- ¿Adónde vas tan linda, hijita? - preguntó Bernardo intrigado, al ver a Jessica tan arreglada.- A un concierto con mi futuro novio - respondió Jessica orgullosamente, mientras se arreglaba el cabello frente al espejo de la entrada, sonó el timbre - ¡oh! Es él, chao papi - se despidió mientras se dirigía a la puerta, y ahí estaba Pablo.- Pórtate bien hijita, y no regreses muy tarde - gritó Bernardo.- Si papá, no te preocupes - dijo Jessica mientras salía afuera – Hola ¡qué divertido! ¿No es así Pablo?- Si, muy divertido - respondió Pablo sin ánimos y algo distraído, Jessica le hablaba, pero él no la escuchaba, en sus pensamientos estaba Julieta, ¿en qué estaría pensando? Miro hacia su ventana, tenía la luz apagada, ¿estaría durmiendo ya? Tenía que verla. Tenía que hablar con ella. ¿Qué estaba haciendo? Observó a Jessica, parloteando como loca. Se veía tan emocionada. Su madre encontró las entradas en su habitación, y creyó que llevaría a Jessica, por lo que rápidamente todo se sal
Se quedó mirando la luna hasta que se quedó dormida. Pasaron lo que parecieron horas, cuando Julieta despertó de nuevo. No conseguía dormir sin tener pesadillas, miro de nuevo la luna, seguía allí tan hermosa. Se levantó y se estiró, dormir en el alfeizar no era muy terapéutico. Se mojó los labios, tenía la garganta seca, así que decidió bajar a la cocina por un vaso de agua. Salió silenciosamente del cuarto y se encamino a la cocina, pero antes de bajar por las escaleras, decidió espiar en el cuarto de Jessica, para ver si ya había regresado. Pero su cama seguía arreglada. - Sigue con él - susurró Julieta tristemente. Se mordió los labios tratando de aguantar su llanto. No derramaría lágrimas. Siguió su camino hacia la cocina con miles de estos pensamientos tristes abarrotando su cabeza. Causándole más dolor del que podía soportar. Mecánicamente agarró un vaso de la repisa, abrió la heladera y se sirvió agua, tomó unos tragos y se dirigió de nuevo a su habitación, pero cuando estab
Cuando salió el doctor para dar noticias, no tenía buena cara. Todos lo miraron expectantes, esperando que por fin tuviera noticias. - Familiares de Julieta Paz. - Yo - saltó Bernardo - Yo soy su padre. - ¿Se pondrá bien? ¿Cómo está? - preguntó Janna. - Tuvo una hemorragia intracraneal grave, lo que ocasionó una lesión cerebral importante, por lo que debimos intubar y entrar a cirugía de inmediato - explicó el doctor. - ¿Pero? ¿Se pondrá mejor? ¿Se recuperara? - Logramos estabilizarla, va a requerir monitoreo continuo en terapia intensiva - Janna lanzó un gritillo ahogado de angustia y la esperanza brillo en las pupilas verdes de Bernardo - pero su estado es crítico y solo podemos esperar y ver como evoluciona. Está en coma. Lo siento mucho. - Entonces ¿Se recuperara, Doctor? - preguntó Bernardo optimista. - Habrá que esperar a que despierte del coma y que baje la inflamación causada por el golpe - Bernardo se puso a llorar, Janna tan solo miro a Sr. Bernardo incapaz de derram
- Ella no es buena persona, no quiere a su hermana, menos te puede querer a ti, sácatela de la cabeza - Se repetía Pablo una y otra vez. Y pensando en su tristeza, se quedó dormido. Se levantó sobresaltado, seguía siendo de noche, hacía frío en la terraza del hospital. Alguien abrió la puerta que daba a la terraza. Pablo se escondió, pensando que era una enfermera, vio a una mujer con un camisón blanco de hospital, con el pelo rubio largo y muy ensortijado caminar hacia el balcón. Pablo la reconoció, era Julieta, salió rápidamente de su escondite y fue detrás de ella.- ¡Julieta! ¿Estas mejor? - preguntó Pablo preocupado, mientras la agarraba del brazo para voltearla, al hacerlo vio su cara de tristeza, que miraba al suelo - Julieta ¿qué te sucede?- No me siento bien, Pablo - dijo Julieta levantando el rostro para mirarlo fijamente a los ojos - ¿Por qué me engañaste?- No lo hice, no fue mi intención, tu hermana me sorprendió, pensaba explicártelo, pero no pude, yo… - intentó excusar
Julieta estaba sumergida en una realidad sombría que le tragaba y le hacía sentir pequeña, estaba rodeada de oscuridad, y sentía ese silencio sepulcral que la hacía sentir más rechazada que nunca, la estaban obligando a vivir, cuando ella ya renunció a su vida, pero la forzaban a seguir respirando.Cansada de correr por la nada, cerró los ojos y dejo volar su imaginación, volvió a sentir la brisa suave del mar y esa sensación de paz infinita. Abrió los ojos y ahí estaba, en esa habitación que no era la suya, con ese camisón rosa pálido que tanto odiaba, pero que esta vez era diferente tenía un estilo suyo que lo dejaba precioso, se acercó a la ventana y vio lo que tanto añoraba: su mar. Salió rápidamente y recorrió aquella playa por largo rato aunque parecieron horas. Estaba tan feliz, con esa arena tan suave y blanca y aquella luna imponente sobre las olas que se agitaban sutilmente intentando alcanzarla como si quisieran besarla. Casi olvido por completo de porque estaba ahí y cuále
Se quedaron mucho tiempo así, solo abrazados sintiéndose. Fue un abrazo muy largo, de una ternura inmensa, de pronto Julieta tomó un caracol que había allí y se lo dio al muchacho.- ¿Y esto? ¿Para qué es? - preguntó intrigado el muchacho.- Es para que no te olvides de mi, para que nunca te olvides de esta aventura maravillosa que vivimos juntos.- Pues toma uno tu también-dijo tomando otro y colocándolo en su mano -Yo nunca te olvidare, y guardaré esto como un recuerdo de nosotros, tenga esto o no, no te olvidare nunca. Búscame en todas los lugares que vayas, especialmente en las playas, búscame siempre, quizá nos encontremos por casualidad ¿no te parece?. Creo que por algo los dos estamos aquí. Entre la vida y la muerte. Juntos.- Si está bien, lo haré siempre al igual que tu, esta noche será inolvidable. Gracias por hacer lo que nadie hizo estos últimos días; comprenderme.- Tu también me ayudaste mucho, me escuchaste y eso ya es una gran ayuda. De pronto comenzó a rasgarse el ci
- ¡Se fue doctor! - dijo una enfermera, mientras retiraba la mascarilla del rostro de Julieta, y se dirigían al pasillo para dar la mala noticia a su familia, pero en ese preciso momento Julieta abrió los ojos y respiró con fuerza, el doctor y las enfermeras se detuvieron para ver el milagro. Julieta comenzó a jadear, le costaba respirar por sola. Se revolvia en la cama agitando los brazos y aferrándose a los costados de la cama.- ¡Rápido mascarilla! ¡Coloquenle una mascarilla! Está volviendo del coma.Julieta estaba desorbitada, miraba a todos lados, se sentía rara al ver tantas caras a su alrededor, de pronto todo se volvía borroso de nuevo y la mascarilla no le servía pues comenzaba a faltarle el aire de nuevo. - ¡Doctor la perdemos de nuevo! - Con el choque eléctrico la revivieron de nuevo, esta vez Julieta se estabilizó, permaneció dormida, pero ya fuera del coma. Le aplicaron unos sedantes para que durmiera mejor. Julieta se sentía fatigada, ahora estaba en un lugar diferente,
Julieta observó la habitación sumida en la penumbra, tenía un aspecto muy vacío, como su corazón. Observo la ventana, estaba cerrada. Se levantó con un poco de esfuerzo, todavía estaba muy débil, le costó mucho bajar de la cama y casi se cayó al intentarlo. Al llegar a la ventana la abrió. Ahí estaba la luna, su luna, esperándola como siempre. Se acercó de nuevo a su cama. Estaba muy cansada. Fueron demasiadas emociones para un solo día. Antes de cerrar los ojos, abrió su mano de nuevo y encontró al caracolito, lo apretó con fuerza contra su pecho y sintió alivio. Luego se dio la vuelta y cerró los ojos. Al rato alguien entró en el cuarto, Julieta no lo sintió pues estaba completamente dormida. Se acercó a ella y la miro dormir pero ella despertó con el movimiento.- ¿Qué haces acá? - pregunto un poco asustada. - Estoy tan feliz de ver tus ojos de nuevo - intentó acercarse para abrazarla. - No te acerques ni un centímetro más. - exclamó asustada.Pablo se detuvo al borde de su c