Verla así. En toalla y con gotitas rodando por su piel pálida lo enloqueció. No esperaba que saliera así, esperaba que por lo menos estuviera más cubierta, una bata tal vez. No supo qué hacer. No tenía el cuerpo de una mujer, aun, pero la toalla dejaba ver aspectos de su cuerpo que se estaban formando. Todavía era una niña, igual que él. Sin embargo, el amor que sentía superaba su edad. Había planeado lo que le iba a decir, pero al tenerla enfrente, todas las palabras se esfumaron y en lo único que podía pensar era en saltar la cama que los separaba y besarla como nunca antes. Pero sus piernas no reaccionaron. Y ella estaba allí, tan cerca, pero a la vez tan lejos. Pudo notar la tristeza que la rodeaba, y estar con la cara lavada dejaba ver unas ligeras manchas oscuras por debajo de sus ojos. Esos ojos tan hermosos color esmeralda. Una punzada de culpa clavó su corazón, seguro no podía dormir bien por causa suya. Sin querer había lastimado a la niña que amaba. Esa niña que le había ens
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