Santorini es un lugar hermoso, tranquilo que emana mucha paz, como lo que Oli busca, y definitivamente no me equivoque, pues el brillo en sus ojos y la sonrisa en sus labios la delatan con cada paso que damos en nuestro recorrido por el lugar. En varias ocasiones le pregunto si se encuentra cansada, con sed o calor, sin embargo, sus respuestas son siempre un Estoy bien, pero sé que está mintiendo, su emoción la juega en contra y eso no lo puedo permitir.- Llevas un embarazo de cinco meses cariño, sé que estas cansada, la lentitud de tus pasos te delata. - Hace calor. – se excusa. - Te cargaré. – hace un puchero. - Es que estoy tan feliz, Dalbert.- Pero no puedes esforzarte, tenemos más días. – asiente entendiendo mi preocupación y sin esperar más, nos marchamos a nuestro nido de amor. Olivia ingresa a sanitario, se da un baño y se lanza en la cama olvidando que está embarazada y a mi casi se me sale el corazón al verla hacer eso. ¿Acaso se ha vuelto l
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