Con mi blog a mano avancé hacia el despacho de Daniel, no quería arriesgarme a que aquellas malvadas lo vieran y descubrieran mi secreto, nadie podía saber de su existencia.Puse en orden el despacho de mi jefe, cada documento donde correspondía. Sobre el escritorio había fotografías enmarcadas, en una estaba él con su esposa, era tan hermosa, tenía el pelo largo y negro, él también lo tenía de ese color, pero corto. En otra estaban sus adorables y lindos gemelos con una sonrisita clavadita a la de su padre, compadecía de los corazones que serían rotos cuando fueran grandes. Y en la otra fotografía como era de esperar, estaban los tres hermanos juntos, nunca había llegado a conocer a Jessica, su hermanita, pero escuché que ahora vivía fuera de la ciudad con su amiga. Con
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