Se observaba nerviosa en el espejo. Su rostro se veía enfermo y muy pálido. La verdad que estos últimos días se sintió extraña, como en automático. Sentía una presión en su pecho que de repente hacia que le faltase aire, era una sensación muy asfixiante. Se tocó el pecho en la zona del corazón y dolía. Dolía como golpeaba de una manera desenfrenada y por momentos se sentía mareada y muy cansada. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba acaso enferma? ¿Por qué se sentía así desde que estuvo en la casa de Pablo? Todo se estaba saliendo de control, no entendía como en unas pocas semanas su aburrida vida, sus monótonos días se habían vuelto un completo desastre. Se cuestionaba todo, no le gustaba nada. Sentía, que necesitaba huir, salir corriendo hasta que su cuerpo se rompiera y desapareciera. Tomo varias bocanadas de aire porque sentía que le faltaba, necesitaba tranquilizarse y aclarar sus ideas. Miro el pequeño reloj que tenía sobre su mesita de luz, eran las ocho y cincuenta de la noche, si que
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