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Todos los capítulos de Deseo Salvaje: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Epígrafe
—Hablo en serio, creo que ya ha llegado el momento de hacerlo —Jonathan se apresura a decir, pero es incapaz de ocultar la sonrisa que atraviesa sus labios con picardía.—No estoy diciendo que no quiero que suceda contigo —me levanté con pereza del sofá cama que estaba colocado en medio de su muy desordenado departamento, y en el que siempre intentaba convencerme de entregarme a él—. Es solo que no logro entender cómo te preocupa más ese tema, que nuestra situación económica, ¡mírate! Ni siquiera tienes algo comestible dentro de la nevera, únicamente son dos miserables cervezas las que adornan el interior de tu muy sucio refrigerador.Jonathan frunció el ceño e hizo una mueca, demostrándome su claro desconcierto
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Capítulo 1
Cierro los ojos e intento pensar con la cabeza fría, bajo la mirada y anclo fría y calculadoramente mis ojos azules sobre mi atuendo, me doy una regañina mental por no vestir adecuadamente, y es que... unos shorts cortos, una blusa blanca de manga larga, con un escote que aunque decente no le quitaba el mérito de ser algo provocador, acompañada de mis zapatillas converse negras, y el cabello suelto, rebelde y con un toque fresco y revuelto, no era precisamente la imagen que una chica decente le daría al presidente de nuestro país.Vamos, que el tipo era un hombre de treinta años, hasta donde yo sabía, pero antes de subir y ganar la presidencia, se hablaba mucho de él, y no precisamente por ser un ejemplo a seguir, sino por sus escándalos, en mi opinión era como presenciar la versión masculina de la
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Capítulo 2
El presidente resulta ser más alto que yo, más de lo que llegué a imaginar, sus ojos avellana son verdaderamente hipnotizantes, tanto, que mis piernas sufren una parálisis momentánea. ¿Por qué demonios tenía que ser tan directa? A veces quería cortarme la lengua para evitar que un nuevo vómito verbal invadiera mi sistema y tuviera la imperiosa necesidad de lanzarlo fuera de mi cuerpo. Sus ojos me recorren de la misma manera en la que lo hicieron la chica rubia y el hombre de negro.—¿Le comieron la lengua los ratones, señorita Sotonell? —me pregunta con voz ronca, ¿desde cuándo se había convertido en un hombre sexy?Abro la boca para decir algo, pero al parecer mis malditas cuerdas vocales han desaparecido, su magnetismo
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Capítulo 3
Caí en la realidad, al escuchar todo lo que me decía, como se comportaba, y ser la espectadora principal de tan inesperado y desesperado espectáculo acosador, supe que estaba en lo correcto, nuestro presidente no era más que un idiota, mujeriego y petulante, él sabía que con palabras dulzonas, miradas que derrochaban deseo, y con tan solo chasquear los dedos, tenía a sus pies a cualquier mujer, pero no a mí, tenía a Jonathan, y eso me bastaba.—Escuche, no sé a qué está jugando, pero yo no soy como todas las mujeres que caen rendidas a sus pies —teniendo suficiente con los sucesos del día de hoy, me atrevo a poner una mano en su pecho y lo alejo de mí, con delicadeza, algo que le sorprendió—. No me gusta, no me atraen sus insinuaciones, y por supuesto que no estoy in
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Capítulo 4
—¿No es nada grave? —pregunta una voz muy masculina que me cuesta trabajo identificar.—No señor, pero necesita hacerse unos estudios generales si piensa trabajar aquí, el desmayo probablemente se deba a una ligera anemia, necesita alimentarse bien y tomar mucho líquido, le he dejado unas vitaminas para que...Me dolía la cabeza, ¿anemia? ¿Yo? Imposible. La segunda voz se perdió entre mis divagaciones mentales.—Yo me encargaré de darle aviso a su tío, muchas gracias doctor... —la primera voz es tan varonil que logro sentirme dentro de algún drama de Hollywood—. Y la fiebre...Comienzo a abrir los ojos poco a poco cuando es
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Capítulo 5
Si de situaciones extrañas se hablaba, la que se presentaba frente a mi, se llevaba todos los galardonados, mi padre estaba aún dormido y agradecía el hecho de que tuviera el sueño pesado, igual que yo, o de lo contrario los echaría de nuestro departamento con una escopeta apuntando a sus traseros, y por supuesto sin importarle que se tratara del presidente.Mi mente no dejaba de divagar sobre los posibles escenarios y sobre el posible tema de conversación que tendría mi novio con él. Estaba fuera de mi departamento cruzada de brazos, recargando mi espalda sobre la pared, y acompañada de los guaruras disfrazados del presidente. Movía los dedos de mis manos con impaciencia, ¿por qué querían tanta privacidad? Al final Jonathan me contaría todo… ¿cierto? ¿Por qué hab
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Capítulo 6
—¡No hablarás en serio!Fruncí el ceño.—No grites, no estoy sorda y me encuentro a unos pasos de ti —espeté con irritación—. Necesitamos el empleo.—Buscaremos otro, pero no con ese tío que te quiere follar —me señaló con el dedo—. Tu eres mía, mi propiedad, nadie te toca, ni te mira sin mi permiso.Odiaba cuando se ponía en plan obsesivo macho alfa. Tampoco me agradaba la idea de trabajar para él, pero… las deudas nos ahogaban, yo tenía que pagar la enorme cantidad que pedí prestada al hospital cuando mi padre estuvo internado, los medicamentos, la recuperación, cosas de la casa, pr
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Capítulo 7
Lenin había terminado de firmar los documentos que tenía pendientes sobre el desarrollo de las nuevas viviendas que se les entregaría a los ciudadanos de bajos recursos, cuando alzó la vista y la ancló sobre el reloj de madera barnizada finamente colocado sobre una de las paredes en la parte superior cercana a la puerta, de su oficina, eran las 7:30 pm, por lo que no tardaría en llegar Anelys.Sonrió al recordar que lo llamó hijo de puta, y era cierto, lo era, de eso ni él tenía la menor duda, haría todo lo posible porque ella trabaje para él, su novio era un bonus extra, le mostraría la verdadera cara de la moneda y terminaría con ese gilipollas, esa era una apuesta que ganaría.—Vas a ser mía, quieras o no —susur
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Capítulo 8
Ella no movió un solo músculo hasta que aquel maduro hombre con ojos centelleantes, suspiró y resignado comenzó a caminar hacia la puerta, pasando de lado, pero antes de marcharse, se detuvo y se giró hacia Lenin.—Habló en serio, te damos un plazo de cuatro meses para que consigas eso, no más —recorrió el cuerpo de Anelys y después dirigió nuevamente la mirada hacia Lenin—. Las putas pueden seguir en la lista de espera.Y diciendo esto salió cerrando la puerta como acto vengativo.—Imbécil —resopló Lenin—. Hola Anelys.Ella se le quedó mirando fijamente, sonrió comenzó a caminar hacia &ea
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Capítulo 9
—¿Se puede saber adónde vamos? —cuestioné en cuanto el pánico se apoderó de mí al ver que caminábamos a toda prisa hacia un carro negro blindado.Pero Lenin no dijo nada, se guardó todo para él y con empujones me obligó a entrar al auto, estando dentro, le dio instrucciones precisas al chofer quien echándonos un breve vistazo a través del espejo retrovisor, asintió y encendió motores. No tenía idea alguna del lugar al que nos dirigíamos, pero mi mente revolucionaba y no dejaba de imaginar los posibles escenarios a los que me enfrentaría. Mis ojos localizaron la manija de la puerta pero poniendo los ojos en blanco supe que era la idea más absurda que se pudiera cruzar por mi mente, después de todo estaba segura que todo el auto estaba perfectamen
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