Todos los capítulos de Inefable, lo que creíamos perdido: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Prefacio
Los colores tienen infinidad de significados, pueden expresar sentimientos o estados de ánimo, incluso pueden ser causantes de guerras y esclavitud. Pero cuando el mundo explota en colores frente a ti y los ves cobrar vida mientras los rayos del sol se filtran sobre ellos, en ese instante no hay palabras, sentimientos o emociones que alcancen. En ese momento solo basta con observar y hacerlo inmortal. Agradeciendo como de alguna manera el mundo te está brindando todo un espectáculo solo para ti.Hace tiempo había olvidado mirar la vida con colores. Mi vida se convirtió en una interminable paleta de grises que se oscurece o aclara dependiendo del día, haciendo que olvide que continúo siendo parte del mundo y que éste se encuentra gritando a mi alrededor para que le de mi atención.Todo eso cambió cuando llegué a River’Hills.
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Un nuevo hogar
La brisa fría besa mis mejillas y hace a mi cabello volar con libertad fuera del auto. Una canción de John Lennon suena en la radio y mi padre la tararea en voz baja a mi lado; a pesar de las circunstancias, este momento es perfecto.Los viajes en auto siempre me han resultado tranquilizantes a diferencia de lo que mucha gente pueda pensar; ver el camino pasar como un borrón frente a mis ojos y los distintos escenarios aparecer frente a mi como la portada de un libro tentándome a que me adentre en ellos, me resulta cautivador. Este viaje ha durado un poco más de cinco horas desde que abandonamos Manhattan, y sé que aún nos falta un largo camino por delante para llegar a nuestro destino.Mis manos aferran con fuerza el papel que he estado sosteniendo desde que subimos al auto: lo desdoblo y me dispongo a leerlo por enésima vez.River Fleur - Academia de Arte, cultura y deporte. Esta es, como su nombre lo dice,
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Pequeña acosadora
La mañana siguiente a nuestra mudanza ha sido tranquila, y para mi total sorpresa la llegada de mis vecinos la noche anterior también lo fue; no hubo música alta, gritos, ni policía llegando en la noche. Tal vez, los chicos de aquí sean un poco más tranquilos que en la gran ciudad. Es de tarde y nos estamos terminando de instalar, ya he arreglado mi habitación casi por completo y mi padre está adecuando su estudio de pintura en uno de los salones de la primera planta de la casa; siempre se toma horas en hacerlo así que decido que es mejor salir a caminar un rato y conocer el lugar.El día al igual que ayer sigue estando caluroso, así que recojo mi cabello en una coleta alta sobre mi cabeza y decido llevar pantalones cortos y un suéter de algodón a rayas con mis converse blancas preferidas. Hay un stand en cada esquina del pueblo donde dice que puedes conseguir un mapa del sitio por un d
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¡Claro que tengo modales!
Ya ha pasado una semana desde que nos mudamos y de aquel incidente en el bosque. Desde entonces, he tratado por todos los medios de no toparme con pelos en punta y su amigo. Pero como el universo me odia eso no puede pasar, los veo en cada dos de cinco lugares a los que voy. Estoy por creer que me siguen.Esta semana descubrí que ninguno de los dos vive en la casa de al lado, sino un tercero: un rubio con pinta de estirado que he visto de reojo últimamente. Los tres forman un grupo bastante peculiar. También me he dado cuenta que las familias que viven en este pueblo parecen estar muy bien acomodadas económicamente. Las casas de por aquí bien podrían salir en la portada de Bridge For Design.Ahora mismo me encuentro en una pequeña tienda cerca de la plaza del pueblo que parece ser la única con surtido de papelería, comprando todo lo que me falta para el ingreso a clases. Aunque estudiaré fotograf&iac
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Gabe
En el corto trayecto en el carro de la tienda hasta la casa, mi padre se la pasa preguntándome dónde y cómo conocí a Luke y por qué no le había contado nada. Y como no tengo la más mínima intención de mentirle a mi padre y aún menos de atender al grupo de descerebrados, opto por decirle la verdad, así él retira la invitación que ha hecho y yo me libero de tener que verles las caras.Pero como mi padre no es un ser humano normal, lo que hace es reírse a carcajadas cuando termino de contarle.―Bueno cariño, esa sí que es una manera única de hacer amigos ―comenta aun entre risas.―No somos amigos.Hago una mueca de disgusto y me mantengo callada, por el espejo retrovisor puedo ver el carro descapotado que viene detrás de nosotros, conducido por el rubio que ahora se, vive a mí lado. Nunca había pensado que podía l
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Yo amo los retos
El día del juicio ha llegado. Ser la nueva nunca es bueno. Pero ser la nueva en un pueblo donde absolutamente todo el mundo se conoce es desastroso. Los nervios están haciendo estragos en mi sistema. Tengo malestar de solo pensar cómo va a transcurrir todo el día: presentación, preguntas, presentación.Soltando un suspiro resignado, me acerco a la pared y me miro al espejo para comprobar que estoy lista. Esta mañana cuando iba a cambiarme, decidí que sin importar donde esté, iba a seguir siendo yo, o al menos, la mejor versión de mí; me cambio con un jean oscuro y una blusa azul holgada al cuerpo y me veo bien, como una chica normal de diecinueve años, es como si nada hubiera pasado hace un año atrás, como si los monstruo no estuviesen ocultos detrás de mí, y debajo de mis párpados cuando cierro los ojos esperando el momento para salir.Sacudo mi cabez
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Un buen primer día
El resto de la clase pasa sin inconvenientes, aunque de vez en cuando siento la mano de Derek moverse jalando algún mechón suelto de mi cabello. Una manera muy infantil de llamar la atención si me preguntan. Pero lo ignoro, no le digo absolutamente nada en toda la hora que dura la clase y cuando esta finaliza recojo mis cosas lo más rápido posible y salgo del salón, rumbo al bloque B para mi siguiente clase.En esta clase no veo a ninguno de los chicos, pero si está Mei Leing. Quién apenas me ve atraviesa el salón y se sienta junto a mí.―Con que unos idiotas ¿eh? ―pregunta la chica a modo de saludo.Y yo siento el rubor apoderarse de mi rostro. «¡Cómo iba a saber que sería la novia de alguno!».―Bueno… Yo no quería ofender a nadie, pero es que ellos…―Cálmate mujer, se a lo que te refieres ―dice la chica riendo―.
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Una salida improvisada
El resto de la semana transcurre con un poco más de lo mismo. Las personas siguen viéndome cada vez que paso a su lado y este día comparto la última clase nuevamente con los chicos. Quiénes me doy cuenta, son algo así como los frikis deseados y odiados de la Academia. No son los más populares de todos, de hecho, me he dado cuenta que hay muchos que los miran con desprecio ―Cosa que aún no entiendo, pero me apunto mentalmente por averiguar―aun así no se puede negar que cada hormona femenina del lugar e incluso algunas masculinas, se mueren por algo de atención por parte de los especímenes.Derek no ha dejado de tirar de mi cabello en toda la semana en las pocas materias que vemos juntos; me he sorprendido enormemente al descubrir que el idiota se encuentra estudiando Literatura y Periodismo, razón por la cual vemos juntos algunas clases de fotografía aunque él est&eac
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No soy una acosadora
Todo el camino es un jala y afloja entre nosotros, Derek comienza a meter mano entre mi música y a clasificar la que considera “aceptable” y nunca deja que una canción termine antes de pasar a la siguiente. Es frustrante; yo estoy a punto de cometer asesinato en primer grado si él no se queda quieto. Al final, recibe una llamada y dura un buen rato hablando por celular, y aunque sus respuestas no son más que monosílabos puedo notar que algo está pasando, su cuerpo se ha puesto tenso a mi lado y su quijada está tan apretada que bien podría partirse los dientes.Cuando cuelga, todo el humor se ha extinguido de él, y empiezo a extrañar al antiguo Derek.―Aparca a mano izquierda, verás los coches de los demás.Y así lo hago, a un lado de la carretera entrando en el bosque están los dos vehículos con sus respectivos dueños a un lado. Mei tiene la
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Un día de m****a
Al volver a casa luego del paseo por el bosque encuentro a mi padre trabajando en su estudio, está haciendo un cuadro enorme del que solo alcanzo a ver lo que parecen ser unas alas. Él al sentirme entrar en la habitación, se gira hacia dónde estoy y me regala una sonrisa deslumbrante.― ¿Qué tal te fue en el paseo?Una sonrisa estúpida se forma de inmediato en mi rostro porque en verdad lo he pasado muy bien.―Bieeeen ―digo, alargando la palabra con cautela.Mi padre deja el pincel sobre la mesa y me mira con diversión, sus manos viajan a su cabello haciendo que una fina capa de pintura azul le tiñe la cabellera y haga que parezca una estrella de rock de los 80". Un sentimiento de nostalgia me embarga, al recordar las tantas veces que lo vi de aquella manera antes junto a Davis.―Y… ¿Tienes algo que contar? ―La voz de papá es cautelosa, aunque la emoción no p
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