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Todos los capítulos de Corazón que miente: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Prefacio
Mi vida era perfecta, tenía un padre exitoso y amoroso, era hermosa, joven y con un futuro prometedor, era elegante y distinguida, obediente y amable.Pero eso era mentira, eso es lo que todos veían en mí, la realidad que había empeñado en mostrar, dejando de lado la cara oculta del gran Alexander St. Vincent.Muchos deseaban mi vida, y con gusto se las daba, daría todo por dejar este infierno, sin dudarlo vendería mi alma para hacerlo. Quizás se preguntarán que porque no me voy, la respuesta es simple, ese hombre me encontraría debajo de la más pequeña piedra, cada paso está calculado, siempre vigilada, no hay opciones de escape.Siempre que me castiga por alguna falta, culpa a mi madre.- Te pareces tanto a esa sucia zorra, que te dejó a la primera oportunidad que tuvo, sólo recuerda que ella te abandonó por irse con otro, tienes suerte de que
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La imagen perfecta
- Saliendo de su clase, debe ir con su padre a una comida de negocios, ahí estará el hijo de su socio mayoritario, después de eso irán a visitar algunas de las fundaciones en las que ayuda su padre –dice la asistente mientras tomo mi desayuno, suspiro con pesar, estaba harta de todo, pero no podía decir o hacer nada–, después de eso tiene una entrevista para la revista de personajes sobresalientes, hablarán de sus progresos en el mundo de los negocios y de su corta pero brillante carrera, antes de llegar le daré su discurso –dice haciendo anotaciones en la tableta–, por último, deberán asistir a una cena benéfica del grupo Van Allen, ¿alguna duda? –pregunta la mujer, ella niega, de todos modos no había posibilidades de cancelar algo en esa lista, mi padre me castigaría y era lo último que quería.Termino de desayunar, cojo la mochila y
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El destino comienza a moverse
Agnes:Esa noche había terminado bastante bien, no habíamos conocido al joven empresario, durante toda la noche no dejaron de comentar la razón de su falta de presencia, unos aseguraban que no deseaba reunirse con nadie esa noche, otros aseguraban que había preferido irse de fiesta, incluso había quienes aseguraban que estaba en los brazos de una hermosa modelo, por mi parte, pensaba que quizás estaba cansado y que deseaba un poco de calma antes de que todos estos buitres comenzaran a rondarlo. Uno de ellos era mi padre, que como el buen actor que es, había enmascarado muy bien su furia por la ausencia del joven Edevane-Gray, en tono bajo y lejos de la gente, me había dicho que tarde o temprano lo atraparíamos, aunque estaba segura que se refería a él y su empresa, porque yo era una inútil que sólo servía para hacerlo ver bien, esas palabras me las hab&i
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Afortunado reencuentro
Agnes:Había creído que tras mi bochornoso encuentro con el señor Edevane-Gray, mi padre estaría furioso, pero gracias al cielo, no había sido así.- Quién diría que esa torpeza tuya me ayudaría a cerrar un gran e importante trato, ¿sabes el prestigió que esto nos traerá? –pregunta emocionado, sabía que era más para él que para mí, sus palabras siempre rondaban en mi cabeza, más en estos casos, sobre cómo no era capaz de entender, como jamás sería como él para los negocios, así que sólo me limitaba a escuchar y asentir, después de todo, era como un mueble más de decoración–, esos idiotas deben saber que no pueden conmigo –sonríe con júbilo, si algo hacia feliz a mi padre más que un buen contrato, era restregarles sus logros&nd
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Primera cita
Agnes:Decir que él me dejaba atontada, era quedarse corta, a decir verdad no entendía como no podía ser esa mujer tranquila, serena y segura de su imagen ante todos, me daba pavor hacer algo mal y que mi padre se desquitara conmigo, o incluso peor, que él creyera que era una falsa, que creyera que sólo fingía para poder estar con él o algo por el estilo, que si bien era así, al menos quería creer que con él era diferente, que era más natural.- He visto que muestra interés en ti, no sé qué te ve pero para mí es beneficioso, así que haz lo que tengas que hacer para que salga contigo, estoy seguro que no te dirá que no –dice él como si nada dentro de mi oficina–, trátalo bien o atente a las consecuencias –sentencia lo último con tono amenazador antes de salir, trago saliva y muerdo mi labi
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Un viaje lleno de confesiones
Agnes: A partir de esa noche maravillosa, había habido más, cada vez que salíamos íbamos a un lugar diferente, a veces íbamos a cenar, otras al cine, incluso a dar pequeños paseos por los puntos más emblemáticos y porque no, románticos. No me había atrevido a entrelazar nuestras manos, pero si solía entrelazar mi brazo con el suyo, estaba segura que parecíamos una pareja de esas antiguas, no podía evitar suspirar y sonreír como tonta al pensar en la palabra pareja. Sebastien y yo teníamos muchas cosas en común, le gustaban los lugares tranquilos más que los bulliciosos, le gustaba leer hasta tarde, su género favorito era el terror y el suspenso, aunque me confesó haberse emocionado leyendo orgullo y prejuicio, algo que me causo mucha ternura, y no tanto porque lo haya leído, seguro muchos hombres más lo habían hecho; más bien había sido por la forma en que lo dijo, como si fuese algo malo o alguien fuese a pensar qu
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Paz y tranquilidad
Agnes:No recordaba haberme sincerado con nadie de la forma en que lo hice con él, Sebastien era una persona tranquila, su aura te transmitía una paz absoluta, así que había sido fácil para mí contarle sobre las cosas que pensaba y sentía, lo único que no me atrevía a confesar, era sobre mi situación con mi padre, él me preguntaba cosas sobre nuestra relación, y como si fuese un periodista, le decía lo que todos sabían, que era su adoración, su princesa y la luz de su vida, cuando era todo lo contrario, según sus palabras, era lo peor que le pudo haber pasado, era un castigo infernal además de ser el obstáculo por el cual no había podido ser feliz, recuerdo haber pensado muchas noches el motivo de haber nacido, incluso había deseado no haberlo hecho. Aunque ahora, estaba muy feliz de estar en este mundo,
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Un sueño maravilloso
Sebastien:La había ayudado durante todo el trayecto, el camino era seguro, sin embargo, las sandalias que traía no le ayudaban mucho, y a pesar de ese pequeño detalle, ella estaba muy emocionada, así que no había podido evitar el contagiarme de su buen humor.El camino era corto, si acaso nos tomaría llegar unos 5 minutos, pero por las sandalias de Agnes, tardamos un poco más, algo que no notamos ya que íbamos hablando y riendo, era fácil estar con ella, quizás porque su padre tenía mucho dinero, siendo eso lo último que le podía interesar de mí, era alguien sencilla, amable y desinteresada que disfrutaba de las cosas sencillas de la vida, justo como yo.- No te burles –dice ella apenada, me acababa de confesar que nunca antes se había metido a un lago, además de que jamás había ido de campamento–, m
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Un viaje con destino al paraíso
Agnes:El fin de semana había sido demasiado corto, sin embargo, había sido el más feliz e intenso de toda mi vida, estaba segura que mi padre estaría más que feliz por mi noviazgo con Sebastien, aunque no más feliz que yo.Era domingo por la tarde, lo que indicaba que debíamos marcharnos, algo que me había hecho sentir triste, desearía que este momento durara para siempre. Guardamos nuestras cosas, las subimos a la camioneta y emprendemos la marcha de regreso.- Hagamos un viaje más largo, esta vez a la playa, ¿qué te parece? –dice sin apartar la vista del camino, sonreía mientras lo decía.- Me gustaría mucho, ¿cuándo lo haríamos? –pregunto emocionada, pasaríamos a cenar al mismo restaurante.- Quizás en 2 semanas, habrá que pedirle a tu padre nos permita ausentarn
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Confesiones y una primera vez
Agnes: Debía decir que aquella imagen no le hacía justicia, el lugar era precioso, el mar de un suave y transparente azul, y si a eso se le agregaba su unión con el cielo, era sin lugar a dudas, algo para inmortalizar. - Espero que este a la altura de tus expectativas –dice él a mi espalda, siento como me abraza, sus manos descansando en mi estómago. - No sólo eso, sino que las superó –sonrío recargando mi cabeza en su pecho, besa mi cabeza, me relajo sintiéndome tan libre, tan llena de paz. - Me alegra escuchar eso –me gira con cuidado–, ahora vamos a la cabaña, estoy seguro que también te gustará –dice besando mi nariz, río bajito y asiento. Caminamos a la pequeña cabaña, 2 pobladores habían llevado nuestras cosas, Sebastien les había dado la indicación de no venir, sin embargo, les había pagado por el trabajo, ellos habían estado muy agradecidos. A decir verdad, creo que entre los dos podríamos mantener li
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