En el castillo, el príncipe planeaba una despampanante boda, que llamaría la atención de toda su ciudad y de la que hablarían por años. Era su segunda boda, no sabía como sentirse con respecto a eso. En el pasado, creyó que su segunda esposa sería Ruth, algún día, cuando pudiera deshacerse de Angela, aunque ese día jamás llegó. Lilia no le parecía el amor de su vida, ni siquiera una compañía agradable, pero era lista y su posición de poder le convenía mucho. A su lado, su fuerza rivalizaba, siendo casi una competidora para él. —¿Papá? —preguntó una voz a sus espaldas, era su pequeño hijo, que ya no era tan pequeño en realidad.Teo había crecido en sobremanera, aunque su mente todavía era la de un infante de siete años. Su crecimiento acelerado era más que nada físico, el mental iba un poco más lento, por lo que albergaba una gran inocencia e ingenuidad, buscando tiempo para jugar y pasar tiempo con su padre.—Ya te he dicho que no me fastidies, que no cuento con tiempo. —dijo Louis,
Leer más