que ahora le estaba haciendo dudar de sus expectativas con el género masculino.Merida se reunió con Lee Joon en la cocina de aquella casa en el bosque tan acogedora, a parte de la vista tan majestuosa, contaba con una decoración sencilla pero exquisita, la mesa amplía dispuesta en el centro estaba llena de varios platillos que se veían apetitosos, había olvidado lo mucho que le gustaba a los asiáticos comer, no es que a ella le disgustara
_ En parte estoy aquí para pensar sin distracciones, tengo que tomar una decisión importante._ Aunque te llegará una sin esperarlo_ dijo Merida bromeando.La carcajada de Lee Joon fue sensual y profunda, haciendo que le brillaran los ojos, a Merida le pareció que cuando reía de esa manera aparentaba ser más joven, pero también reflejaban sus ojos una profunda tristeza, como si algo le causará preocupación, Merida sabía que había algo más, era fotógrafa e intuía esas cosas._ Así que eres una súper estrella_ dijo Merida fingiendo asombró_ Me darías un autógrafo_ se mofó._ Creo recordar que te di algo mejor_ le respondí él con picardía.Merida se sonrojó, lo que le hizo recordar su plan inicial que era salir cuanto antes de ahí, pensar en alejarse de él le causaba nostalgia, pero no quería seguir fingiendo, se sentía ruin, ahora más cuando él acababa de contarle cosas privadas de su vida, debía ser racional y salir de su vida, aunque eso la entristeciera. Lee Joon era un hombre encant
Merida no pude evitar que las lágrimas le corrieran por las mejillas, se sentía como una tonta, quería estar con él, entregarle su cuerpo tanto como su corazón, pero tenía miedo de salir lastimada, de que rompieran su corazón.A la mañana siguiente encontró su ropa y sus cosas encima de una silla que estaba cerca de la cama, lo primero que hizo fue revisar que estuviera la memoria con las fotos que le había sacado a Lee Joon, no podía permitirse de que la descubrieran. Aunque ya había tomado la decisión de no entregar las fotos, renunciaría y regresaría a su país, quizás así dejaría de sentirse tan perdida, pensó que mudándose a Corea del Sur, encontraría alejar la sensación de soledad que la ha acompañado desde que perdió a sus padres, pero Merida aún se sentía sin encajar en aquel lugar con personas tan frías, siempre distantes, pendiente solo de su propio bienestar, no había calidez.Jamás se imagino que renunciaría tan fácilmente a su sueño, pero conseguir lo que desea dañando a l
Y después de unos segundos Merida lo estaba besando también. Se estremeció en el momento en que Lee Joon deslizaba sus manos por la espalda pegándola más a él, Merida se vio asaltada por un anhelo que no se parecía en nada a cualquier otra sensación que hubiera experimentado antes. En ese momento lo estaba besando con abandono, no pensaba en nada, solo sentía, y en lo más profundo de su ser estaba segura de que lo que estaba sucediendo entre ellos era hermoso y necesario._ Deberíamos parar Merida_ dijo Lee Joon levantando la cabeza._ No!_ la palabra surgió violentamente de sus labios, sin pensar. Solamente sabía que necesitaba continuar hasta alcanzar lo que sólo él podía darle._ Merida_ mascullo Lee Joon antes de besarla de nuevo con pasión. De repente levantó la cabeza una vez más, y, en esa ocasión, sin consiguió apartarla con delicadeza, a pesar de que la joven se había aferrado a sus hombros_ Vamos a seguir con esto, pero no ahora_ le dijo con voz ronca._ ¿Por qué no?_ susurr
Lee Joon esperaba distraído al lado de su Mercedes Benz de color negro, cuando posó los ojos en una despampanante joven pelirroja que llevaba un vestido de organza de color blanco, su pelo siempre le había atraído, pero en aquel momento experimentaba un deseo incontenible de atrapar un puñado y apropiarse de sus labios.Siempre había considerado hermosa a Merida, pero nunca tanto como entonces. Retrocedió sin ser consciente de ello, como si una parte de si mismo hubiera reconocido instintivamente el peligro.Pero aquella atracción sexual era tan avasallante e inesperada como la fuerza de un tornado, su abdomen se tenso cuando Merida cruzó la mirada con él. Todo lo que había pasado entre ellos en la mañana se reprodujo en su mente mientras la joven caminaba hacia él con una sonrisa radiante. Después se sonrojó, Lee Joon temblaba por dentro incapaz de contener las eróticos imágenes que poblaban su mente, pero se inclinó rápidamente hacia ella, esforzándose por ser un caballero._ Está u
_ Di mi nombre "Jagiya" mia_ le rogo él mientras siguia acariciandola con su lengua realizando círculos firmes y lentos sobre su pequeña y estrecha feminidad._Oh. Dios... Lee Joon _ tartamudeo la chica arrastrando cada palabra con frenesí._ Así es_ dice él orgulloso_ quiero que mi nombre te quede guardado en la memoria, deseo ser él único hombre con el cual sientas placer.Mientras seguía saboreando, acariciando, y besando su monte de venus y los muslos internos, mientras jugueteaba con su cabello.Ella gemía de placer mientras él seguía ejerciendo magia sobre su cuerpo, probando su sabor y estrechez. Sintió su erección firme y expectante, él siguia devorándola a besos, ella se clavo las uñas en los muslos, mientras Lee Joon siguia haciedola arder de pasión, la beso suavemente mientras su estómago subia y bajaba cada vez más rápido, él se levanto frotando con uno de sus pulgares la parte más sensible de la chica, viendo a su vez como se movían los senos de Merida._ ¿Quieres que me