—Veré que puedo hacer ti—expresó Cecilio mientras su cabeza maquinaba como lograría algo así, debían inventarse un Juliano Salazar, por supuesto debia tener la misma edad que el verdadero, más o menos la misma complexión y por supuesto, debia ser un hombre de suma confianza, porque mostrar su rostro, significaba que muchas personas, entre ellos líderes de otros carteles, buscarían asesinarlo. Nadie sabia como era el rostro del verdadero Xibalba, el que había tomado el puesto del antiguo líder, incluso en su propio cartel, los únicos que conocían su rostro habían sido los que habían luchado a su lado, pero los que estaban fuera del pueblo, no sabían como era su nuevo líder y mucho menos las autoridades. Lo que Julián buscaba era una chivo expiatorio en el cual quería desviar la atención de todo el mundo mientras él tomaba la situación en sus manos. —¿Hay alguna otra cosa en la que pueda servirle, señor?—expreso Cecilio esperando que Julián le diera otra tarea que hacer, para él no era
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