El Teniente General Lonardi llevaba un mes como Presidente de la República cuando Matilde salió de la cárcel. Del brazo de Ida. Al principio, criada y patrona; después, adversarias políticas; después, compañeras de encierro. Ahora, simplemente amigas.Se despidieron con un afectuoso abrazo de Delia. Quedaron en encontrarse afuera, cuando la anciana enfermera terminara de cumplir su condena. Saludaron con la mano al resto de las presas comunes. Al transponer el portón de la cárcel, vieron a sus familiares esperándolas. El profesor Sandrelli y Antonieta, del lado de Ida. Benigno, Catita e Irma, del lado de Matilde.De todas maneras, los abrazos y las lágrimas de alegría fueron mutuos y unieron a ambas familias. Todo rencor había quedado sepultado. Todos habían vivido momentos tan duros y sufrido tantas pérdidas, que después de tantas lágrimas no &n
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