El sol inundaba la habitación y Julieta podía sentir su calor sobre la piel. Se sentía tan cómoda que no quiso abrir los ojos. Comenzó a rememorar la noche anterior ¿En qué momento se quedó dormida? Sintió algo en la mano, era suave y no quiso soltarlo por nada del mundo. Abrió los ojos y se encontró en un lugar totalmente diferente al que había estado la noche anterior. La habitación era inmensamente grande, decorada al estilo del siglo XVIII. Las ventanas, grandes paredes de vidrio, estaban cubiertas de gruesas cortinas profusamente decoradas, parecía todo un gran teatro barroco. Observo la ventana que por algún descuido no tenía corrida una de las cortinas, dejando entrar los rayos del sol hasta ella, haciéndole cosquillas en el rostro. Y la cama donde se encontraba, era inmensamente grande y vivamente ornamentada. Con los doseles atados a cada uno de los barrotes de la cama. ¿En dónde se encontraba? ¿Cómo rayos llego allí? Miro a su derecha y vio a pablo, pero él estaba demasiado l
El comenzó a preparar el desayuno en silencio. Y ella lo observaba también en silencio. Tenía un aura de misterio que la inquietaba, él sabía más cosas de las que le decía. Pero no iba a instigarlo ahora, sabía que no era el momento. El desayuno también transcurrió en silencio, hasta que Juliana comenzó a llorar por el baby speaker que Pablo cargaba como si fuera parte de su cuerpo. Corrió junto a su hermana, y Julieta aprovecho para limpiar los restos del desayuno. Estaba terminando de secar los platos, cuando sintió un escalofrió.- ¿Quién eres? – se dio la vuelta sorprendida, y se encontró con un hombre bastante mayor, que la miraba con curiosidad desde el marco de la puerta. Julieta se quedó en blanco paralizada. Era una versión madura de Pablo, pensó maravillada mirándolo sin pudor. El hombre al darse cuenta de que no iba a responder, sonrió. Julieta abrió los ojos totalmente asombrada por lo buen mozo que era, y enrojeció automáticamente con lo siguiente que dijo.- ¿Eres la novi
Se observaba nerviosa en el espejo. Su rostro se veía enfermo y muy pálido. La verdad que estos últimos días se sintió extraña, como en automático. Sentía una presión en su pecho que de repente hacia que le faltase aire, era una sensación muy asfixiante. Se tocó el pecho en la zona del corazón y dolía. Dolía como golpeaba de una manera desenfrenada y por momentos se sentía mareada y muy cansada. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba acaso enferma? ¿Por qué se sentía así desde que estuvo en la casa de Pablo? Todo se estaba saliendo de control, no entendía como en unas pocas semanas su aburrida vida, sus monótonos días se habían vuelto un completo desastre. Se cuestionaba todo, no le gustaba nada. Sentía, que necesitaba huir, salir corriendo hasta que su cuerpo se rompiera y desapareciera. Tomo varias bocanadas de aire porque sentía que le faltaba, necesitaba tranquilizarse y aclarar sus ideas. Miro el pequeño reloj que tenía sobre su mesita de luz, eran las ocho y cincuenta de la noche, si que
Julieta vació de golpe su vaso y lo bajó con fuerza sobre la mesada. Se levantó de la silla donde estaba y se acercó a Pablo. Él la siguió atento con la mirada, hasta que la tuvo demasiado cerca y olió su fragancia de rosas.- ¿Cuándo es tu cumpleaños? - Pablo la miró un momento si entender bien a que iba su pregunta, hasta que sintió su corazón calentarse.- Faltan 5 meses.- Tenemos 5 meses para planear donde escapar. Pero no podemos casarnos enseguida, porque soy menor de edad y no creo que ninguno de mis padres apruebe esto, pero podemos averiguar de un lugar donde podamos estar tranquilos hasta que yo cumpla la mayoría de edad… - no pudo continuar porque Pablo había invadido su boca con desesperación. Ambos sabían lo que acababan de decidir, pero no entendían realmente el peso de sus decisiones.Los besos no eran suaves ni tiernos, contenían toda la desesperación, anhelo y miedo que ambos sentían.Todo era nuevo para ambos, sabían que arriesgaban demasiado, pero lo que sentían er
- ¿Adónde vas tan linda, hijita? - preguntó Bernardo intrigado, al ver a Jessica tan arreglada.- A un concierto con mi futuro novio - respondió Jessica orgullosamente, mientras se arreglaba el cabello frente al espejo de la entrada, sonó el timbre - ¡oh! Es él, chao papi - se despidió mientras se dirigía a la puerta, y ahí estaba Pablo.- Pórtate bien hijita, y no regreses muy tarde - gritó Bernardo.- Si papá, no te preocupes - dijo Jessica mientras salía afuera – Hola ¡qué divertido! ¿No es así Pablo?- Si, muy divertido - respondió Pablo sin ánimos y algo distraído, Jessica le hablaba, pero él no la escuchaba, en sus pensamientos estaba Julieta, ¿en qué estaría pensando? Miro hacia su ventana, tenía la luz apagada, ¿estaría durmiendo ya? Tenía que verla. Tenía que hablar con ella. ¿Qué estaba haciendo? Observó a Jessica, parloteando como loca. Se veía tan emocionada. Su madre encontró las entradas en su habitación, y creyó que llevaría a Jessica, por lo que rápidamente todo se sal
Se quedó mirando la luna hasta que se quedó dormida. Pasaron lo que parecieron horas, cuando Julieta despertó de nuevo. No conseguía dormir sin tener pesadillas, miro de nuevo la luna, seguía allí tan hermosa. Se levantó y se estiró, dormir en el alfeizar no era muy terapéutico. Se mojó los labios, tenía la garganta seca, así que decidió bajar a la cocina por un vaso de agua. Salió silenciosamente del cuarto y se encamino a la cocina, pero antes de bajar por las escaleras, decidió espiar en el cuarto de Jessica, para ver si ya había regresado. Pero su cama seguía arreglada. - Sigue con él - susurró Julieta tristemente. Se mordió los labios tratando de aguantar su llanto. No derramaría lágrimas. Siguió su camino hacia la cocina con miles de estos pensamientos tristes abarrotando su cabeza. Causándole más dolor del que podía soportar. Mecánicamente agarró un vaso de la repisa, abrió la heladera y se sirvió agua, tomó unos tragos y se dirigió de nuevo a su habitación, pero cuando estab
Cuando salió el doctor para dar noticias, no tenía buena cara. Todos lo miraron expectantes, esperando que por fin tuviera noticias. - Familiares de Julieta Paz. - Yo - saltó Bernardo - Yo soy su padre. - ¿Se pondrá bien? ¿Cómo está? - preguntó Janna. - Tuvo una hemorragia intracraneal grave, lo que ocasionó una lesión cerebral importante, por lo que debimos intubar y entrar a cirugía de inmediato - explicó el doctor. - ¿Pero? ¿Se pondrá mejor? ¿Se recuperara? - Logramos estabilizarla, va a requerir monitoreo continuo en terapia intensiva - Janna lanzó un gritillo ahogado de angustia y la esperanza brillo en las pupilas verdes de Bernardo - pero su estado es crítico y solo podemos esperar y ver como evoluciona. Está en coma. Lo siento mucho. - Entonces ¿Se recuperara, Doctor? - preguntó Bernardo optimista. - Habrá que esperar a que despierte del coma y que baje la inflamación causada por el golpe - Bernardo se puso a llorar, Janna tan solo miro a Sr. Bernardo incapaz de derram
- Ella no es buena persona, no quiere a su hermana, menos te puede querer a ti, sácatela de la cabeza - Se repetía Pablo una y otra vez. Y pensando en su tristeza, se quedó dormido. Se levantó sobresaltado, seguía siendo de noche, hacía frío en la terraza del hospital. Alguien abrió la puerta que daba a la terraza. Pablo se escondió, pensando que era una enfermera, vio a una mujer con un camisón blanco de hospital, con el pelo rubio largo y muy ensortijado caminar hacia el balcón. Pablo la reconoció, era Julieta, salió rápidamente de su escondite y fue detrás de ella.- ¡Julieta! ¿Estas mejor? - preguntó Pablo preocupado, mientras la agarraba del brazo para voltearla, al hacerlo vio su cara de tristeza, que miraba al suelo - Julieta ¿qué te sucede?- No me siento bien, Pablo - dijo Julieta levantando el rostro para mirarlo fijamente a los ojos - ¿Por qué me engañaste?- No lo hice, no fue mi intención, tu hermana me sorprendió, pensaba explicártelo, pero no pude, yo… - intentó excusar