—No vine aquí a ser interrogado—expuso Julián alejándose de Ángela. —Bien—dijo cruzándose de brazos, por mucho que lo intentara, sabia que Julián no le diría absolutamente nada sobre esa mujer, pero rendirse en ese momento no significaba que no lo intentaría en otro momento— no importa quien es ella, seguramente es un capricho como los que has tenido antes. Ahora, sobre nuestros asuntos... —¿Asuntos?—dijo él alzando la ceja, mientras Ángela volvía a colgarse de su cuello. —Ya te lo dije, te quiero a ti, es lo único que pido, no quiero tu amor, ella puede tenerlo, pero lo que yo quiero es tu cuerpo. Ángela se arrodilló frente a Julián con cierta sensualidad, lo miro de forma suplicante, como un perro implorando por un pedazo de carne. —Solo esta noche, por favor—expreso tocando la cremallera de su pantalón. Extrañamente, su miembro permanecía inerte, como si la figura sensual de Ángela no hubiera causado efecto en él, incluso esa posición
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