Todos los capítulos de Lo que pasa en Las Vegas, se queda en el crucero: Capítulo 1 - Capítulo 10
48 chapters
1. Destinos cruzados
Este libro puede contener situaciones incomodas, así como escenas sexuales que pueden llegar a causar inconformidad, sin llegar a ser muy explicito. Situaciones de dudoso consentimiento y la relación entre la protagonista y el antagonista puede causar incomodidades. Se recomienda discreción a la hora de tomar esta lectura. ****** La vida puede golpear muchas veces, eso decía mi madre cuando los dolores en su lecho de muerte la hacían retorcerse. La vi tantas veces acariciar la muerte con suspiros resignados que me reprogramé para no sufrir la partida de nadie. Desde niña me apunte a la tarea y funciono durante años, hasta que la vida me ficho bajo su lupa. Me embarque en una montaña rusa de emociones y lamentos que amenazaban con quitarme todo lo que tengo. ++++++++ Corro por las calles de Londres en busca de un taxi para llegar al aeropuerto y tomar el vuelo que salga primero. Acabo de dejar a mi pequeña hija de och
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2. Falsas verdades
Aterrizo en Cartagena, la ciudad colombiana en la que he vivido mis últimos ocho años. Tengo toda una vida en esta ciudad que me acogio cuando Londres dejo de ser un hogar. La soledad de mi piso es desesperante por lo que opto por irme a las oficinas de Heart of Reaven. El edificio de ocho plantas me recibe con abrazos y besos. Somos más que jefe y empleados, somos una familia más. Compruebo los cruceros, ocho cruceros en total, ocho bloques de personal capacitado para su manejo. Veo los reportes de mi crucero Reaven y sonrió. Cuando me case con el padre de Gaia a los veinte años me regalo ese crucero donde pasamos nuestra luna de miel antes de que falleciera. Fue lo único que tenía en el mundo y lo llame como el, Reaven para que viviera siempre en mis recuerdos y quienes viajen en el sean testigos del amor abrazador que era capaz de profesar mi amado. Lo echo de menos. Reaven es comandado por la comandante del boque cero, Jennefer que además de ser una de las mejores en el ocio,
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3. Pasiones prohibidas
Me desvió del camino que me llevara a mi casa, perdiéndome entre los clubes. No estoy de ánimos para encerrarme a pensar lo patética que es mi vida y llorar. Voy a distraerme de la mejor forma posible que conozco. Me detengo frente al gran letrero de «Lascivo» el club que regento. Estaciono mi auto en mi estacionamiento privado y entro sin pasar por los controles de seguridad. Aquí soy la diva sin tapujos que no me permito ser fuera. Atraigo la atención de varias parejas y lo disfruto contoneando las caderas. Es temprano aun por lo que la primera planta está llena. Subo directamente al segundo piso, reservada por un grupo selecto de personas que quieren total discrecion. –Jefa. Mario el barman me deja un gin tónic para que entre en ambiente. Las parejas que bailan en la pista danzan con sensualidad disfrutando el show de los fines de semana. Dominan el arte de la seducción con el cuerpo y la mirada atrapando a sus presas para luego subir a los otros pisos donde ocurre la acción. Si
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4. Señor N
Por la mañana el día no empieza bien. Una arcada me lleva al baño de inmediato y me deja tendida en el suelo de la ducha mientras el agua corre por mi cuerpo. La barra libre en la fiesta de bienvenida y los pocos tragos en el club tendría consecuencias graves y he aquí el resultado. Me cubro el cuerpo con una camiseta grande que encuentro en el vestidor. Mi teléfono no tiene pila por lo que me lo llevo a la cocina para ponerlo a cargar. Mara acostumbra a enviarme documentos que debo revisar a primera horaa. Doy pasos cortos para que el dolor de cabeza no me estalle la cabeza. –¿De qué manicomio saliste? –Nicolás sale detrás de la encimera de la cocina con una espátula en la mano. Lo miro mal, queriendo desaparecerlo. Su torso marcado y el que deje ver el cinturón de adonis tampoco lo va a ayudar. Es tan guapo que ni estando resacoso se ve mal. –No me hables ahora. Me siento en uno de los taburetes y apoyo la frente en la encimera –Bebe esto. Me pone en la mano un frasco con alg
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5. Pecado de cristal
Levante los vista confundida y muy preocupada. Me hago una idea clara de quién puede ser. Aunque yo no sepa con quien putas me case, es obvio que mi supuesto esposo sí que lo sabe, y parece que mejor de lo que imagine. Conoce mucho más de lo que me puedo pensar, cosa que me demuestra que tal vez no fue un error de un par de borrachos. Guardo todo en la caja dejando como estaba. Voy a dárselo a Yenefer o a alguien de la empresa. No quiero levantar la cabeza y ver la mirada de reproche de Nicolás, ya piensa que soy una cobarde estúpida que no piensa las cosas y ahora se lo estoy confirmando con semejante cagada. –Di lo que tengas que decir ahora. Su opinión va a dolerme y rebajarme al suelo para pisotearme y escupirme. Es de las pocas personas con poder sobre mí para bajarme la autoestima y le odio un poco por haber rasgado mi coraza un poco en tantos años donde no se lo he permitido a nadie. –Debes usarlo. Es lo único que dice. Su voz no es ruda ni hipócrita, es relajada. Me lleno
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6. Cautivada por ti
Salí de mi despacho concentrada en mi burbuja cuando choqué con un pecho musculoso y unos brazos firmes me rodearon. Lo reconocí mucho antes de que su voz y su colonia me cautivaran. –¿A dónde vas? Levante la vista a sus ojos grises y suspire. –Mi hermana me espera en el aeropuerto con Gaia. Asintió y me aparto el flequillo de la cara. –Te acompañare. No vi ningún problema. A mi hija le encantará ver a su tío también. Le pedí a Mara que cancelara todas mis reuniones y compromisos de ese dia y el siguiente, su cara me demostró que me saldría caro. Estaba dispuesta a pagarlo, con creces de ser necesario. Nicolás condujo. Yo me sentía inquieta y además, Nicolás manejaba mucho más rápido, casi al punto de hacerme temer. Llegamos al aeropuerto y entre toda la gente vi un cuerpito moreno de cabellera dorada recostada en su maleta de flores. La emoción me recorrió las venas como una descarga. No había pasado más de una semana desde la última vez que la tuve entre mis brazos, pero cr
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7.Exclusividad rota
Cuando el sol entraba por el ventanal de mi despacho, me levanté y me metí en la cama con Gaia. Tenía los brazos y las piernas estirados y un charco de saliva debajo de la mejilla. Le alborote el cabello y la deje estar. Pronto, cuando su tía viniera por ella yo volvería aquí, haría mis maleas junto con Nicolás para zarpar por separado. He de haber dormido una hora antes de que Gaia se me lanzara encima y me sacara de la cama. –Tengo hambre, ¿tú no? –Fue lo que dijo cuándo me levante del piso, conteniendo una sonrisa de diversión por lo que acababa de hacer. Pude enfadarme con ella, pero no lo hice. No valía la pena desperdiciar nuestro tiempo. Me levanté con ella y la metí al baño conmigo, pese a sus protestas. La cambie y peine su cabello en una co{eta que le llegaba a la mitad de la espalda. Aquella actividad tan simple la disfrute mucho. Después, frescas y limpias nos fuimos a la cocina, donde nos esperaban todos ya despiertos y concentrados en sus tabletas, seguramente, trabaj
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8.Nuevo destino
Ya es más de media noche, con suerte puedo dormir hasta mañana temprano que Gabriel llegue con su esposa y los demás. Pondremos en marcha la búsqueda para encontrar a mi esposo fantasma y debe salir bien todo, solo tengo una semana, como mucho dos para solucionarlo. Suspiro cuando un mensaje me llega al móvil,es de Nicolás. Te quiero en el hotel plaza roja ahora mismo. Estupido. Su estupida orden puede metersela por donde quiera. Que te jodan. Apago el móvil, Nicolás además de ser un biólogo y un jodido dolor de ovarios, estuvo en la milicia toda su adolescencia, tiene habilidades de rastreo que le facilitaran la tarea de hallarme, aunque me vaya al culo del mundo. Confió en que sus obligaciones y el que hayan varios kilómetros de agua entre los dos sea suficiente. Una vez su investigación acabe y terminemos el futuro negocio que estamos concretando, el regresara a Mánchester​ a sus propios negocios. Chad me deja en el puerto. Sonrío al ver las plazas vacías donde deberían estar
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9. Descubrimientos mortales
por la tarde, Lacey detuvo el crucero para que pudiéramos disfrutar sin estar mareados. —Uno no se puede casar así sin más, por muy dulce que sea la relación. —Comenta Theo. Mientras los demás jugaban y reían a carcajadas en el agua, Theo y yo nos manteníamos en la parte trasera del crucero, tumbados, recibiendo el sol. Yo no necesitaba broncearme, pero mi cuerpo agradecía la vitamina D. Gabriel tomo a Eva y se la subió en los hombros, Christian hizo lo mismo con Maria y emprendieron una batalla de empujones. Gritan y ríen. Yo quería sumergirme, pero no podía, no era capaz de volver a sumergirme en el mar después de todo lo que había pasado en el. —¿Aun no lo superas? Le puse atención a Theo. Tenía un bañador celeste, como sus ojos. —Lo he intentado. Alargo una mano para tomar la mía y darle un apretón. —Estoy contigo, lo sabes. le devolví el apretón, agradecida. Sabía que siempre estarían para mí. Me lo están demostrando ahora que están aquí sin saber lo que realmente s
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10.A Centimetros
Miro el cielo por una eternidad, suspirando dramáticamente. Las olas se han calmado un poco, dejándonos una brisa fría. No tardara en caer la tormenta. Gabriel permanece a mi lado tomándose el café en pequeños sorbos, puedo sentir su respiración y el sonido de la taza al tocar la mesa. —Tenemos una nueva chica. —Menciona. Levanto la cabeza para mirarlo. Abre su portátil y tras encontrar lo que buscaba, me enseña una imagen de una chica rubia muy bonita. —Es hija del vicepresidente de una reconocida marca de autos. Se perdió hace tres días al salir de sus clases. No hay rastros de un secuestro. Analizo la imagen. —¿Cuantos años? —Catorce. —Hace una mueca de desagrado. Es apenas una niña. No hace falta que me diga nada más, se lo que sospechan y es muy probable que la hallan secuestrado para el tráfico de blancas. —La tiene aquí, he recibido el catalogo —Un maldito catálogo de mujeres a subastar—. Ya sabes que hacer, Hope. Asiento. Desde hace un par de años, Gabriel y yo decidi
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