- Ella no es buena persona, no quiere a su hermana, menos te puede querer a ti, sácatela de la cabeza - Se repetía Pablo una y otra vez. Y pensando en su tristeza, se quedó dormido. Se levantó sobresaltado, seguía siendo de noche, hacía frío en la terraza del hospital. Alguien abrió la puerta que daba a la terraza. Pablo se escondió, pensando que era una enfermera, vio a una mujer con un camisón blanco de hospital, con el pelo rubio largo y muy ensortijado caminar hacia el balcón. Pablo la reconoció, era Julieta, salió rápidamente de su escondite y fue detrás de ella.- ¡Julieta! ¿Estas mejor? - preguntó Pablo preocupado, mientras la agarraba del brazo para voltearla, al hacerlo vio su cara de tristeza, que miraba al suelo - Julieta ¿qué te sucede?- No me siento bien, Pablo - dijo Julieta levantando el rostro para mirarlo fijamente a los ojos - ¿Por qué me engañaste?- No lo hice, no fue mi intención, tu hermana me sorprendió, pensaba explicártelo, pero no pude, yo… - intentó excusar
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