La fiesta era increíble, digna de los campeones de la última Champions League. Solo habían sido invitados los jugadores de su equipo, sus respectivos representantes, influencers, modelos y algunas chicas fáciles que solo estaban allí por su belleza, que era un requisito esencial para cualquier mujer que quisiera participar en la fiesta, de la nueva generación de galácticos del equipo blanco.Todos parecían disfrutar, pero Hugo se había sentado en una silla en la azotea del enorme ático apartado de todos con una botella en la mano que todavía estaba sin tocar. Como era de costumbre, elegía primero la chica o las chicas que quería y después empezaba a beber. Prefería estar sobrio a la hora de elegir donde se iba a meter, aunque en los últimos meses solo había encontrado mujeres locas, y desesperadas por un escándalo para conseguir fama.–¿Se puede saber que estás haciendo ahí tan quieto? – Susurró Felipe en su oído llegando por detrás de Hugo sin que se diera cuenta, y se sentó en la si
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