La despertó la claridad que se colaba a través de la ventana, Merida se levantó de la cama despacio para no marearse, le dolía el cuerpo, se acercó a la ventana y corrió las cortinas, quedó sorprendida por qué tenía una vista impresionante, como le hubiera gustado sacar una fotografía del paisaje en ese momento, parecía una imagen que solo encontrarías en una postal, un escenario inhóspito como los que a ella les gustaba retratar, ya comprendía porque Lee Joon había elegido aquel lugar cómo refugio personal, un sitio perfecto para aislarse del mundo, si era eso lo que buscaba, allí lo tenía.
Unos golpes en la puerta de la habitación la sacaron de sus pensamientos, pensaba que era la ama de llaves pero cuando la puerta se abrió dio paso a un sonriente y atractivo Lee Joon, estaba recién duchado su aroma masculino le llegó a Merida haciendo que se ruborizara ya que solo tenía la bata puesta, y no quería ni imaginar que imagen tenía ella después del episodio de ayer, así que trató de andar rápidamente para meterse a la cama, y deseo no haberlo hecho cuando la habitación le empezó a dar vueltas a su alrededor, Lee Joon llegó hasta la joven antes de que cayera al piso sosteniéndola entre sus brazos, con un leve gemido Merida enterró su rostro en el pecho de él chico, que se apresuró a abrazarla, sintiendo el calor de su cuerpo, saboreaba el aroma de su piel, ansiaba que la llevara a la cama y la tomara allí mismo, ese pensamiento tuvo sobre ella un impacto semejante al de una bofetada, horrorizada por aquel deseo tan intenso, se apartó de él sintiendo las piernas débiles, tenía que escapar lo antes posible de aquel hombre, y no solo a causa de la terrible reacción que le había suscitado. Sino para evitar que la descubriera.
_Creo que necesito analgésicos_ dijo Merida sin disimular la punzada de dolor en el hombro.
_ Claro, te traeré algo para el dolor, túmbate, antes de que caigas al suelo, es demasiado pronto para que andes explorando, no hay prisa para que te marches_ dijo Lee Joon, con la voz un poco ronca, luego salió de la habitación.
LEE JOON GHO
_ Debo mantenerme alejado de esta chica. Pensó Lee Joon, entrando al cuarto de baño en busca de los analgésicos que Merida necesitaba.
_ Pero tiene algo tan especial que me obliga a querer tenerla cerca, jamás había visto unos genuinos ojos color violeta, y ese cabello rojo hace que resalten sus pecas en su inmaculada piel blanca, enrojecida ahora por la exposición al sol gracias a su extraña incursión al pico “Jirisan”, no es tan delgada como las mujeres asiáticas, pero su cuerpo tiene las curvas necesarias para complacer a cualquier hombre de la nacionalidad que sea, es diferente, una flor exótica e increíblemente seductora. Gracias a la llama flameante que tiene por cabello es que pude verla aquel día en la cima del risco, al principio pensé que era producto de mi imaginación, pero luego una punzada de horror hizo eco en mi estómago cuando las piedrecillas se deslizaban montaña abajo, y ella aferrándose a la pared rocosa con furia, no me llevo mucho llegar hasta ahí en mi motocicleta, pero cuando ella volvió la cabeza hacia mi descubrí que una mirada puede reflejarnos el alma y entonces sentí que algo cambiaba en mi interior.
Es gratificante estar con alguien que no quiera aludirte y agradarte todo el tiempo, con ella puede ser solo Lee Joon y eso es algo nuevo para mí, sin cámaras, sin fotos, y sin autógrafos… Pueda llevarla a donde quiera tengo mi motocicleta, conozco este lugar cómo la palma de mi mano, su lesión no es grave y pronto mejorará, pero no quiero que se vaya no todavía.
Lee Joon encontró a Merida de pie junto a la ventana nuevamente, estaba cubierta con una sábana blanca, sumergida en sus pensamientos, él se detuvo a unos pasos de ella, disfruto del aroma de su cabello olía a violetas, lo tenía suelto y le caiga en cascada por la espalda llegándole hasta la cintura como un río de lava ardiendo, ella pareció notar su presencia cuando se giró se encontró con aquellos ojos enormes y por un momento se sintió perdido, la mirada de ella estaba llena de emociones que no alcanzaba a descifrar, no debería haberla mirado. Intentaba contener su libido, recordando las razones por las que debía mantenerse alejado, pero al ver los ojos de Merida brillando, sus labios ligeramente entreabiertos… cielos, él no era de piedra, aunque en ese ocasión deseo serlo para no cometer una locura.
Lee Joon no supo cual de los dos se movió primero, tal vez ambos a la vez, el solo estiró un brazo y ella se precipitó a él, tal vez fue una fuerza invisible que los empujó a ambos y que ninguno pudo resistir lo que junto sus bocas.
Cuando el beso acabo Lee Joon había olvidado la razón por la cual estaba en su habitación, así que le dio el frasco con los analgésicos dio media vuelta y salió por donde acababa de entrar, necesitaba alejarse de ella antes de hacer algo que quizás ambos después lamentaría.
Merida se quedó con la mirada fija en el frasco que Lee Joon, le había depositado en la mano, su corazón latía con fuerza amenazando con salir de su pecho en cualquier momento, aún no sabía cómo había permitido que algo así pasará, jamás ha sido la clase de chica que se deja llevar por impulsos y menos arrojarse de ese modo en los brazos de algún extraño, por muy atractivo y sexy que fuera. Lo prudente era salir cuanto antes de aquel lugar, pero antes tendría que recuperar sus cosas. Cada minuto que pasaba en aquella casa se exponía a que la descubrieran, pero Lee Joon la había besado y aunque solo fue una leve caricia de sus labios contra los suyos, la atracción que había entre ellos era casi indescriptible y única, ella tenía miedo de descubrir que era lo que se escondía detrás de aquel hombre tan controlado, pero a la vez sus alarmas internas le advertían que se mantuviera alejada de él.En todo el día no volvió a saber de Lee Joon, fue entrada la noche cuando se dejó ver por la ha
Pero Lee Joon era diferente según su percepción, tenía cuerpo atlético, hombros anchos y fuertes, su estatura de un metro noventa lo hacía destacar más, haciendo que su metro setenta y seis del que siempre estuvo orgullosa ahora quedará reducido.Merida llegó a Corea del Sur con la esperanza de concentrarse en su recién comenzada carrera en la fotografía, estaba segura de no tener problemas amorosos ya que tenía un estándar muy elevado con referente al sexo opuesto y los asiáticos no estaban en él o por lo menos eso creía antes de conocer a Lee Joon que ahora le estaba haciendo dudar de sus expectativas con el género masculino.Merida se reunió con Lee Joon en la cocina de aquella casa en el bosque tan acogedora, a parte de la vista tan majestuosa, contaba con una decoración sencilla pero exquisita, la mesa amplía dispuesta en el centro estaba llena de varios platillos que se veían apetitosos, había olvidado lo mucho que le gustaba a los asiáticos comer, no es que a ella le disgustara
_ En parte estoy aquí para pensar sin distracciones, tengo que tomar una decisión importante._ Aunque te llegará una sin esperarlo_ dijo Merida bromeando.La carcajada de Lee Joon fue sensual y profunda, haciendo que le brillaran los ojos, a Merida le pareció que cuando reía de esa manera aparentaba ser más joven, pero también reflejaban sus ojos una profunda tristeza, como si algo le causará preocupación, Merida sabía que había algo más, era fotógrafa e intuía esas cosas._ Así que eres una súper estrella_ dijo Merida fingiendo asombró_ Me darías un autógrafo_ se mofó._ Creo recordar que te di algo mejor_ le respondí él con picardía.Merida se sonrojó, lo que le hizo recordar su plan inicial que era salir cuanto antes de ahí, pensar en alejarse de él le causaba nostalgia, pero no quería seguir fingiendo, se sentía ruin, ahora más cuando él acababa de contarle cosas privadas de su vida, debía ser racional y salir de su vida, aunque eso la entristeciera. Lee Joon era un hombre encant
Merida no pude evitar que las lágrimas le corrieran por las mejillas, se sentía como una tonta, quería estar con él, entregarle su cuerpo tanto como su corazón, pero tenía miedo de salir lastimada, de que rompieran su corazón.A la mañana siguiente encontró su ropa y sus cosas encima de una silla que estaba cerca de la cama, lo primero que hizo fue revisar que estuviera la memoria con las fotos que le había sacado a Lee Joon, no podía permitirse de que la descubrieran. Aunque ya había tomado la decisión de no entregar las fotos, renunciaría y regresaría a su país, quizás así dejaría de sentirse tan perdida, pensó que mudándose a Corea del Sur, encontraría alejar la sensación de soledad que la ha acompañado desde que perdió a sus padres, pero Merida aún se sentía sin encajar en aquel lugar con personas tan frías, siempre distantes, pendiente solo de su propio bienestar, no había calidez.Jamás se imagino que renunciaría tan fácilmente a su sueño, pero conseguir lo que desea dañando a l
Y después de unos segundos Merida lo estaba besando también. Se estremeció en el momento en que Lee Joon deslizaba sus manos por la espalda pegándola más a él, Merida se vio asaltada por un anhelo que no se parecía en nada a cualquier otra sensación que hubiera experimentado antes. En ese momento lo estaba besando con abandono, no pensaba en nada, solo sentía, y en lo más profundo de su ser estaba segura de que lo que estaba sucediendo entre ellos era hermoso y necesario._ Deberíamos parar Merida_ dijo Lee Joon levantando la cabeza._ No!_ la palabra surgió violentamente de sus labios, sin pensar. Solamente sabía que necesitaba continuar hasta alcanzar lo que sólo él podía darle._ Merida_ mascullo Lee Joon antes de besarla de nuevo con pasión. De repente levantó la cabeza una vez más, y, en esa ocasión, sin consiguió apartarla con delicadeza, a pesar de que la joven se había aferrado a sus hombros_ Vamos a seguir con esto, pero no ahora_ le dijo con voz ronca._ ¿Por qué no?_ susurr
Lee Joon esperaba distraído al lado de su Mercedes Benz de color negro, cuando posó los ojos en una despampanante joven pelirroja que llevaba un vestido de organza de color blanco, su pelo siempre le había atraído, pero en aquel momento experimentaba un deseo incontenible de atrapar un puñado y apropiarse de sus labios.Siempre había considerado hermosa a Merida, pero nunca tanto como entonces. Retrocedió sin ser consciente de ello, como si una parte de si mismo hubiera reconocido instintivamente el peligro.Pero aquella atracción sexual era tan avasallante e inesperada como la fuerza de un tornado, su abdomen se tenso cuando Merida cruzó la mirada con él. Todo lo que había pasado entre ellos en la mañana se reprodujo en su mente mientras la joven caminaba hacia él con una sonrisa radiante. Después se sonrojó, Lee Joon temblaba por dentro incapaz de contener las eróticos imágenes que poblaban su mente, pero se inclinó rápidamente hacia ella, esforzándose por ser un caballero._ Está u
_ Di mi nombre "Jagiya" mia_ le rogo él mientras siguia acariciandola con su lengua realizando círculos firmes y lentos sobre su pequeña y estrecha feminidad._Oh. Dios... Lee Joon _ tartamudeo la chica arrastrando cada palabra con frenesí._ Así es_ dice él orgulloso_ quiero que mi nombre te quede guardado en la memoria, deseo ser él único hombre con el cual sientas placer.Mientras seguía saboreando, acariciando, y besando su monte de venus y los muslos internos, mientras jugueteaba con su cabello.Ella gemía de placer mientras él seguía ejerciendo magia sobre su cuerpo, probando su sabor y estrechez. Sintió su erección firme y expectante, él siguia devorándola a besos, ella se clavo las uñas en los muslos, mientras Lee Joon siguia haciedola arder de pasión, la beso suavemente mientras su estómago subia y bajaba cada vez más rápido, él se levanto frotando con uno de sus pulgares la parte más sensible de la chica, viendo a su vez como se movían los senos de Merida._ ¿Quieres que me
Merida se encontraba sola en una carretera, tenía puesto un vestido blanco tan largo que arrastraba la tela, los pies descalzos sobre el pavimento frío la hacían estremecerse, la niebla la rodea haciendo que la espesa oscuridad fuera aún más tétrica, el paisaje solo presentaba dos colores, el negro y el plateado de la luna.Los árboles espectrales no eran en absoluto verdes, eran solo formas, apenas sombras con perfiles blanquecinos de hojas, solo una luz destellaba en un poste ubicado del otro lado de la carretera, intentó llegar hasta el, pero cada vez que caminaba hacia esa dirección le daba la impresión de alejarse más.Ella tenía la sensación de haber estado en ese lugar antes, pero no recordaba ni tenía idea de donde podía estar. De pronto se escuchaba el sonido de un auto acercándose, luego observó como el reflejo de los faroles iluminaba la vía, pasa el coche justo a su lado, pero ella se percata que no hay nadie adentro, siente como su corazón se acelera, y el sudor comienza