Mi cuerpo se estremece, de miedo, de dolor, de desesperación e impotencia por ser una débil prisionera y ni siquiera tener la capacidad de salvarme a mí misma, es una locura, estoy en la casa de ese hombre y solo pienso en la razón del porqué él me quiere aquí. Camino por un pasillo bastante oscuro hasta encontrar una antorcha encendida. La tomo y subo las escaleras hasta llegar a una habitación sin puerta, la alumbro y localizo lo que parece ser una cama. Debe de ser su habitación así que corro lejos hasta la otra punta de la casa. Otra habitación sin puerta y sin salida, me adentro lentamente, recorro el espacio al instante buscando a otro salvaje pero… no hay nadie, solo una cama cubierta por un par de pieles y muebles adornando el espacio.
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