¿Por qué siempre se comportaba de ese modo? Se preguntaba Gale, furioso con Astor, sus exigencias no tenían sentido alguno para él. Pese a su obstinación, no era lo que mas lo aturdía, sino que era eso que no quería reconocer. No quería que Eva se marchara, tenerla cerca lo tranquilizaba. Era un secreto, ese sentimiento que seguía creciendo en su interior, con el amor que no se eclipsaba, aunque deseara que desapareciera con todas sus fuerzas. No entendía por qué la seguía amando, la mujer que la luna puso a su lado y luego la alejó para siempre. No podía hallar una razón, porque de eso se trataba el mismísimo amor, de algo que nacía y no se podía controlar su crecimiento. Sin contestar ni asegurar nada, se marchó del cuarto para dejar de verlo, para ver si así dejaba de sentirse tan impotente. Astor no lo siguió, no eran sus modos.—¿Sucede algo? —preguntó la joven, su prometida, mirándolo con esos ojos esmeraldas tan encantadores.—No, tuve un pequeño desacuerdo, nada más. —contest
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