El 11 de noviembre de 1951, el país era una fiesta. Miles de personas, a pesar de lo desfavorable del clima, se precipitaron a las calles ansiosas de emitir el sufragio. Particularmente las mujeres, felices de participar por primera vez de la jornada cívica, se agolparon desde la mañana temprano frente a las escuelas Designada como Fiscal General por la Junta Electoral, Matilde tenía la misión de supervisar die mesas femeninas, por lo que iba y venía conducida por su padre en el automóvil de Ladislao, que había sido designado presidente de mesa en la escuela 5, del Barrio de la Estación. Mientras tanto Catita, al volante de uno de los coches oficiales de la Municipalidad iba y venía llevando afiliadas y simpatizantes peronistas a su lugar de votación En uno de los viajes, pasó por la casa de Giusseppe, donde ahora vivían Assunta y Angiulina, la anciana señ
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